El ex ministro que irrumpió como seguro ganador y afirmó que era hora que entraran al gobierno “los titulares” y salieran “los reservas” se convierte en el máximo símbolo del estilo cupular que identifica a buena parte de los dirigentes máximos de la Concertación que se resisten a dejar el poder en manos de las figuras de recambio. Toda una lección para que la coalición escuche “el rumor de la calle”, tal como lo dijo la presidenta Bachelet.
Los aplausos de los escasos seguidores de Jaime Ravinet de la Fuente apostados en su comando a su llegada al lugar pasadas las 19:40 horas de ayer, no aplacaron la sensación de estar asistiendo a un funeral político con insospechadas repercusiones para el grupo de dirigentes que han ocupado repetidamente los cargos clave durante la transición.
Acompañado apenas por su esposa Ximena Lyon, sus colaboradores y amigos como el presidente de Metro Clemente Pérez, el periodista Jorge Andrés Richards y el ex asesor del Segundo Piso de Ricardo Lagos, Javier Martínez, Ravinet habló brevemente y reconoció la derrota ante el candidato de la Alianza Pablo Zalaquett, para luego retirarse sin hacer más declaraciones.
La escena de un Ravinet carente de aplomo ni apoyo de figuras de la Concertación -salvo Carolina Tohá y la ministra de Vividna Patricia Poblete-, es diametralmente distinta a la seguridad con la que el ex ministro de Vivienda y Defensa de Lagos aseguró por la prensa que en el gobierno de Bachelet “juegan los reservas y no los titulares”; y logró que la Democracia Cristiana visara su candidatura por “orden de partido”, eliminando de raíz una posible primaria interna con la otra aspirante a la candidatura, Ximena Rincón.
Ahora, del mismo modo en que el 2004 la DC negoció con el PPD la bajada del ex intendente Marcelo Trivelli para cederle el cupo por Santiago al derrotado ex PPD Jorge Schaulsohn, el peso simbólico y sicológico de la caída de Ravinet en “la madre de todas las batallas”, arrastra a la Concertación, que no podrá “celebrar en propiedad un triunfo sobre la Alianza, si Zalaquett logra arrebatarle a Ravinet lo que hasta hace pocos meses era una carrera corrida”, escribió ayer en El Mostrador el abogado DC Jorge Navarrete Poblete.
El “software” de la derrota
Pese a que hasta el último minuto antes de la elección, en el comando de Ravinet y en la DC se hablaba públicamente de una elección reñida con una diferencia de apenas dos puntos entre el ex ministro y Zalaquett, lo cierto “es que en los últimos diez días se fue notando preocupación en el comando porque ya tenían las encuestas que lo daban por perdedor”, afirma un personero de la falange.
El dato caló hondo en el entorno de Ravinet en los días previos a la elección. Incluso, algunos en el comando dijeron que se había instalado “el software de la derrota”, concepto que llegó a oídos de La Moneda, donde ni siquiera se buscó armar un diseño comunicacional para celebrar el eventual triunfo de Ravinet, ante todas las señales adversas.
De hecho, en el Segundo Piso de Palacio, la confirmación de este pronóstico reservado llegó cerca de las 18:00 horas del domingo, una hora y cuarenta minutos antes de que Ravinet hiciera pública su capitulación ante los datos de la votación que registraron un 47,7% para Zalaquett, un 35,9% para el DC, 9,7% para el candidato del PRI Ricardo Israel y un 7,2% para el abanderado de Juntos Podemos, Manuel Hernández.
Si bien se insiste en que el candidato del PRI Ricardo Israel se convirtió en el “cura de Catapilco” de la elección de Santiago, el rechazo al pacto por omisión entre la DC y el PC en Santiago también influyó en la derrota de Ravinet. Javier Martínez reconoció el fuerte efecto de la candidatura de Israel y del voto PC en esta elección –“equivalen a la diferencia entre Ravinet y Zalaquett”- pero apuntó a las disputas en la Concertación como el factor decisivo. “Aquí hubo una coalición unida oliendo el poder y por otro lado la Concertación divida en rencillas inútiles”, dijo.
Derrota generacional y autocrítica
Una vez conocidos los cómputos oficiales la autocrítica en la Concertación comenzó pasadas las 20:00 horas y la encabezaron los ex presidentes Eduardo Frei, Ricardo Lagos y el vocero de gobierno Francisco Vidal.
Con todo, el más duro fue Marcelo Trivelli. El ex intendente y competidor en la interna DC de diciembre fue el primero en referirse a la caída de Ravinet, antes de que se anunciara oficialmente, en una entrevista publicada por este medio a las 19:30 de ayer. “Esta es la derrota de una generación que aportó mucho a Chile pero que ha sido incapaz de renovarse y de generosamente desprenderse del poder. Y que es la primera línea que está hoy día al frente de la DC en todos los ámbitos”, dijo a El Mostrador. Vidal además habló de “autogol” para calificar la perdida de Santiago. En tanto Frei y Lagos llamaron a reconocer los errores cometidos por la coalición. “En muchos lugares no se hicieron las cosas bien”, dijo Lagos a la vez que Frei agregó que “los acuerdos cupulares para elegir a los candidatos a alcalde estuvieron mal hechos. Hay que reconocer las cosas que se hicieron mal”.
“Los liderazgos del siglo pasado, de la transición, deben evaluar muy bien los pasos a seguir. Los líderes de la transición cumplieron un rol importante pero llegó el minuto de dar un paso al lado. Todos. Dejar que entre aire fresco. Este no es un problema de Alvear solamente. Tiene que ver con peleas internas que no están a la altura de las circunstancias, entre Alvear y Eduardo Frei, por el padrón, y entre Alvear y Adolfo Zaldívar. La gente no quiere más este tipo de espectáculos”, añadió Trivelli.
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