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Parlamentarios en órbita

Más allá de los argumentos que se esgriman para impedir el ingreso del Subsecretario a la Comisión, el veto resulta también ampliamente funcional al interés de algunos parlamentarios de crear una imagen distorsionada sobre la modernización que se ha venido gestando al interior del Ministerio de Defensa.


En una república, la política de defensa es una política de Estado, incluye lo militar pero es más que ella. Las FF.AA. están sometidas a la conducción civil, y los poderes públicos se respetan entre sí en cuanto tales, aplicando el principio de la competencia y la responsabilidad en las funciones. Cosas tan elementales como estas está transgrediendo la derecha con un manejo tendencioso de la Comisión de Defensa de la Cámara al vetar de manera permanente el ingreso de autoridades civiles del Ministerio de Defensa a la Comisión, y boicotear con dudosos propósitos las iniciativas gubernamentales para modernizar el sector.



El martes 29 de julio, una vez más parlamentarios de la derecha se opusieron a que el Subsecretario de Aviación ingresara a la Comisión de Defensa. Esta vez para que junto con el ministro Subrogante Francisco Vidal, respondiera a un conjunto de interrogantes planteadas por la propia derecha en torno a la adquisición de un sistema satelital para Chile luego de un proceso público de casi dos años de duración.



Ante tal negativa, el ministro Vidal decidió que si el subsecretario no podía ingresar tampoco existían condiciones para que el gobierno informara, pues quien ha dirigido todo el proceso ha sido precisamente Raúl Vergara. Sin perjuicio de que, además, aceptar una situación de tal naturaleza es legitimar un veto infundado e impropio en un Estado de Derecho, con una clara separación de poderes y responsabilidades, y un régimen presidencial.



La actitud de Vidal sienta un precedente importante en la lógica de un desarrollo republicano. Pues el Congreso Nacional, y en especial sus comisiones de trabajo, que es donde verdaderamente se ejercen las funciones de legislar y fiscalizar, no pueden actuar menoscabando las competencias de los otros poderes. Peor aún si se trata de temas que involucran aspectos de seguridad nacional.



Más allá de los argumentos que se esgriman para impedir el ingreso del subsecretario a la Comisión, el veto resulta también ampliamente funcional al interés de algunos parlamentarios de crear una imagen distorsionada sobre la modernización que se ha venido gestando al interior del Ministerio de Defensa. Desde los desarrollos técnicos sobre los que debía informar el Subsecretario Vergara, hasta un conjunto muy amplio de temas que incluyen la creación del soldado profesional y la reforma del Ministerio de Defensa.



El flujo de información en estos temas entre el parlamento y el ejecutivo es fundamental para que los procesos decisorios del Estado sean consistentes. De ahí que resulta incomprensible que primero se invite a informar, el gobierno acceda y luego no se permite hacerlo a quien corresponde. Más aún si las preguntas apuntan a hechos ampliamente conocidos a estas alturas por la publicidad que ha tenido todo el proceso, tal como ha ocurrido con el satélite. En ese caso ellas adquieren un sesgo tendencioso, aparentemente orientado a crear la sensación de que algo no está bien.



Luego que el año 2006 se desistiera de la compra de un satélite y se iniciara por razones técnicas y de transparencia un proceso de licitación abierta, queda claro que el Ministerio de Defensa generó un proyecto que resulta inédito en el sistema de adquisiciones en el cual tiene ingerencia.



En el participaron más de 25 empresas y los requerimientos de diseño fueron cuidadosamente estudiados por un grupo amplio de expertos de acuerdo a las necesidades del país. El proceso de licitación fue llevado a cabo por un Comité de Proyecto dirigido por el Subsecretario de Aviación con participación amplia de la FACH, que ponderó las opiniones de equipos técnicos de la Fuerza Aérea, el Ejército y la Armada; de la Agencia Chilena del Espacio, de trece universidades del país y de CONICYT. Los términos de referencia de la licitación fueron elaborados por la consultora jurídica externa Carey & Allende, y validados por la Contraloría General de la República.



En los aspectos técnicos, el sistema incluye un proceso de aprendizaje tecnológico que implica un desarrollo integral del país, con transferencia tecnológica en equipos y capacitación que abarcan no solo los ámbitos militares sin también los civiles.



Las prestaciones de cámara son superiores a la opción desechada el año 2006, tanto en resolución espacial como en rango pancromático (blanco y negro) o multiespectral (bandas de color). Asimismo, las prestaciones de almacenamiento de imágenes y la agilidad para adquirirlas en una misma pasada son muy superiores a aquella.



Parece apropiado que el Ministerio de Defensa atenúe públicamente los componentes de la defensa que justifican esta adquisición satelital. No solo como una medida de prudencia en materia de política exterior vecinal, sino porque efectivamente la adquisición tiene un carácter predominantemente civil. La Comisión de Defensa debiera entender este aspecto.



Con todo, el sistema satisface plenamente los requerimientos de las instituciones armadas, sobre todo en una fase de instalación y aprendizaje de lo que es un sistema satelital. La resolución de 1,5m que tiene, y que es una combinación entre resolución óptima y costo del mismo, está en consonancia con estándares internacionales como los de la NATO (STANAG 3769) y permite identificar infraestructuras y detectar con nitidez hasta vehículos.



En pocos años más, con este aprendizaje maduro y la Comisión Chilena del Espacio transformada en una gran Agencia Nacional, entraremos a un debate más complejo en torno a un satélite de telecomunicaciones que satisfaga los aspectos de comunicación, mando y control que el país requiere.



Hasta entonces, sería conveniente que los parlamentarios de la Comisión de Defensa, especialmente los de la derecha, se aplicaran de una manera transparente y profesional a informarse de los temas cuando deben hacerlo. Lo contrario es sospechoso de manipulación.





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