En una actividad en La Legua el ahora ex aspirante a La Moneda insistió en que no pretende endosarle el apoyo de 20% que obtuvo el domingo a ninguno de los presidenciables en carrera, aunque advirtiendo que un eventual triunfo de Piñera sería un «retroceso histórico». Y respecto a Frei dijo que es “imprescindible un acto de decencia política” que se materialice con la salida de algunos dirigentes del oficialismo, para así marcar la diferencia de su proyecto con el que ofrece el abanderado de la derecha.
El ahora ex candidato presidencial, Marco Enríquez-Ominami, descartó este lunes instar a sus adherentes a endosar su votación cercana al 20% al presidenciable de la derecha, Sebastián Piñera, con miras a la segunda vuelta.
«No nos engañemos el cambio propuesto por Sebastián Piñera es un espejismo», afirmó Enríquez- Ominami en una actividad realizada esta tarde en la población La Legua para agradecer el apoyo de sus electores.
«De esta realidad arranca nuestra convicción de que Piñera es el candidato de un mundo conservador, de una derecha que es particularmente conservadora y sería un retroceso histórico su elección», aseveró.
Asimismo y frente a su votación en las elecciones de ayer domingo, Enríquez- Ominami, afirmó que él no es dueño de los anhelos de los votantes y que, por lo tanto, eso le «hace imposible cualquier pretensión de endosar los votos. No participamos de esas prácticas y no nos parece justo ni honrar el apoyo que nos han dado, intentar abusar de esa confianza».
Sin embargo, el ex militante del Partido Socialista (PS), llamó a las personas a no engañarse porque «Sebastián Piñera no es el cambio» y que las diferencias del empresario con Eduardo Frei «son casi invisibles».
«Por lo tanto, no nos engañemos somos claros en nuestra decisión de descartarlo como una opción que parezca ser distinta entre dos males, que son en definitiva dos candidaturas que ganaron electoralmente ayer. Entre Piñera y Frei, lo único distinto son los sectores sociales que los apoyan», sostuvo el ex abanderado independiente.
Además reafirmó que el problema en la Concertación ha sido la dirección de los dirigentes de partidos, que han velado por sus privilegios personales ante que por el debate de los intereses nacionales.
«La otra candidatura representa un desafío de patrimonios y de privilegios y por ahora reconocemos sólo una diferencia en las bases que sustentan un proyecto contra otro (…) Por tanto, es necesario y parece imprescindible un acto de decencia política que se exprese (…) en la renuncia de algunos dirigentes partidarios», reafirmó Enríquez- Ominami.