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El Senado de Estados Unidos da luz verde a rescate financiero

Los senadores norteamericanos aprobaron este miércoles por 74 votos a favor y 25 en contra el plan financiero de 700.000 millones de dólares. La iniciativa contiene un gran paquete de medidas dirigidas a ablandar a sus detractores en la Cámara de Representantes. La votación salió adelante gracias a la introducción de varias enmiendas que suavizan la redacción original del proyecto.


La iniciativa fue sancionada con los votos de los candidatos presidenciales Barack Obama (demócrata) y John McCain (republicano), cuando faltan 34 días para los comicios generales y la economía figura como tema dominante.



Se prevé que el proyecto de ley, con todas las modificaciones al texto original rechazado el lunes en la Cámara de Representantes, sea llevado a votación en esa cámara la tarde del viernes.



Entre los senadores que dieron el «sí» al proyecto, que supone la mayor intervención estatal en la empresa privada en varias décadas, figuraron Obama, su compañero de fórmula, Joe Biden, y Hillary Clinton. El senador Edward Kennedy, enfermo de cáncer cerebral, no estuvo presente.



Panorama sombrío



Durante el debate, que comenzó alrededor de las 19.30 GMT, los senadores pintaron un panorama sombrío si se rechazaba el plan, en momentos en los que tanto los negocios como los consumidores afrontan restricciones de crédito.



«Estamos en una situación muy peligrosa en la que las instituciones financieras en todo el país temen prestar dinero… Eso significa que si no actuamos será más difícil para los estadounidenses» conseguir préstamos, explicó Obama antes de la votación.



«Podríamos ver el cierre de miles de negocios, la pérdida de millones de empleos, a lo que seguiría una larga y dolorosa recesión. En otras palabras, esta no es solo una crisis de Wall Street, es una crisis estadounidense», advirtió el senador demócrata por Illinois.



Para ablandar a quienes se oponen al «rescate» de Wall Street en la Cámara Baja, el Senado incluyó medidas como alivios fiscales y medidas que benefician al ciudadano medio relacionadas con la protección de los depósitos bancarios, y medidas sanitarias.



Con todas las adiciones, aceptadas a regañadientes por los senadores, la «Ley de Estabilización Económica» pasó de 102 páginas en su versión original del lunes, a un total de 451 páginas.



Pero, el eje central del acuerdo es que el Departamento del Tesoro podrá adquirir la deuda de mala calidad de los bancos por importe de hasta 700.000 millones de dólares.



De ellos, tendrá 250.000 millones disponibles de inmediato y otros 100.000 millones si el presidente George W. Bush lo considera necesario. El Congreso puede retener los 350.000 millones restantes si no está satisfecho con el desempeño del programa.



Entre otros elementos, la medida elevó de 100.000 a 250.000 dólares la garantía que se aplica a los depósitos de los clientes bancarios, con el objetivo de mantener la confianza en el sistema bancario y evitar la fuga de dinero de una entidad a otra.



La Comisión de Valores de EE.UU. también podrá suspender la práctica de contabilidad conocida en inglés como «mark to market», que permite a las empresas ajustar sus activos al valor del mercado.



Desde la Casa Blanca hasta los pasillos del Congreso, el mensaje ha sido el mismo: se cierra el grifo de los préstamos y eso tiene graves consecuencias para los hogares, fábricas, negocios, e incluso ciudades y municipalidades.



La ciudad de Los Ángeles (California), por ejemplo, ya afronta problemas para obtener financiación de obras públicas debido a las restricciones de crédito.



La ralentización económica en EE.UU. también tiene repercusiones para las compañías internacionales debido al alto volumen de importaciones.



Los senadores reconocieron que la versión aprobada este miércoles no es perfecta, pero al menos contiene protecciones para los contribuyentes y salvaguardas para supervisar la eficacia del plan.



El senador republicano Mel Martínez, que votó por el plan, afirmó que ya habrá tiempo, en la sesión legislativa que comienza en enero próximo, para evaluar la crisis y, sobre todo, debatir una reforma regulatoria del sector financiero.



Martínez recordó que la medida limitará las compensaciones de los ejecutivos empresariales participantes en el programa, y ayudará a mantener abierto el acceso al crédito.



La escasez de crédito es preocupante si se toma en cuenta que la mayoría de los estadounidenses tampoco tiene un «colchón» de ahorros para capear crisis y sus salarios, por lo general, apenas cubren los efectos de la inflación.



La congelación del crédito no aqueja únicamente a Estados Unidos: también los bancos en otras regiones del mundo han restringido la concesión de financiación.



EFE

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