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Las dos almas de la Alianza salen a flote en choque con el oficialismo

En el entorno de Sebastián Piñera estiman que la Concertación y el Gobierno reaccionaron con exageración ante los dichos del abanderado de RN. Aunque reconocen que en la derecha hay un sector que cree que la confrontación es la mejor estrategia, aseguran que el empresario sigue apostando a la colaboración porque el enfrentamiento es »contraproducente electoralmente».


A raíz del choque entre el oficialismo y Sebastián Piñera quedó de manifiesto que en la Alianza por Chile, en esta etapa al menos, también conviven dos almas. Ello porque pese a que en el Gobierno y la Concertación estallaron en pánico, atribuyendo a una nueva estrategia de campaña del empresario el endurecimiento en el tono de su discurso, lo cierto es que aunque un sector del bloque de derecha apuesta a ello, otro estima que eso no sería bueno ni para la oposición ni para el país.



Entre estos últimos se encuentra el propio empresario, según sostienen cercanos al candidato presidencial de RN. "A Piñera no le conviene ni es su estilo ser confrontacional con el Gobierno", puntualiza uno de los integrantes de su equipo de asesores, entre otras cosas, porque "la confrontación tiende a ser contraproducente electoralmente".



Este argumento no es nuevo en el círculo de Piñera, que regularmente contrasta sus posturas consultando a la opinión pública a través de encuestas. De allí que el equipo que rodea al candidato coincida con él en cuanto a que la mejor estrategia para la Alianza es generar el ambiente para, que cuando se produzca la alternancia del poder, esta sea "tranquila, sin traumas". Porque si la oposición lleva la confrontación con el oficialismo hasta un punto brutal, podría provocar temor en la ciudadanía.



De allí que si bien en el equipo de Piñera no se sorprendieron por la reacción del oficialismo, sí la consideran un tanto exagerada, por cuanto "ni siquiera -dicen- está en el ánimo de Sebastián provocar al Gobierno". En todo caso, se apuran a aclarar que la sobrerreacción de las autoridades y parlamentarios de la Concertación se debe a que están abocados a "desacreditarlo ante la opinión pública y a presentarlo como un tipo confrontacional y conflictivo".



Esa sobrerreacción, luego que Piñera calificara a algunos funcionarios públicos como "gatos de campo», también tiene que ver -dicen- con la necesidad del Gobierno de desviar la atención de los problemas a los que no ha logrado dar solución, ya que el tono que pueda llegar a usar el empresario "siempre es menos confrontacional al que se usa al interior de la propia Concertación o del Gobierno".



Otro de los elementos que el equipo del ex senador ha considerado para apostar a que lo mejor para él es continuar con el estilo que ha desarrollado hasta ahora, "diciendo lo que está mal, pero proponiendo soluciones y ofreciendo su colaboración", es que si llega a La Moneda "va a requerir una base de apoyo amplio si quiere ser un gobierno que más que administrador sea un gestor de importantes modernizaciones".



Dicho más claramente, Piñera no quiere ponerse mal con quienes el día de mañana podrían constituir su oposición y negarle la sal y el agua. Él prefiere no generar tensiones innecesarias, ya que no descarta -explican en su entorno- requerir de los votos de la Concertación para aprobar ley de quórum -si llega al Gobierno-, tal como ahora le ocurre a la Presidenta Michelle Bachelet. O, peor aún, en el horrible escenario de llegar a ser Presidente con una minoría en el Congreso.



Es por eso que en el entorno del empresario sostienen que "lo importante es no caer en el juego del Gobierno, que quiere forzar a Sebastián a actuar de manera confrontacional. Con ese objetivo, sacan de contexto sus frases o lisa y llanamente le dan un sentido equivocado. Por eso le hemos dicho que se cuide al hablar y no diga nada que pueda ser tergiversado".



La otra alma



Entre los promotores de la posición más dura o la "tesis del desalojo", la otra alma de la Alianza, está -según confidencian cercanos al empresario- el senador Andrés Allamand. Para este grupo, RN y la UDI deberían "ir de frente, a la yugular del Gobierno, porque tienen la convicción de que esa es la tarea que le corresponde hacer a la oposición" y, además, estiman que con esa actitud "concentran a su favor a quienes se declaran opositores al Gobierno".



En todo caso, no es un misterio para nadie que el senador por la Décima Región Norte ha sufrido una notoria transformación desde que era reconocido, incluso entre sus adversarios de la Concertación, como el político de los acuerdos y el que se adelantó a su tiempo en materia de reformas constitucionales. Una postura que no le dio dividendos políticos. Ahora, más asimilado a la estrategia gremialista, ha dejado muy claro en su polémico libro "El desalojo" que ya pasó el tiempo de los acuerdos.



Esta es la línea estratégica que algunos quieren imponer en el sector, lo que ha quedado de manifiesto en la actuación que la Alianza ha tenido estas últimas semanas en su trabajo parlamentario y en la forma de enfrentar al Gobierno. Si bien el estilo es muy propio de la UDI, no son pocos los representantes de RN que se han sumado a ella, como es el caso del propio Allamand, pese a que en el entorno más cercano a Piñera tienen la convicción de que esa postura no favorece las aspiraciones presidenciales del empresario.



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