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EEUU: Nueva Jersey, primer estado en abolir pena de muerte en 31 años

Oficialmente, la pena de muerte estaba vigente en 38 de los 50 estados, aunque ahora se encuentra en virtual moratoria mientras el Tribunal Supremo analiza un recurso presentado a favor de dos condenados a muerte en Kentucky.


Nueva Jersey se convirtió en el primer estado de Estados Unidos en abolir la pena de muerte desde que esta se restituyó en todo el país en 1976, año desde el que se ha aplicado sobre 1.099 personas.



«Éste es un día de progreso para nosotros y para los millones de personas de nuestra nación y de alrededor del mundo que rechazan la pena de muerte como una respuesta moral», apuntó el gobernador Jon Corzine, después de firmar el proyecto aprobado ya por el Parlamento estatal.



Con su rúbrica, se pone fin a la vigencia de una pena que, después de haber sido abolida en todo el país en 1972, fue restituida tan solo cuatro años después, aunque desde entonces en Nueva Jersey, al igual que en otros estados, nunca se ha vuelto a aplicar.



Oficialmente, la pena de muerte estaba vigente en 38 de los 50 estados, aunque ahora se encuentra en virtual moratoria mientras el Tribunal Supremo analiza un recurso presentado a favor de dos condenados a muerte en Kentucky, que cuestiona el uso de la inyección letal, por considerar que viola la Constitución.



Aunque Nueva Jersey era uno de esos estados en los que la pena capital estaba vigente, la última vez que se ejecutó a alguien en ese territorio fue en 1963, cuando se electrocutó a Ralph J. Hudson, de Atlantic City, por el asesinato de su esposa.



«No podemos argumentar que la pena de muerte haya servido para disuadir el crimen, porque nunca la hemos utilizado», dijo hoy el presidente del Senado estatal, Richard Codey.



El portavoz de la Asamblea del estado, Joe Roberts, añadió que la «pena de muerte solo ha sido un factor disuasorio sobre el papel, un ejemplo de falsa seguridad» y se congratuló de haber «sentado un ejemplo para los demás estados».



Además, solo el mantenimiento del sistema que requería la pena de muerte -que ahora será sustituida por cadena perpetua sin derecho a libertad condicional- costaba a Nueva Jersey cerca de once millones de dólares al año.



«He visto las apasionadas reacciones que ha suscitado esta medida desde ambos lados del problema y creo firmemente que el reemplazo de la pena de muerte por cadena perpetua sin libertad condicional capta mejor los más altos valores de nuestro estado y refleja nuestros mejores esfuerzos por encontrar la verdadera justicia», añadió el gobernador.



Los primeros beneficiados por la abolición han sido los ocho reos que estaban en el corredor de la muerte de ese estado, ya que, para «asegurarse de que el objetivo de la legislación se lleva a cabo completamente», el gobernador conmutó sus sentencias por penas de prisión perpetua sin libertad condicional, tal como establece la nueva Ley.



Los siguientes serán sin duda los dos hombres que en 2008 deberán ser juzgados por el asesinato de un matrimonio y de sus dos hijas menores y para los que se pedía también la condena a muerte, un castigo que, para cuando se presenten ante los tribunales, ya no existirá.



«No puedo imaginar cómo reaccionaría si un ser querido fuera asesinado. Ojalá, mi fe me guié como ha guiado a las familias víctimas del asesinato que han apoyado la revocación de la pena de muerte» aseguró hoy el senador Raymond Lesniak.



Para el asambleísta puertorriqueño Wilfredo Caraballo, promotor de la iniciativa, la «pena de muerte ha sido un castigo cruel e inusual para ambos, los delincuentes en lista de ejecución y para las familias víctimas del crimen».



Antes de que se iniciara la tramitación parlamentaria del proyecto, que ha durado un año, el poder legislativo de Nueva Jersey siguió las recomendaciones de un comité independiente creado en 2006 para estudiar todos los aspectos de la pena capital.



Tras nueve audiencias públicas a las que acudieron setenta organizaciones e individuos, incluido familiares de víctimas, policías, religiosos, defensores y opositores del controvertido castigo, el grupo recomendó que fuera sustituida por cadena perpetua sin derecho a libertad.



Cuando el texto fue aprobado por el Parlamento estatal, Corzine anunció que lo rubricaría en «dos o tres días».



Según el Centro de Información estadounidense de la Pena de Muerte, desde que se restableció la pena capital en Estados Unidos, en 1976, han sido ejecutadas en el país 1.099 personas, cerca de 400 de ellas en Texas, el estado en el que más veces se ha aplicado.



EFE

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