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«La Presidenta debiera sobreponerse a estas presiones extremas»

El parlamentario gremialista no sólo estima que Michelle Bachelet debiera asistir a la ceremonia de inauguración, dada su “trayectoria impecable” en materia de gestos que apuntan a la reconciliación del país; sino que también reconoce las violaciones a los derechos humanos durante el régimen militar. Pero le recuerda a los detractores del asesinado senador que fue precisamente Guzmán el primero en enfrentarse a la DINA, “no fue otro”.


Jovino Novoa es uno de los dirigentes de la UDI más cercano al fundador del partido, Jaime Guzmán. Trabajó codo a codo con el asesinado senador y fue compañero suyo en la Escuela de Derecho de la UC, cuna del movimiento gremial en los años 60’. Hombre poderoso e influyente en su partido, ha mantenido un discreto silencio a raíz de la polémica generada por la supuesta participación de Michelle Bachelet en la ceremonia de inauguración del memorial en homenaje al padre de la Constitución del 80’. Pero decidió enfrentar a los detractores y explicar por qué Guzmán merece un monumento y por qué la Presidenta debería asistir al acto.

-¿Cuál es su impresión respecto a la polémica generada a raíz de la asistencia, o no, de la Presidenta a la inauguración del Memorial de Jaime Guzmán?

-La polémica que se ha generado en torno a la inauguración del Memorial a Jaime Guzmán es mezquina, refleja de cuerpo entero el intento de algunos sectores de nuestro país por hacer dos cosas: una, por mantener a Chile anclado en el pasado. Y otra, rescribir desde su particular punto de vista la historia de Chile. Yo creo que si hay alguna persona, algún político, que merezca tener un monumento en Chile, esa persona es Jaime Guzmán.

-¿Por qué?

-Porque fue una figura política e intelectual muy relevante en la reciente historia política de Chile. Si nosotros hacemos, con el transcurso del tiempo, un análisis desapasionado de los políticos chilenos del siglo XX, yo diría que probablemente entre los cinco políticos más importantes que uno pudiera nombrar va a estar la figura de Jaime Guzmán. Jaime hizo mucho por darle cuerpo a un conjunto de ideas políticas que, más allá de las circunstancias coyunturales, más allá del régimen militar, más allá de las divisiones partidistas, son ideas que le han permitido a un sector muy importante del país expresarse. Y que le han abierto, además, cauces a la juventud para manifestarse y trabajar en política.
Si nosotros vemos hoy día el desprestigio que hay en la política en Chile y en el mundo y comparamos ese desprestigio con la vitalidad de los jóvenes que, a pesar de todo, se interesan en la política inspirados por Jaime Guzmán, nadie podría decir que su figura no fue trascendente.

-Algunos de los puntos que plantea Carlos Huneeus en una columna de El Mostrador representan a un importante sector de la Concertación que se opone a que la Presidenta asista a la inauguración del memorial…

-Ese es el sector del país que vive anclado en el pasado, que le interesa mantener siempre una confrontación. Es el sector que siempre ha usado elementos que dividen a la sociedad para hacer plataforma política, es el sector de la lucha de clases, es el sector de las revoluciones. Es el sector que cuando la democracia no les sirve habla de la democracia popular, que cuando el Poder Judicial dicta un fallo en su contra levanta a los tribunales populares. No me extraña que en Chile exista un grupo como ese, porque desgraciadamente es un grupo que ha tenido mucha influencia. Es el mismo que extremó las cosas en el país a tal punto que, en la década del 70’, hubo un pronunciamiento militar, una interrupción de la democracia y una cantidad de consecuencias que todos lamentamos. ¡No vengan esas mismas personas a culpar a quienes trataron de salvar al país de una debacle! ¡A rescribir la historia como si en Chile no hubiera habido un gobierno funesto como el de Allende, como si en Chile no hubiera habido grupos armados, como si en Chile no hubiera habido un movimiento violentista que pretendía traer a nuestro país la experiencia de Cuba!

-¿Por qué cree usted que se plantean tan contrarios al reconocimiento a Guzmán?

-Me parece que lo que hacen, al tratar de destruir la figura de Jaime Guzmán, es solamente tratar de validar su acción nefasta en la política chilena. Que hubo violaciones a los derechos humanos en el gobierno militar, por cierto que las hubo. Pero quién fue el primero que se enfrentó a la DINA, fue Jaime Guzmán, no fue otro. No fueron ni los democratacristianos ni muchos que están hoy día en la comodidad de sus casas. Quién fue el que impulsó que hubiera una Constitución en Chile, que se fijara plazos el gobierno militar, que se limitaran sus atribuciones y que estableciera un camino hacia la transición democrática. Fue Jaime Guzmán, y resulta que el gobierno de Pinochet terminó porque en el plebiscito la mayoría de los chilenos dijo que No, y porque la Constitución del 80’ se puso en ese caso y se convocó a elecciones, se eligió a un Parlamento y a un Presidente. Acá nadie reconoce que todo ese itinerario fue aprobado y consagrado en la Constitución del 80’ y que el impulsor de eso fue Jaime Guzmán.

¿Usted cree que posturas como la de Carlos Huneeus, que sostiene que la UDI intenta rescribir la historia con el memorial a Guzmán, polarizan al país?

-Lo que está claro es que quienes están intentando rescribir la historia y cargar todas las culpas en un sector son, precisamente, la izquierda y personas como Carlos Huneeus que le hacen el juego. Por lo tanto, esa afirmación pone de relieve precisamente sus intenciones. Nosotros pensamos que una persona como Jaime, que terminado el gobierno militar fue elegido democráticamente como senador, contribuyó, en el año que estuvo en el Senado, de manera decisiva a que la democracia comenzara a funcionar en forma lo más normal y los menos traumática posible. Fue Jaime el que con su voto y con su decisión política hizo que la primera mesa del Senado fuera presidida por Gabriel Valdés, porque estimaba que no se podía alterar la voluntad mayoritaria del país usando los votos de los senadores designados. Y ese gesto vale más que cualquier palabrería de columnistas, que no son sólo el señor Huneeus, sino que varios que desde una posición muy cómoda se dedican a criticar, cuando la realidad es que, si tuvieran un mínimo de objetividad, podrían darse cuenta de lo importante que ha sido la figura de Jaime para que Chile haya podido pasar, en la forma más pacífica posible, de un gobierno militar a un gobierno democrático.

-En este contexto ¿qué piensa de qué esté en duda la asistencia de la Presidenta Bachelet a la inauguración del memorial y qué cree usted que ella debería hacer?

-La Presidenta debiera usar su liderazgo para sobreponerse a estas presiones extremas. En materia de gestos que apuntan a la reconciliación del país, la Presidenta tiene trayectoria y en materia, además, de claridad frente a los problemas que le preocupan a la izquierda, como fueron las violaciones a los derechos humanos, tiene también una trayectoria impecable. Por lo tanto, ella debiera usar esa trayectoria y esa autoridad que tiene para dar un paso más en la reconciliación de los chilenos. Yo creo que quienes han levantado esta polémica lo hacen, precisamente, porque quieren sacar provecho político hoy día de una tragedia que pasó en el país hace ya 30 años, y que la realidad es que la historia va a juzgar probablemente de una manera muy diferente a todos quienes tuvieron participación en ese período de la historia de Chile. Nunca con la parcialidad con que lo está haciendo la izquierda hoy día.

-A su juicio ¿qué significaría que Bachelet escuchara al sector más duro de la Concertación y en definitiva no asistiera al acto?

-Sería una lástima, porque se perdería una oportunidad para avanzar en una mirada hacia el futuro de Chile. Pero, por otro lado, más allá de una ceremonia, más allá de esta polémica, la figura de Jaime Guzmán tiene el respeto de todos los chilenos y para quienes trabajamos junto con él en la formación de la UDI, para quienes estamos impulsando este memorial, es mucho más importante saber que se ganó un lugar en el corazón de los chilenos y que está muy por encima de las pequeñeces políticas que puedan existir hoy día.

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