No estoy aquí ni para salvar al Gobierno ni para hacer triunfar a la oposición. El mayor interés debe estar centrado en un juicio justo, y en lo posible acertado», dijo el legislador, cuyo voto es clave para el destino de la acusación constitucional contra la suspendida ministra Yasna Provoste. Luego que expusieran 16 senadores, la sesión de la Cámara alta entró en un receso de una hora y se reanudó pasadas las tres de la tarde.
La esperada intervención del senador independiente Carlos Bianchi respecto de la acusación constitucional contra la suspendida ministra de Educación, Yasna Provoste, no contribuyó a esclarecer este miércoles la suerte que correrá el futuro político de la secretaria de Estado.
Consciente que su decisión es clave para inclinar la balanza a favor de una u otra posición, el legislador por Magallanes optó una vez más por mantener en la incertidumbre tanto a la Concertación como a la Alianza por Chile, y dejar la sorpresa de su voto para el final.
Como ya lo ha hecho en otras oportunidades en las que ha tenido la certeza de tener el toro por las astas, Bianchi ocupó sus 10 minutos de la sesión del Senado que analiza el caso para manifestar que una acusación constitucional es una situación "excepcional" y que su determinación estará motivada por un principio de justicia y no para beneficiar al oficialismo o la oposición.
"Quiero que quede claro ante mi país que no estoy aquí ni para salvar al Gobierno ni para hacer triunfar a la oposición. El mayor interés debe estar centrado en un juicio justo, y en lo posible acertado", dijo.
El senador independiente expresó también que "no soy yo el responsable de las acusaciones profetizadas por uno u otro sector político. Tengo la claridad señor presidente que debo actuar en base a principios de honestidad, transparencia, responsabilidad y con un sentido de justicia basados en mi formación humana".
Argumentos a favor, en contra y lágrimas
Desde que la sesión se reanudó poco antes de las 11:30 horas tras una suspensión de 45 minutos por una serie de enredos administrativos consistentes en las aprensiones de algunos parlamentarios por no haber tenido la posibilidad de leer toda la información escrita, los senadores comenzaron en orden alfabético a exponer sus respectivos argumentos a favor o en contra de la acusación contra la cuestionada titular del Mineduc, a quien se responsabiliza de los desórdenes contables descubiertos al interior de su cartera y que quedaron al descubierto tras estallar el escándalo por las anomalías en la entrega de subvenciones escolares a sostenedores privados.
El primero en exponer fue el senador de RN Andrés Allamand, quien rechazó los argumentos esgrimidos por algunos parlamentarios de la Concertación respecto a la no conveniencia de utilizar el mecanismo de la acusación constitucional, considerando que no tuvieron el mismo planteamiento en las más de diez acusaciones que sin éxito han sido presentadas en los últimos años.
También cuestionó los argumentos de la defensa de Yasna Provoste, a cargo del abogado y ex ministro de Justicia Luis Bates, ya que a su juicio éstos sólo permiten deducir que la secretaria de Estado no es la jefa superior del ministerio que encabeza.
Posteriormente fue el turno de la senadora y presidenta del PDC María Soledad Alvear, quien manifestó su confianza en que el Senado votará de manera distinta que los diputados, ya que a su juicio no es una simple "caja repetidora de la cámara", y enfatizó que a su entender la acusación constitucional "no tiene sustento alguno, carece de mérito, prueba y convicción".
El apoyo que expresó la timonel de la Democracia Cristiana hizo incluso que Yasna Provoste derramara algunas lágrimas de emoción, en una de las pocas veces que se ha visto afectada por la situación que atraviesa.
Otro que dejó claro que rechaza la acusación fue el senador radical Nelson Ávila, quien en su particular estilo le reprochó a la ministra el haber alcanzado acuerdos en materia de Educación con la derecha, misma que -dijo- posteriormente la "apuñalaron".
Además de los ya citados, en la primera parte de la instancia parlamentaria presentaron sus argumentaciones los senadores Jorge Arancibia (UDI), Carlos Cantero (independiente), Andrés Chadwick (UDI), Juan Antonio Coloma (UDI) , Camilo Escalona (PS) y Alberto Espina (RN).
Estos dos últimos efectuaron los debates más encendidos de las primeras 16 exposiciones, las que culminaron con un receso de poco más de una hora, reanudándose pasadas la tres de la tarde con la alocución del senador y presidente de la UDI, Hernán Larraín, el primero de los 22 legisladores faltantes.
Escalona dijo que con la acusación «la oposición lo que pretende acá es cogobernar, hacerse de atribuciones que no le están expresamente conferidas» y enfatizó que «ninguna autoridad puede atribuirse funciones, competencias o atribuciones que no le estén expresamente conferidas. Y a la mayoría parlamentaria no le está conferida la responsabilidad de destituir ministros de Estados por el ejercicio de sus responsabilidades políticas, porque esa es atribución del jefe del Estado, del presidente de la República».
El también residente del Partido Socialista criticó al mismo tiempo la presencia en la sala del Senado del presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, quien a su juicio «vino aquí para saber si iban a cumplir ustedes o no -los legisladores de RN- el designio de que a través de esta acusación constitucional se iba a aprobar o no la eficacia de la nueva mayoría parlamentaria».
Posteriormente fue el turno del senador de RN Alberto Espina, quien respondió a Escalona señalando que nadie ha juzgado la responsabilidad política de una ministra de Estado, sino que su responsabilidad política, «y gracias a Dios no hay intocables (Â…) y gracias a Dios la ley no es patrocinio de quien me antecedió».
En tanto, el único que no respetó el orden alfabético fue el independiente Fernando Flores, quien prefirió intervenir mñas avanzada la tarde, ya que se encontraba sopesando supuestos nuevos antecedentes para poder resolver cuál será su voto.
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