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Inflación desatada obliga al Central a elevar la tasa de interés

Los analistas coinciden en que es la medida correcta para frenar la escalada del IPC, aunque advierten que sus efectos podrán apreciarse en más de un año. Asimismo, no descartan que el instituto emisor vuelva a adoptar una medida similar con el mismo objetivo dentro de algunos meses. Eso sí, los más afectados serán los bolsillos de los consumidores, que verán afectado su poder adquisitivo.


El Consejo del Banco Central acordó este jueves en su reunión mensual de política monetaria aumentar la tasa de interés de política monetaria en 50 puntos base, hasta 7,25% anual.



A través de un comunicado el instituto emisor señaló que "dado el deterioro del panorama inflacionario, este aumento de la tasa de política es necesario para asegurar la convergencia de la inflación hacia el 3% en el horizonte de política".



Igualmente se indica que en el ámbito externo las perspectivas de actividad para las economías desarrolladas se mantienen débiles y los mercados financieros internacionales siguen tensionados. El precio del petróleo se ha mantenido elevado, mientras que los precios de la mayoría de los productos básicos han vuelto a aumentar. Las presiones inflacionarias en el mundo se han acentuado.



Para el Consejo del Banco Central en el plano interno "la información disponible de actividad para el segundo trimestre es coherente con las perspectivas de expansión para el año contenidas en el último Informe de Política Monetaria. La demanda interna continúa creciendo a tasas elevadas, particularmente en su componente importado, y el desempleo se ha mantenido estable".



El instituto emisor indicó que la inflación de junio superó significativamente lo anticipado "debido a nuevos aumentos en los precios de la energía y de los alimentos".



Para el Central "las medidas subyacentes de inflación y varias medidas de expectativas de inflación se han incrementado, lo que sugiere una propagación inflacionaria mayor que la prevista", precisando que "la dinámica salarial sigue ajustada a patrones históricos".



Asimismo se señala que "el Consejo reafirma su compromiso de conducir la política monetaria de manera de reducir la elevada inflación actual hacia 3% en el horizonte de política".



Además se precisa que "ello resulta esencial para alinear la dinámica inflacionaria con el objetivo de estabilidad de precios. La trayectoria futura de la TPM dependerá de la nueva información que se acumule y de sus implicancias sobre la inflación proyectada, aunque en el escenario más probable serán necesarios ajustes adicionales para asegurar la convergencia de la inflación a la meta".



Efecto en los bolsillos



En general, los analistas consultados frente a la decisión del instituto emisor consideran que se trata de la medida correcta para enfrentar el actual escenario, aunque advierten que los efectos podrán ser apreciados en el mediano y largo plazo.



La economista de Econsult, Michelle Labbé, dijo al respecto «lo que sí deberíamos esperar es que no en el corto plazo pero si en el mediano plazo, esto ayude a bajar la presión sobre la inflación".



Agregó que, en términos prácticos, los primeros afectados serán los bolsillos de las personas «La primera forma que afecta es a través del crédito. Aquellos que tienen crédito de consumo van a tener que endeudarse a tasas más altas y aquellos que están pidiendo créditos hipotecarios también van a tener tasas más altas para poder endeudarse".



No descartan nueva alza de la tasa de interés



El economista de Libertad y Desarrollo (LYD), Tomás Flores, dijo que la medida apunta en la dirección correcta, señalando que "era lo que el mercado esperaba y además era la recomendación que habíamos dicho nosotros en el grupo de política monetaria".



A juicio del experto "la medida apunta en lo correcto en tratar de derrotar a la inflación que hoy día ya está casi bordeando el 10 por ciento anual y por tanto con esta medida uno debería proyectar de que paulatinamente esa presión de precio debería comenzar a moderarse de maneras tal que de aquí a 24 meses más ya estuviéramos con una inflación en torno al tres por ciento nuevamente".



El economista adelantó que "es probable que incluso veamos una nueva alza en los próximos meses".



Flores manifestó que este proceso de ajuste va a tardar por lo menos un año más.



"Si se hubiese mantenido la tasa de interés se habría generado una gran alarma porque hubiese transmitido la señal de que tal vez el Banco Central iba a ser más contemplativo con la inflación y hubiera efectivamente generado un gran temor de que la inflación nos pudiese acompañar durante bastante tiempo más", manifestó el experto de Libertad y Desarrollo.



Medida dolorosa



En tanto el economista de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, dijo se trata de una "medida dolorosa" pero necesaria para "tratar de evitar un espiral inflacionario que ya se está empezando a dar y para evitar que las alzas en los precios de los alimentos y los energéticos se vayan traspasando a los demás precios de la economía".



A juicio del ex decano de Economía de la "U" con esto el instituto emisor "procura tratar de frenar esos llamados efectos de segunda vuelta encareciendo el crédito a corto plazo"



"Esta medida surtirá efecto en varios meses más, no es que vaya a tener un efecto en el IPC del mes que viene. Lo que se procura es que se vaya desacelerando en lugar de acelerando la inflación", indicó.



Para el académico la tasa de interés es un instrumento burdo que al igual que como sirve para frenar alzas en precios "también desgraciadamente tiende a frenar las compras y por consiguiente la producción".


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