La semana pasada se cerró la licitación de la Conama del Maule para realizar evaluación del daño y un plan de recuperación del río afectado por las actividades de Licancel. Dos consultoras, en tanto, aspiran a realizar una auditoría a las instalaciones. Directora del organismo ambiental asegura que »ineficiencia» de Celco ha retrasado reapertura de la planta.
Tres universidades chilenas fueron las que finalmente se presentaron a la licitación abierta por la Corporación Nacional del Medio Ambiente (Conama) de la Región del Maule para realizar un estudio sobre el impacto provocado por la celulosa Licancel en el río Mataquito.
Las universidades Católica de Temuco, Austral de Chile (UACH) y Católica de Valparaíso presentaron sus respectivas propuestas, que además de evaluar el daño, incorporan un plan de recuperación de la flora y la fauna de la zona afectada.
Las presentaciones serán evaluadas por diversos organismos públicos, entre los que se cuentan la Conama, la Dirección General de Aguas (DGA) y la Seremi de Salud.
Inicialmente había 11 posibles candidatos, pero varios se excusaron de participar porque no cumplían con uno de los requisitos fundamentales, que era no tener ningún tipo de relación contractual con la empresa Arauco y sus filiales en los últimos cuatro años.
Paralelamente, la Conama inició una licitación para realizar una Auditoría Medioambiental a la planta de la empresa del grupo Angelini. El objetivo es revisar cada una de las etapas del proceso para garantizar que no se volverán a repetir episodios de contaminación como los acontecidos en junio.
Las propuestas presentadas corresponden al consorcio conformado por Andalué Ambiental Ltda. y Proambiente S.A. y a la consultora australiana GHD. El plazo para definir qué propuesta será la elegida es el mismo que en el caso anterior.
«El proceso ha sido y será absolutamente transparente: hemos tenido una mirada muy rigurosa en todos los aspectos», enfatiza Mónica Rivera, directora de la Corema del Maule.
Destaca que todo el proceso ha estado a cargo del sistema público y que la única vinculación de la empresa será el financiamiento, que aún no está definido pero que se verá cuando se seleccione el proyecto.
La reapertura de Licancel
Licancel adelantó hace varias semanas que, luego de la segunda quincena de agosto, estarían listas las condiciones técnicas necesarias para empezar a operar.
Por el momento, tienen la nueva planta de tratamiento en marcha blanca, pero aún quedan 3 parámetros a los que no pueden dar cumplimiento, que tienen que ver con demanda bioquímica de oxígeno (DBO), aceites y grasas, y sólidos suspendidos.
"Eso se debe a que las condiciones en que se diseñó la planta para operar eran en base a condiciones ideales y no es el caso en el que están trabajando", precisa la directora de la Conama.
Al respecto, Andrés Morán, subgerente corporativo de Licancel, explica que les ha costado cumplir con estos parámetros porque "el sistema de tratamiento está paralizado debido a que la planta entera está paralizada y lo que se necesita es calor para activar el sistema biológico".
Por eso, la empresa solicitó el jueves a la Seremi de Salud una autorización para instalar una caldera móvil para calentar riles-residuos industriales líquidos- y así tratar de simular las condiciones ideales.
Morán recalca que son temas técnicos que deberían estar resueltos prontamente y asegura que esta semana "o a más tardar la primera semana de septiembre" estos puntos estarían solucionados.
Pero Rivera no es tan optimista al respecto. "Los medios en general han hecho aparecer como una víctima a la empresa Licancel porque aún no han podido reabrir, pero ha habido ineficacia y falta de respuesta pronta de parte de la empresa".
La ingeniero civil químico cita como ejemplo los permisos que están pendientes de parte de la DGA, que aún no se emiten porque las solicitudes que debía ingresar la celulosa fueron entregados a la Gobernación de Curicó con bastante atraso. "Así que no hay ninguna fecha clara de cuándo cumplirán las condiciones técnicas", finaliza.
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