Flexibilización impulsada por el gobierno busca que trabajadores puedan canjear por remuneración parte de los días libres acumulados en virtud de ese régimen laboral.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, mostró hoy su voluntad de terminar este año con el régimen laboral de las 35 horas semanales, que fue la medida estrella del último gobierno de izquierda entre 1997 y 2002.
Consultado en una conferencia de prensa sobre si quiere que 2008 sea el fin, al menos real, de las 35 horas de trabajo semanales, Sarkozy respondió: «Para decir las cosas como las pienso, sí».
En un proyecto de ley para mejorar el poder adquisitivo adoptado por el Parlamento a fines de diciembre, ya se preveía una nueva y fuerte flexibilización de la ley sobre las 35 horas de trabajo semanal, en concreto que los trabajadores puedan canjear por remuneración parte de los días libres acumulados en virtud de ese régimen laboral.
El presidente francés reiteró que la exoneración de cotizaciones a las empresas estará condicionada a que haya negociación salarial.
Sarkozy indicó, por otra parte, que se van a «crear las condiciones reglamentarias y fiscales» para que los trabajadores de todas las empresas, y no sólo las de más de 50 asalariados, puedan beneficiarse de dos mecanismos de remuneración extra-salariales: la participación y el interés.
En esa misma línea, confirmó su voluntad de que todos los empleados puedan optar a las opciones sobre acciones («stock options») y no sólo los directivos, así como la distribución gratuita de títulos.
Se trata -argumentó el jefe del Estado- de que «no se prive a los asalariados de la parte que les corresponde en el éxito de las empresas» porque «deben tener la recompensa justa a sus esfuerzos».
«No es aceptable que una empresa que tiene beneficios no recompense a sus asalariados», subrayó, después de haber advertido que irá «hasta el final» y que no será «prisionero de ningún grupo de presión».
El presidente francés también se pronunció por la transformación de la Caisse des Depots, un organismo financiero de titularidad estatal, en «un instrumento de la política de defensa» de las empresas del país frente a las amenazas que puedan representar los «fondos especulativos extremadamente agresivos y fondos soberanos que no obedecen a ninguna lógica económica».
Sarkozy avanzó que habrá «una verdadera estrategia» de la Caisse des Depots, lo que no impedirá que mantenga su independencia, y añadió que «se puede perfectamente ser liberal y decir ‘nuestras empresas, las vamos a defender'».
«No podemos encontrarnos con fondos especulativos que se abaten sobre una empresa y la venden», añadió.
EFE
