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El arcoiris desteñido

Christian Buscaglia
Por : Christian Buscaglia Periodista El Mostrador
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No hubo promesas, ni discursos para salir del ex Congreso con el corazón inflamado. Sólo recuentos, gerontocracia,  música andina, actores famosos  y la misma sensación que tal vez tuvieron los que votaron SI en el plebiscito del 88. Esa que los empujaba a mantener todo como estaba, porque les decían que el NO era  el “regreso del marxismo”.


Pepe Auth con su sombrero panamá en las manos  atiende a CQC en las escaleras. La escena sugiere, por lo radiante, que dentro del ex Congreso Nacional hay una fiesta, o que el aire anticipa  un discurso fundacional, preparado especialmente para este día: 21 años después del plebiscito y 35 después del enfrentamiento en que murió Miguel Enríquez. Tal vez la niña con chasquilla a la moda y estampa de antropóloga, que da vueltas por la zona de los camarógrafos, lo está  conmemorando subversivamente con su atuendo; blusa negra y pantalones rojos.

Porque oficialmente, en las cuatro pantallas dispuestas en el salón,  los que aparecen son los tonos del arcoiris, pero reventados contra el fondo. La misma paleta del logo y la franja que barrió con el SI, pero dispersa; aunque con los pies en el presente y la mirada en el futuro.  Es el diseño elegido para la tapa del libro “La Concertación en Chile: Más acá de los sueños, Más allá de lo posible”. Ochocientas páginas en dos tomos, de ensayos que se dividen en la historia de cómo se armó la Concertación y en los logros de los cuatro gobiernos del conglomerado. Entre otros escribe el eterno Ricardo Solari, no sabemos si cuenta el episodio que lo sitúa junto  a Genaro Arriagada la noche del plebiscito, resolviendo que el mejor candidato era Patricio Aylwin y no Gabriel Valdés, o si confirma la leyenda en torno a  que él tuvo la idea de sondear cuanto marcaba Michelle Bachelet después de su paseo en tanque, en 2002.

Soundtrack andino

Como sea,  el título suena  confuso. Medio  contradictorio. Al menos no dice nada directo: “Más acá de los sueños”, o sea; casi los cumplimos, pero no del todo. “Más allá de lo posible”: igual hicimos más de lo que se podía, pero nos faltó….

Cuesta agarrar un mensaje. Quizá haya una clave en Carlos Bascuñán, uno de los editores.  Yerno de Patricio Aylwin; ex presidente que  patentó el concepto “en la medida de lo posible”, cuya expresión  más gráfica está en  las “leyes de amarre”. Más de una docena de leyes orgánicas sobre materias  esenciales,  dictadas por  Pinochet,  que salvo excepciones como la recién aprobada  Ley General de Educación, se mantienen intactas en beneficio de la estabilidad nacional. Y  que probablemente  no se discutirán en el corto o mediano plazo, teniendo en cuenta el mes que planean suspender el trabajo parlamentario. Tampoco aparecen con nombre y apellido en el menú de los candidatos. Sería intelectualizar la campaña, o politizarla.

Algo esboza Eduardo Frei en su  discurso,  después de  Ricardo Lagos: “En mi gobierno el antiguo dictador aún era Comandante en Jefe y existían los mecanismos constitucionales para haber desatado una crisis”. Pero más que promesa, suena a disculpa por haberlo traído desde Londres durante su administración

Pero antes de escuchar al candidato de la Concertación durante 28 minutos, en los que recordó sus avances en las relaciones internacionales, como el pacto energético con Argentina, hubo que esperar el comienzo del acto, con media hora de retraso por la agenda presidencial. La música de fondo era de zampoñas y quenas.

Unas doscientas personas se repartían en el salón. Parte del gabinete sentado en orden. La vocera  Carolina Tohá, el canciller  Mariano Fernández, Viera- Gallo obviamente, Carlos Maldonado, Andrés Velasco, y los presidentes de partido. Camilo Escalona y José Antonio Gómez están sentados uno al lado del otro. En algún momento hablan y se ríen. Representan lo que Frei aclaró en su discurso: “La Concertación y su historia es un ejemplo de superación de conflictos entre antiguos adversarios políticos”
    
Los desconocidos de siempre

Sentados en distintas ubicaciones y dando vueltas por el salón, hay otras personas, que el votante promedio no reconocerá con facilidad, pero que probablemente han estado en este acto desde el primer aniversario, y antes. Muchos se saludan con grandes abrazos, como si no se vieran desde hace 20 años, como si después de la gran  batalla final, hubiesen tenido que replegarse a sus respectivos refugios.

Hay próceres como Hernán del Canto y Máximo Pacheco Gómez, y otros más nuevos como Francisco Estévez director de la División de Organizaciones Sociales, que tuvo que explicar supuestas irregularidades en el uso de los fondos, o Jorge de la Fuente, destituido del INIA  por “falta de prolijidad” después de ser acusado de subirse el sueldo un 32% en 2007.

También hay parlamentarios de rostros menos reconocibles como los del senador  Hossain Sabag o el del ex senador Sergio Páez, que después de ser derrotado pasó a ser asesor de la Presidenta Bachelet para no desaprovechar su enorme experiencia y trayectoria.

Actores de teleserie como Francisco Reyes y Paz Bascuñán que se saludan antes de que Reyes suba a cumplir su rol de conductor del evento. El actor que protagoniza ¿Dónde está Elisa? es el enlace visible de otro más profundo que tiene su mujer, Carmen Romero, la gestora cultural más poderosa del país desde que se instaló la Concertación, organizadora del festival Santiago a Mil, y que además le da trabajo a la señora del senador Guido Girardi.

La gran esperanza blanca

Aunque el evento es en extremo sobrio, la concurrencia deja la sensación de estar en la celebración de un aniversario más de la República Popular China. Muchos rozan y otros sobrepasan la tercera edad. Los jóvenes forman pequeños grupos relegados en las esquinas, que cada tanto lanzan consignas (qué importante tener un militante con vozarrón que grite primero, gracias a eso la JDC arrasó con sus camaradas del PS), gritan “vamos, vamos Eduardo, que a Piñera le vamos a ganar”, Pablo Piñera, gerente DC de BancoEstado, ex director de TVN y eterno concursante en las sillitas musicales, -y además hermano de Tatán-, no parece molesto. Pero tampoco sonríe Ya no estamos para polarizarnos.

En los discursos tampoco hay autocrítica. Frei aunque lo dice “responsablemente”, suena demasiado emocional cuando afirma  que la “educación chilena es la mejor de Latinoamérica” (chequera mediante)  y bastante ingenuo cuando asegura  (como si fuera un fenómeno aislado, nuevo y ajeno a su coalición) que la  “conjunción del poder económico y político le hace mal a Chile y daña su prestigio internacional”. Ni Enrique Correa ni Eugenio Tironi se divisan por ahí, como para darse por aludidos.

La ovación lo convierte  en “la gran esperanza blanca” para los presentes. Aunque la diferencia entre él y su padre  como orador, se hace notoria cuando muestran el documental realizado por Carlos Puccio (sí, el hermano de Osvaldo, que se privatizó porque se aburrió que lo basurearan) con hitos políticos de los últimos 40 años,  donde aparece un trozo del discurso de la “patria joven” pronunciado por Frei Montalva en 1964.

Ricardo Lagos fue el orador más carismático. Varios ojos brillaron. Desde María Soledad Lucero y Melania Miranda, las jóvenes investigadoras a cargo del libro sentadas en la testera, de quiénes el ex presidente usó algunos de sus conceptos -dirigiéndoles la mirada en cada ocasión-, hasta Clarita Budnik, ex directora de la Dibam y de su misma generación. Pero la retórica de estadista basada en “interpretar mejor los sueños de Chile y hacerlos realidad”  terminó con un guiño a esos partidos monolíticos y enquistados cuando dijo “vamos a entregar Chile para continuar otros veinte años más a Eduardo Frei Ruiz Tagle”. Ambos tuvieron espacio para vaticinar los “problemas” y “conflictos sociales” que traería la derecha. Fue difícil no recordar cuando en la franja del SI auguraban la vuelta al marxismo de ganar la oposición.

Por suerte el alivio maternal llegó con la presidenta Bachelet. Como buena guitarrista aficionada, más cerca del Navegado que del Absolut Raspberry,  la presidenta homenajeó a Mercedes Sosa y luego destacó la manera en que enfrentó la crisis económica, algo de lo que habla sobre seguro, porque ha sido el cimiento de su gran capital político y el que permite que, para los que están aquí la esperanza sea lo último que se pierda.  

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