Pilar Armanet señala que el personal en París »se ha visto enfrentado en el último tiempo a dificultades crecientes para abordar sus gastos más elementales». Pablo Cabrera dice que hubiera sido mejor hacer un ajuste global y así »se habrían ahorrado frustraciones, desencuentros, reacciones fuertes y legítimas reclamaciones como las que se están produciendo».
Al conocerse el aumento del costo de vida que tendrán los diplomáticos en el exterior, los jefes de misión europeos manifestaron su malestar en varios mensajes "reservados" enviados al subsecretario de Relaciones Exteriores, Alberto Van Klaveren, con copia al director general administrativo, Pablo Piñera, donde expresan que la situación quedó en "statu quo" y critican el "desfase" con el que recibirán este incremento.
El ajuste, que se materializará en enero del próximo año, abarca de julio del 2004 a diciembre del 2005 y es, básicamente, por la pérdida adquisitiva que han tenido los diplomáticos que se encuentran en el Viejo Continente debido a la depreciación del dólar frente al euro
Entre los embajadores que presentaron sus quejas se encuentran los representantes de Chile ante Francia, Pilar Armanet, y del Vaticano, Pablo Cabrera, quienes se sumaron a los planteamientos hechos por el titular de la legación de Italia, Gabriel Valdés.
En su comunicación a las autoridades del Edificio Carrera, la representante en París rechaza el método usado para hacer este ajuste y no considerar el de la ONU, que se usa en casi todas las Cancillerías del mundo.
"Al descartar el índice de Naciones Unidas se dejó de lado factores que permitían contar con una visión más completa de la variación real del costo de vida. Un elemento que incide directamente en los compromisos que deben asumir los funcionarios es el costo de los arriendos", comenta la embajadora, quien en el mensaje entrega un cuadro comparativo del índice de la construcción, que sólo durante el 2006 se incrementó un 11,6% anual.
Si bien valora la reajustabilidad periódica de los sueldos en el exterior, expresa su "preocupación" que este proceso se haga "sobre una base de remuneraciones completamente insuficiente por lo que las dificultades económicas de nuestro personal seguirán perpetuándose en el tiempo".
Lamenta el "desfase" que existe en el mejoramiento de los sueldos y asevera que "los antecedentes que se han tenido en consideración para ese cálculo respecto de esta embajada no son consistentes con la realidad concreta que enfrentamos, particularmente en lo que dice relación a junio 2004/diciembre 2005, tanto en materia de inflación como de paridad dólar/euro".
En ese punto, añade otro cuadro donde se puede apreciar la depreciación del dólar el 2004. Allí se observa que si en enero de ese año se necesitaban 1,2459 dólares para comprar un euro, en diciembre esa cifra se elevaba a 1,3356 de la moneda norteamericana.
Por este motivo, Armanet solicita a las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores reconsiderar la situación y corregir el ajuste, que para los diplomáticos en París fue de 0,14%. Al respecto, señala que señala que el personal de su legación se ha visto enfrentado «a dificultades crecientes para abordar sus gastos más elementales. La noticia de que esta situación no sólo se mantendrá durante todo el presente año y que a partir del próximo, el reajuste se aplicará sobre esta misma base nos desalienta muy profundamente".
Vaticano
Una situación similar se vive en El Vaticano, donde su embajador, Pablo Cabrera, si bien agradece los esfuerzos realizados "para compensar las variaciones producidas en los factores inflación local y paridad cambiaria entre dólar americano y la moneda local", señala que existe "desazón" al personal de la misión luego de conocer el porcentaje de 0,61% de ajuste.
Por eso, señala en el documento que "quizás, hubiera sido mejor haber esperado hasta enero del 2008 para enfrentar el tema en forma global y en el contexto retroactivo que US. expresa. Se habrían ahorrado frustraciones, desencuentros, reacciones fuertes y legítimas reclamaciones como las que se están produciendo ahora por una situación que, al menos en Europa, aparece desfavorable y que no es posible corregir, ni mínimamente, con el porcentaje asignado".
Recuerda que el aumento se toma sobre "la base de los años 2004 y 2005, lo que, ciertamente, no refleja las dificultades propias de hoy. Ha sido, justamente, el tiempo transcurrido desde esos años cuando se ha producido en Europa la mayor devaluación del dólar estadounidense con respecto al euro".
Cabrera subraya que le llama la atención que se "haya abandonado, sin mayor explicación, el índice de Naciones Unidas, el cual venía siendo siempre el referente acordado por las autoridades y aceptado por los funcionarios desde su establecimiento. Tampoco, se ha entendido bien el porqué no se ha tomado en cuenta la realidad actual imperante y la urgencia en solucionar el problema en su conjunto y se haya, más bien, circunscrito la situación a un período tan preciso y de menor incidencia en la variación cambiaria dólar/euro".
El embajador en El Vaticano considera que el ajuste "mantiene las cosas en statu quo" y se refiere al problema que se tiene por el presupuesto operacional de la embajada que "ese Ministerio está suplementando cada mes" y dice que tiene "esperanza" que se encuentre "alguna medida extraordinaria que permita paliar la actual situación que enfrentan los funcionarios que sirven en Europa".
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