La autoridad religiosa también criticó el arribismo de los chilenos, lo cual se manifiesta con la intención de algunos de pagar un alto precio de una entrada a un concierto musical, mientras otros viven con el sueldo mínimo.
El presidente de la Mesa Ampliada de Iglesias Evangélicas, obispo Emiliano Soto, instó a todos los sectores políticos a lograr un acuerdo sobre el Transantiago, afirmando que lo que se busca no son culpables, sino que responsabilidades políticas.
Las declaraciones las hizo en el marco del Te Deum evangélico realizado esta mañana y a la que concurrió la Presidenta Michelle Bachelet y autoridades de gobierno y políticas.
El obispo criticó la forma en cómo se ha manejado el tema, precisando que «nuestra tarea es colaborar en todas las soluciones posibles. Para esto, los evangélicos de todo el país, solicitamos la solución definitiva del Transantiago, y que éste deje de ser un juguete de la estrategia política de algunos. Mientras se usa este tema, millones de chilenos sufren a diario la falta de solución, que en forma paradójica, está en las manos de personas, que precisamente no usan el Transantiago»
La acción de gracia, que reúne a iglesias Metodistas y Pentecostales, busca entregar los parabienes al país.
El Te Deum evangélico se realiza el domingo anterior al que realiza el mundo católico.
Dentro de la Catedral evangélica las personas seguían paso a paso los pormenores de la homilía, mientras que unas mil personas afuera del lugar hacían lo mismo a través de parlantes dispuestos para la ocasión.
Humanizar la economía y terminar con el arribismo
El obispo también habló sobre la economía nacional, señalando que "en momentos en que la economía detecta señales de inflación, hacemos un llamado a las casas comerciales, a los bancos y a las financieras, a humanizar su rol en la sociedad".
En ese sentido, la autoridad religiosa dijo que los intereses que pagan los chilenos por sus deudas no pueden estar al límite de la usura y el abuso.
Asimismo, criticó el arribismo que vive el país, lo cual explicó con el hecho que una gran cantidad de personas están dispuestos a pagar entre 140.000 y 210.000 pesos por una entrada para el concierto de la cantante estadounidense Madonna, mientras que miles de familia viven con el sueldo mínimo.
"Esto, es totalmente contradictorio. Respetamos la legítima opción de muchos compatriotas de querer estar en ese evento. Nuestro reparo, va en el sentido de llamar la atención en como nuestras conciencias se pueden adormecer frente al efecto arribista de querer ser exclusivos y vivir como tal", afirmó.
