El magistrado busca que un ex conscripto que vive actualmente en Estados Unidos viaje a Chile para que preste declaración y sea careado con una serie de testigos e inculpados en el caso, con el fin de cerrar el círculo de su investigación. En una primera oportunidad el ex soldado aceptó colaborar, pero ahora no ha respondido ni los llamados ni los correos electrónicos.
Un trabajo paciente ha hecho el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Víctor Montiglio, en el episodio Antofagasta de la Caravana de la Muerte en los días posteriores al golpe militar del 73, principalmente respecto a la responsabilidad que le cabe al general (R) Gonzalo Santelices, en la muerte de 14 prisioneros políticos. Al momento de los hechos Santelices era subteniente.
El magistrado ha interrogado a más de cien personas ligadas al regimiento Blindado de esa ciudad del norte, pero hay una diligencia que tiene pendiente antes de dictar un auto de procesamiento en contra del ex uniformado: la declaración de un conscripto que acompañó a Santelices en el camión que llevó a los detenidos al interior de Antofagasta, donde fueron fusilados por otros militares.
Actualmente el ex soldado -cuya identidad este medio se reserva- reside en Estados Unidos. En una primera oportunidad fue contactado para que entregara su testimonio ante Montiglio, a lo cual accedió.
La idea era que viajara a Chile y que Montiglio no sólo lo interrogara, sino que además realizara una serie de careos con otros militares y soldados que presenciaron los mismos hechos.
Sin embargo, al tratar de contactarlo por segunda vez, el testigo sencillamente no fue hallado ni por teléfono ni por correo electrónico.
Fuentes allegadas al proceso indicaron a El Mostrador que es posible que el ex conscripto haya desistido de colaborar por miedo a ser procesado, atendido el criterio de fallo que en este sentido han tenido las autoridades judiciales chilenas.
En todo caso, se explicó, no todo está perdido, ya que el magistrado podría ordenar, tal como lo han hecho otros de sus colegas, el envío de detectives de la Brigada de Derechos Humanos de Investigaciones a Estados Unidos, con el fin de realizar la diligencia en ese país y traer el documento firmado.
La lógica de Montiglio -y a su vez la protección que aplica a su causa- es no dejar ningún flanco abierto, para evitar que la Corte de Apelaciones revoque eventuales resoluciones, en caso de que los imputados presenten recursos. Dicho criterio proviene de los problemas que en su oportunidad tuvo el primer ministro que agrupó la casi totalidad de los casos de derechos humanos, el ex juez Juan Guzmán Tapia.
El ahora retirado general Santelices, ex jefe de la Guarnición Militar de Santiago, debió dejar su cargo a principios de año, luego que el diario La Nación, publicara la declaración judicial que prestara ante Guzmán, donde reconoció que en los días posteriores al golpe recibió una orden del oficial Pablo Martínez de sacar de la cárcel a 14 prisioneros políticos y llevarlos hacia el interior de Antofagasta.
Una vez en el lugar el entonces coronel Adrián Ortiz Guttman le ordenó que se retirara del lugar, cuestión que hizo con sus soldados, escuchando las ráfagas contra los prisioneros, debiendo luego cargar los cuerpos en el camión.
Sobre Santelices pesa una solicitud de procesamiento presentada por el abogado Hugo Gutiérrez en calidad de cómplice de los homicidios mencionados.
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