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‘No estoy resignado’ a que la Concertación pierda la presidencia del Senado

Parlamentario por Atacama debía suceder a Eduardo Frei, según el pacto original. A su juicio, la actual negociación permitirá demostrar »si Chile está en condiciones de contar con fuerzas políticas serias y responsables», pues »los intereses personales están primando por sobre los principios de un sentido ético».


Reconoce que el auto marketing no es su fuerte y que "no me gusta llegar a hablar de mí a otros". Por ello, el senador PS Ricardo Núñez, quien de acuerdo al pacto original de la Concertación tendría que asumir como presidente del Senado en marzo, confiesa que "me siento inhibido para negociar".



En ese contexto, indica que respecto a la conformación de la mesa de la cámara alta "no tengo idea lo que se ha negociado", pero agrega que conversaciones ha habido con la Alianza y que, por lo que le han informado, éstas han sido "bastante sustantivas".



A su juicio, hay tiempo para continuar con las negociaciones, pues "ni Frei ni Ominami están obligados a renunciar el día 10 de marzo, puede perfectamente postergarse las renuncias hasta que existan los acuerdos", dice.



Consultado si ello podría implicar que la actual mesa continúe un segundo periodo, explica que "es factible, si cuenta con el apoyo de la mayoría, porque tampoco sería bueno tener una mesa de minoría, pues una mesa de minoría está expuesta permanentemente a un voto de censura".



-Se observa una cierta resignación entre los senadores de la Concertación respecto a que no conservarían la presidencia del Senado y que todo apuntaría a que el puesto lo ocuparía Fernando Flores.
-No tengo esa sensación y no estoy resignado. Lo peor que le podría pasar a los senadores de la Concertación, incluyendo a los de mi propio partido es que este ánimo de resignación terminara por obnubilar cualquier tipo de iniciativa que pudiera eventualmente lograr mantener la presidencia del Senado en manos de la Concertación y, específicamente, de los socialistas. Es cierto que es difícil, que se han introducido elementos particularmente distorsionadores de la realidad. Pero de ahí a decir que se ha cambiado el espectro político porque hay cuatro senadores que piensan muy distinto unos de otros, que ya no pertenecen a los partidos que originalmente los eligieron, con la excepción del senador Bianchi, llegar a conclusiones de que se ha producido una suerte de big bang de la vida política del país y que ha surgido un nuevo partido, una nueva expresión de la vida política nacional muy poderosa, que tiene profundo arraigo de la sociedad chilena, me parece un exceso.



-Claramente la Concertación no cuenta con los votos para mantener por sí misma la mesa del Senado.
-Y tampoco los tiene la Alianza.



-¿Y se puede lograr realmente un acuerdo con la derecha? Sacando cuentas, a la derecha le conviene más hacer un acuerdo con los independientes para debilitar a la Concertación.
-No me cabe duda que ese es el cálculo que más de algún dirigente de la Alianza debe estar haciendo y lo justifico, porque hemos llegado en política a ese principio que sólo se da en la lucha libre o en el cachacascán, del todo vale. Estoy convencido de que no todo vale y la política todavía tiene principios, valores, la política es un especio en donde los acuerdos sustantivos son los que realmente permiten que los países progresen. La política es una cosa seria. No me imagino que si la derecha quiere gobernar este país, dé un paso tan corto que le pueda significar también un derrumbe en su propio interior, al punto que le sea imposible acceder a lo que ellos pretenden, a La Moneda.



-Los colorines dicen que a Adolfo Zaldívar se le acusó de llegar a acuerdos con la derecha y ahora es la Concertación la que está haciendo eso.
-Estamos hablando de las fuerzas políticas sustantivas, no estamos hablando de una derecha cualquiera, no estamos hablando de un senador o un diputado que pueda parecer díscolo, estamos hablando de que ambas fuerzas, las Concertación y la Alianza, constituyen las dos fuerzas en torno a las cuales el país puede sufrir un colapso o vivir las posibilidades de desarrollo y de crecimiento. Estamos frente a un hecho real, el tema es si estamos convencidos que las instituciones tienen validez y si estas instituciones importan al país y algunos creemos que el Senado es importante, y para que eso se materialice no tenemos otra alternativa. Eso no significa que la propia Concertación llegue a negociar con los cuatro, yo personalmente no estoy de acuerdo con aquellos, porque ellos no son un partido, una fuerza política, no constituyen un vector de fuerzas sustantivas que les dan gobernabilidad a Chile.



-¿En lo personal, cómo se siente con esta negociación, teniendo en cuenta que usted sería el próximo presidente del Senado?
-Estoy muy tranquilo, a diferencia de lo que se desprendió de otra entrevista, según la cual estaría dolorido… No, estoy preocupado, no por mí, tengo mi vida muy clara, he cumplido una tarea en Chile, en el PS, me siento una persona que he colaborado muy significativamente en una transición en general exitosa. Mi vida personal no se siente afectada por este tipo de situaciones tampoco dignificante. Estoy preocupado porque creo que va a depender bastante de cómo resolvamos en el próximo periodo la situación tanto de la Cámara y el Senado, si Chile está en condiciones de contar con fuerzas políticas serias y responsables frente al país. Si no lo estamos, no será la Alianza ni la Concertación la que gane, serán otros que quieren ver destruida la vida política del país para que Chile caiga, tal cual como han caído otros países latinoamericanos, en el populismo de izquierda o derecha.



-¿Siente que el PS se ha jugado por su opción a la presidencia del Senado?
-Me gustaría que se movieran más, pero no les puedo exigir tampoco que estén preocupados de día y de noche, me parecería exigirles más allá de los límites humanos y políticos que existen, pero sé que cuento con la solidaridad, incluso con aquellos que mostraron en su momento una disposición distinta a la mía para asumir la presidencia del Senado. No tengo dudas que el conjunto de los senadores socialistas, y espero de mi partido, van a jugársela por llegar a acuerdos y entendimientos para permitir que el Senado efectivamente tenga la conducción de la Concertación. No seré yo quien voy a disparar contra la dirección del PS, porque eso me parecería una visión menguada y pequeña, no voy a echarle la culpa a nadie, ni menos a la dirección de mi partido, porque normalmente uno termina olvidándose que puede ser también responsable de no haber conversado ni haber hecho las cosas que normalmente se hacen para estos efectos.



"Aventureros de cualquier calaña pueden tener mayoría"



-¿De acuerdo a lo que usted señala hay un riesgo institucional?
-Yo no veo en lo inmediato un deterioro de las instituciones que forman parte de la vida democrática del país. Pero pensar que esto no puede sufrir un deterioro es un grave error. Ya Chile vivió una experiencia dramática. La calidad de la vida política, al despojarse del sentido ético y moral que ésta tiene que tener, al ser el pragmatismo el que está sustituyendo las ideas, al constituirse la política más bien en un lugar donde las pasiones de carácter personal son las que priman por sobre los principios, es altamente probable que esto nos lleve a un deterioro de la vida política de nuestro país y que el sistema de partidos se derrumbe, como se ha derrumbado prácticamente en todos los partidos latinoamericanos.



La sociedad chilena tiene un grado de deterioro cívico notable. El alejamiento de la política que uno observa de la juventud, de sectores importantes de la política, millones de chilenos que no votan, el desprestigio de la política está asociado a la corrupción para muchos chilenos, hace pensar perfectamente de que en Chile pueden suscitarse las condiciones para que aventureros de cualquier tipo, de cualquier calaña, puedan tener una mayoría y asumir las responsabilidades que debieran corresponder a los partidos que tienen sentido estratégico de este país.



-¿Y en eso hay una responsabilidad de los políticos?
-Y en este sentido la responsabilidad es de los políticos actuales, somos los que estamos fundando las posibilidades de que Chile se siga desarrollando como un país cuya democracia es vista con respeto en el mundo entero, o nosotros podemos generar las condiciones para que ese deterioro sea tal para que una próxima generación vea a Chile en un desastre político de magnitudes impredecibles. Por este tipo de hechos es que tengo la preocupación que tengo. Si en este país las lealtades empiezan a ser una mercancía desechable, si los principios son fácilmente transables, si los entendimientos son fácilmente desconocidos, tengo la impresión de que iniciamos un camino irreversible al deterioro político de Chile. Esa es mi preocupación, no es si vamos a tener o no la presidencia del Senado, ni si yo voy a ser o no presidente del Senado, si no lo soy, no nací para ello.



-Cree que el pragmatismo le está ganando a la moral y la ética política?
-Sí, totalmente. Creo que los intereses personales están primando por sobre los principios de un sentido ético y moral de la política, de eso no tengo la menor duda, lo veo diariamente, de repente personas de izquierda tienen posiciones de derecha y personas de derecha, que estuvieron comprometidos con la dictadura hoy son más demócratas que nosotros mismos. Tenemos a la mitad de los chilenos y tal vez más, muy confundidos. Este intento de limar las aristas de un bloque y de otro es un grave error, eso no significa que no puedan convivir los dos bloques, lo importante es demostrar que podemos convivir gente de izquierda con principios laicos, democráticos, como los que quiero representar, con personas que están al otro extremo.



-¿La salida de senadores de ambos bloques refleja que el sistema político, el binominal, está haciendo aguas? <b
-Es muy curioso, porque la supervivencia de los llamados colorines depende en gran medida de que cambie el sistema electoral y la posibilidad de que se levante una alternativa como la que pretende Schaulsohn y Flores depende en gran medida del cambio en el sistema electoral y, curiosamente, tanto unos como otros prefieren entenderse con la derecha, que son exactamente quienes han estado en contra de cambiar el sistema electoral.



-¿La Concertación seguirá empeñada en reformar el sistema binominal tomando en cuenta que pragmáticamente el sistema hoy le conviene?
-Pragmáticamente puede ser que nos convenga el sistema electoral que tenemos, pero si queremos seguirle dando una sentido ético a la política, no podemos cambiar de opinión a propósito que nos convenga, por la situación que se ha generado en la Concertación con la división de estos dos grupos.



¿Puede ser que alguno caiga en esa tentación?
-Puede ser que alguno caiga en esa tentación, pero en mí no va a existir, voy a seguir peleando por el cambio al sistema electoral, porque no es justo que ellos, teniendo posibilidades de acceder a las instituciones democráticas, no tengan la representación que merece. No es justa que el PC no esté en las instituciones democráticas. Una manifestación de deterioro de la vida política sería que la Concertación, para no darles representación a ellos, volviéramos la espalda a los principios que hemos tratado de mantener como inalterable, entre otros, tener un sistema electoral más inclusivo.



-¿La derecha puede ganar las próximas elecciones presidenciales?
-Perfectamente, no descarto esa posibilidad, hay que tratar de evitarlo, con buenas armas, con las armas de las ideas, de los principios, de los valores, de la sobriedad y con la fuerza suficiente como para erradicar cualquier tendencia que pueda existir de entender la administración pública como un espacio para resolver sus aspiraciones personales, más que entender ese espacio como un lugar donde desarrollamos nuestra vocación de sentido de vocación pública; si somos capaces al mismo tiempo de desterrar cualquier atisbo de corrupción y ser muy duro en combatirla, y somos capaces de mantener vigilancia de las conductas de quienes tienen la obligación de ser los más transparentes de todos los chilenos, y esos deben ser los hombres y mujeres de la Concertación. A eso aspiro.



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