Publicidad

El escándalo de la semana en… la Cámara de Diputados

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
Ver Más

El último número de los diputados provocó que no se pudiera reformar la Constitución para impedir la reelección indefinida de ellos mismos. Pero el PS Marcelo Díaz tiene un as bajo la manga, pues pretende retomar la tramitación de una iniciativa similar que descansa en la Comisión de Constitución de la Cámara. En todo caso, los analistas descartan que la votación de ayer tenga algún efecto de imagen, pues esta ya tocó fondo.


«La imagen de los políticos no va a empeorar más. Ya reprobaron». Una frase lapidaria con la que el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, intenta explicar lo sucedido ayer en la Cámara de Diputados, donde pese a que desde hace tiempo se vienen escuchando discursos relativos a la necesidad de «renovar» la política y abrir espacio a las nuevas generaciones, los honorables rechazaron la reforma constitucional que limitaba la reelección de los parlamentarios. Aún así, según el frío análisis de este experto lo sucedido no tendrá mayores consecuencias para los legisladores. Con él coincide el cientista político de la Universidad Central, Patricio Gajardo, pese a que en diciembre los diputados se verán enfrentados a la medición popular.

Aunque seguramente al lector le importe muy poco el tecnicismo de que faltaron sólo dos votos para que la iniciativa se convirtiera en ley y que la mayoría de quienes lo rechazaron o se abstuvieron están en la derecha, estos son datos relevantes si, adicionalmente, se considera que 14 legisladores no existieron en este proceso.

Un elector promedio hubiera imaginado que después de un año como este, en que el Congreso ha llegado a los límites más bajos de aprobación, cosas como que 14 parlamentarios no estén presentes en una votación sin una dispensa no volverían a pasar. Pero la capacidad de superarse de los legisladores no tiene límite. De allí que Guzmán, certeramente, señale que su imagen ya no puede empeorar. Y a partir de esta premisa, el experto aclara que «es muy difícil que un incumbente quiera perder poder», por lo que a su juicio era totalmente esperable el resultado de la votación de ayer. También descarta que este hecho pueda tener efectos electorales, salvo en el caso de Marco Enríquez-Ominami que es candidato presidencial. A este respecto precisa que en el caso del diputado puede resultar «positivo, porque con su votación está mostrando coherencia».

Antecedente para diciembre

En esta línea, el diputado gremialista Edmundo Eluchans estaba abatido por el resultado de la votación, sobre todo porque él es uno de los patrocinantes de la iniciativa. Reconociendo que en su sector están mayoritariamente quienes la rechazaron o se abstuvieron, manifestó que lo ocurrido es «muy lamentable». Porque, a su juicio, la aprobación de esta norma habría constituido «una señal de avance positiva. Pero también habría servido para mostrar preocupación por la inquietud de la gente respecto a ciertos temas». Ello, porque según comentó, en los sondeos en los que se ha consultado acerca de limitar la reelección parlamentaria, la idea ha recibido un amplio respaldo.

A diferencia de Guzmán, el legislador cree que «efectivamente el electorado va a evaluar mal el voto negativo. Va a ser un mal antecedente -en el marco del proceso eleccionario de diciembre-, aunque probablemente no sea un elemento decisivo». En cambio, el jefe de la bancada DC, Eduardo Saffirio, fue mucho más crítico con sus adversarios políticos, destacando el «doble estándar» de la derecha que queda «nuevamente en evidencia». Saffirio destaca que fueron «los mismos que hablan de la necesidad de producir la alternancia en el poder, quieren anquilosarse en sus cargos». Según el diputado, «a la hora de la verdad, (en la derecha) no tienen problema de votar en contra de un proyecto que, además, iba a tener vigencia como en 12 años más. Son insaciables y quieren morir en posiciones de poder».

Coincidiendo con Guzmán, Saffirio tiene la convicción de que lo que «hay que sincerar es que hoy día hay una ventaja de los incumbentes» sobre los novatos que aspiran a llegar al Congreso, lo que traería a colación otro antiguo debate: el cambio al sistema binominal, que impide una mayor oferta de candidatos. En una actitud más radical, Saffirio concluye que «en el ambiente flota que hay oligarquías políticas que se reproducen y no sólo por la reelección, sino también por el sistema electoral y otros elementos».

El jefe de la bancada falangista advierte, además, que con actuaciones como ésta «seguimos colaborando a la mala imagen de los políticos», porque la gente no hace la diferencia entre unos y otros.

Pese a la certeza de Eluchans de que el electorado evaluará mal en diciembre a quienes rechazaron el proyecto, el cientista político Patricio Gajardo sostiene que la votación de ayer en la Cámara Baja tendrá un efecto «irrelevante» en el aspecto electoral. Entre otras cosas, porque como el propio Saffirio señaló, la iniciativa no tenía efecto retroactivo, por lo que tendrían que pasar muchos años para que se concretara. A juicio de Gajardo, el proyecto «era más bien una cosa simbólica», aún cuando no descarta que algún comando presidencial trate de sacarle partido electoral.

Contraataque

Mientras tanto, en el Partido Socialista sorprendió la abstención de Raúl Súnico, no sólo porque en la tienda tienen la convicción de que era necesario aprobar la iniciativa, sino porque existía un acuerdo respecto a hacerlo. Sin embargo, su compañero de bancada Marcelo Díaz no está dispuesto a bajar los brazos fácilmente. De hecho, ya comenzó a promover la idea de retomar la tramitación de un proyecto similar al rechazado, del que es autor.

Si bien Díaz lamentó lo sucedido ayer, pues «constituye una pésima señal de apitutamiento», adelantó que junto con su par del PPD Felipe Harboe solicitarán que se ponga en tabla, en la Comisión de Constitución de la Cámara, su proyecto. De tal manera que llegue a votarse a la Sala. Aunque admite que esta iniciativa es más radical que la que se rechazó, pues propone una sola reelección para los diputados y ninguna para los senadores, aseguró que está dispuesto a que se le introduzcan modificaciones, de tal manera de garantizar su tramitación.

Una visión diferente tienen en la UDI, donde se concentra el mayor número de diputados que rechazó la iniciativa. El secretario general del partido Víctor Pérez estimó, a título personal, que no existen fundamentos de peso para establecer un límite a la reelección. Y discrepó en forma tajante con el argumento de quienes hablan de evitar que algunos se eternicen en el poder, puesto que según cifras que maneja aseguró que sólo un ocho por ciento de los parlamentarios están desde el año ’90 en el Congreso y que, elección tras elección, se renueva un tercio de la Cámara Baja.

A su juicio son los partidos los llamados a establecer mecanismos que permitan la renovación. Y recordó que en el Congreso de la UDI en Punta de Tralca se acordó realizar un Consejo General para cambiar los estatutos de la tienda de tal manera de consagrar en ellos fórmulas abran la posibilidad a las nuevas generaciones de acceder al Congreso.

Pese a haber votado favorablemente el proyecto, el diputado gremialista Marcelo Forni coincidió con su dirigente. El candidato a senador por la Quinta Región Cordillera admitió que le costó tomar la decisión de apoyar la iniciativa, pues en su opinión «hay argumentos válidos para votar a favor y en contra», por lo que «yo, francamente, tuve muchas dudas». Finalmente, se decidió porque «mientras en los partidos no existan mecanismos apropiados para elegir a sus candidatos, es válida la limitación». Aunque aclaró que ésta «no asegura por sí sola la renovación».

Frente al hecho de que la mayor parte del rechazo estuvo en manos de representantes de su sector, Forni argumenta que «la Concertación tiene toda una maquinaria de poder, porque si dejan el Congreso tienen otras opciones, como por ejemplo, irse a una embajada o al gobierno; en cambio, en la Alianza no podemos hacer eso». Y concluyó que «no creo que los que votamos a favor seamos los paladines de la democracia».

A pesar de todo, por el anuncio de Marcelo Díaz queda la impresión de que el tema aún no está del todo resuelto y que la polémica podría prolongarse. Habrá que ver si tiene piso para promover la tramitación de su iniciativa.

Publicidad

Tendencias