Publicidad

La fórmula comunicacional que pone en jaque la credibilidad de Provoste

El estilo »un tanto antiguo», más vertical que horizontal, le juega en contra a la ministra de Educación, según expertos que analizan su performance en el caso Subvenciones. Un episodio que ha minado su promisoria carrera política, en el que su peor error fue por lejos negarse a destituir a Alejandro Traverso.Por Claudia Urquieta Chavarría


La falta de transparencia sobre su puntaje en la PAA fue el primer autogol que la ministra de Educación, Yasna Provoste, le marcó a su prometedora carrera política.



Desde ese episodio, en opinión de algunos expertos, ha tenido un manejo comunicacional deficiente, con un discurso antiguo y lineal, que ha enredado sus aspiraciones y complicado a La Moneda.



Según el director de Adimark, Roberto Méndez, el traslado al estadio político del escándalo es la gran falla gubernamental, ya que se "presidencializó" al extremo la situación, dado el fuerte apoyo de la Presidenta Michelle Bachelet.



Este error se refleja en la encuesta que hizo la firma en febrero, donde subió la desaprobación a la forma en que el Ejecutivo maneja la corrupción, instalándose en el segundo lugar tras la delincuencia.



"Es el problema más grave que enfrenta el Gobierno en este momento, porque se suma a los casos EFE y Chiledeportes. La gente lo ve como un todo, lo que podría afectar el resultado de las elecciones", dice.



Oídos sordos a los gritos de la banca



Para muchos, el principal problema de la fórmula Provoste es que evita enfrentar directamente las interrogantes que se le hacen, como quien chutea la pelota a la galería por carencia de mayores argumentos.



Según periodistas que la han entrevistado personalmente, "se maneja como un frontón al que no le entra la pregunta. Responde su visión de una cosa preconcebida y no el punto sobre el que se la interroga".



Esta estrategia le genera un aura de poca transparencia, aunque en rigor no sea así. "Y de paso crea la sensación de que lo hace deliberadamente o que simplemente no maneja el tema", agrega otro profesional de la prensa.



Primer tiempo



El primer gran error de Provoste fue el día después de que El Mostrador.cl hiciera público el informe de la Contraloría que evidenciaba un millonario fraude al fisco por parte de algunos sostenedores.



Su táctica defensiva consistió en culpar a estos últimos, justificando la mantención de Alejandro Traverso en la Seremi de Educación, porque supuestamente el órgano fiscalizador lo habría sugerido. Pero no mencionó que esa misma entidad había pedido la destitución del funcionario PS, situación que este medio publicó al día siguiente.



Y como broche de oro, se fue de vacaciones, dejando todo en manos del recién asumido subsecretario de la cartera, Cristián Martínez, encargado de informar la renuncia del Seremi. De esta forma, intentó bajar el perfil a la situación, cuando el asunto recién comenzaba a ser una bola de nieve.



Para el investigador de la Universidad Diego Portales Arturo Arriagada, es inexplicable que Provoste haya elegido esa opción "teniendo como antecedente el Transantiago, ya que cometió el mismo error de Bachelet: seguir de vacaciones minimizando una crisis que sabía iba a explotar".



A esto se sumó el hecho de que al volver, presionada por diversos actores políticos, trascendió que había participado en reuniones para su campaña senatorial, lo que dejó la sensación de que "en vez de estar al tanto de los problemas de su ministerio, andaba preocupada de sumar votos en el norte".



Segundo tiempo



Cuando la secretaria de Estado retomó sus funciones, intentó pasar a la ofensiva asegurando que su cartera lideró las investigaciones del caso, aunque en verdad fue la Contraloría la que lo hizo.



Incluso, dio por superada la interrogante sobre el destino de $ 262.000 millones, asegurando que había entregado los documentos de respaldo pertinentes. Pero omitió que el órgano presidido por Ramiro Mendoza no se había pronunciado al respecto y que la información sólo abarcaba los dos últimos meses de 2005 y el año siguiente.



El espaldarazo del Gobierno no se hizo esperar: dio por sorteado el escándalo y se alineó 100% con la profesora de educación física, quizá con más expectativas que razones reales.



Pero el movimiento más complejo de Provoste fue revocar la destitución de Traverso propuesta por la Contraloría, cambiándola por dos meses de suspensión, argumentando además que la decisión se basaba "en la propuesta de la fiscal de la Contraloría".



"Se volvió a equivocar con Traverso: ahí perdió la gran oportunidad de asumir errores, dando la señal de que el responsable no puede seguir trabajando como funcionario público. Porque podía quedar como la persona que arregló todos los vacíos de gobiernos anteriores", explica Arriagada.



En tanto, Méndez considera que otro yerro de Provoste radica en no reconocer la existencia de un problema, respaldando al ex funcionario. "Lo óptimo habría sido asumir, tomar medidas administrativas. Así habría quedado confinado a su cartera".



Tarjeta amarilla



Los equívocos continuaron cuando se destapó el caso de la hija del responsable de la División Jurídica de la cartera, que se fue a estudiar a España percibiendo su sueldo íntegro, pese a trabajar sólo a honorarios en el Mineduc.



Entonces, le pasó la pelota a la ex subsecretaria Pilar Romaguera, a quien indicó como la responsable de firmar la autorización, olvidando que ella rubricó el contrato de Mariana González un par de días después.



Y como jugada final, se respaldó en un informe que la Contraloría emitió el martes, en que supuestamente se daba por superado el problema, omitiendo ante la comisión de Educación de la cámara baja que la entidad tenía pendiente un pronunciamiento definitivo sobre el bienio 2004-2005.



Encima, aseguró que en la investigación de Contraloría no se mencionan explícitamente los $ 262.000 millones, obviando que sí figuran en el sumario. «Habló toda la tarde y no sacó nada en limpio. Está un poco condenada porque perdió credibilidad», señala una fuente de La Moneda.



"En ese sentido ella es inteligente, porque intenta poner de su lado a la Contraloría, que actúa como juez. El tema va en la imagen que ha construido. Antes del caso de la PAA, tenía todo para ganar: escasos recursos y meritocracia. Pero ya sabemos que mintió y el que miente una vez queda condicional. El tema es que tiene que renunciar, para que no sea más dañino, porque si lo hace, luego podría reaparecer", concluye Arriagada.

Publicidad

Tendencias