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Marco Enríquez-Ominami deja entrever su apoyo a Frei

A pesar que el díscolo ex candidato presidencial no muestra abiertamente su posición de respaldar al abanderado concertacionista, afirma tajante que si la derecha llega al poder sería un retroceso. Además, dice no querer ser el chivo expiatorio de una eventual derrota del oficialismo y, a reglón seguido, precisa que debe ser la Concertación la responsable de hacerse cargo de sus éxitos y fracasos.


Luego de su derrota en primera vuelta, Marco Enríquez-Ominami se transformó en pieza clave de la política nacional, ya que todos los sectores le hacen guiños para conseguir su respaldo en la segunda vuelta.

Y no es para menos, ya que el 20,13% logrado el domingo pasado podría inclinar la balanza favorablemente a la Concertación o a la derecha. La coalición oficialista podría asegurar este domingo el apoyo del Junto Podemos, que obtuvo el 6,21%.

En una entrevista al diario La Tercera, el aún diputado aclara que el próximo 17 de enero concurrirá a votar y marcará una de las preferencias. Sin embargo, deja entrever que su opción sería Frei.

“He dicho que con Piñera y su forma de hacer política tengo diferencias insalvables. Tampoco creo que Frei sea un avance. Tengo claro que mi tarea es liderar y lo he hecho. He liderado un proceso que captó la atención y adhesión de un millón y medio de chilenos y que es hoy la única ventana de futuro que se vislumbra en la política nacional. Muchos de los que hicieron esto posible se han puesto a disposición nuestra para la conformación de una nueva instancia política”, sostuvo.

A pesar de los gestos que han dado los dos candidatos a La Moneda en la semana, Enríquez-Ominami no cree mucho en las palabras y como Tomás Dídimo dijo “ver para creer”.

“Quisiera ver para creer. Quisiera que dieran pasos más concretos en esa dirección antes de tener una opinión concluyente. Pero respecto de las opciones de candidatos en segunda vuelta, puedo adelantar que para mí el proyecto de Sebastián Piñera es un retroceso”, menciona.

El ex socialista precisa que ninguno de los dos abanderados representa sus ideales, ya que a su juicio son candidatos del pasado. “Pero hago una distinción: rescato la base de apoyo de la candidatura de Eduardo Frei y, por lo mismo, entiendo los niveles de frustración de la gente. Su candidato debería representar un mensaje de renovación y esperanza, algo que no ocurre”, agrega.

Campaña de Frei

Marco también hace un análisis crítico de la campaña del senador DC, afirmando que ha hecho un  diagnóstico equivocado de la realidad, ya que los “los problemas de su candidatura tienen origen en su falta de legitimidad, en ser fruto de una primaria ilegítima. El intento de polarizarse frente a la derecha para camuflar los vicios de origen es un error, un truco electoral, una cortina de humo para evitar el debate sobre la insatisfacción que tiene un conjunto de chilenos que históricamente habían votado de una manera y que hoy han decidido otro camino. Esa visión no la comparto, porque no es cierta. Porque la presidencia de la Cámara de Diputados de la UDI se obtuvo con votos de la Concertación y la Ley General de Educación se aprobó con un acuerdo mediocre derecha-Concertación. Deberían detenerse un minuto en por qué hemos llegado adonde estamos”.

Asimismo, argumenta que, ante un sistema político polarizado, cualquiera de los presidenciales puede llegar a La Moneda, pero advierte que Frei puede ganar siempre que “escuche las demandas de la gente y se le conceda valor y credibilidad a lo que dice el candidato”.

“Aquí hay una forma de hacer campaña que es muy precaria. Por un lado, hay un candidato de derecha anclado en el marketing. Por otro, una candidatura que ha decidido reclamar de nuevo -como único argumento- cierto narcisismo moral, que consiste en creerse dueño de la verdad y la democracia. La democracia nos pertenece a todos”, precisa.

Además, no cree que el resultado obtenido por la Concertación el domingo pasado signifique una derrota de la Presidenta Michelle Bachelet, ya que “su gobierno cristalizó un discurso y un sistema de protección social que es un tremendo aporte al país. Por eso me ha gustado ver ahora un nuevo diseño, mucho más coherente. Al contrario de la primera vuelta, la Presidenta ha definido que los ministros y cargos de confianza que trabajen en la campaña dejen sus puestos. Me parece bien para ella y su gobierno”.

El purgatorio

Enríquez-Ominami cree fehacientemente que si gana la derecha o el oficialismo el balotaje no significa que el país vaya a ir al infierno o al cielo, pero señala que “el purgatorio no es el lugar donde quiero que vivamos lo chilenos. Soy un convencido de que el proyecto de Piñera es insuficiente y por eso competí”.

Respecto a que si Frei significaría el purgatorio en el que entraría el país el próximo 17 de enero si gana, el diputado sólo se remitió a decir que “eso lo decidirán los chilenos”.

Un nuevo liderazgo

El ex candidato presidencial también responde a la pretensión de erigirse como un líder de la oposición en el próximo gobierno si no posee una estructura partidaria ni representantes en el Parlamento.

“Mis adversarios siempre han dudado de mi capacidad. Dijeron que no marcaría en las encuestas, que no se reunirían las firmas para inscribirnos, que no daríamos gobernabilidad. Y ahora dudan que podamos ser una oposición eficiente. Haremos una oposición combativa y propositiva”, menciona.

Además, sostiene no hacer cálculos respecto a que es mejor ser opositor en un gobierno de Piñera por el espacio político que puede ocupar. “Mi voto en segunda vuelta será en función de la apertura a incorporar las propuestas básicas de mi programa”, añade.

Un nuevo cura de Catapilco

Tras el fracaso de la Concertación el domingo pasado, las voces críticas apuntan a ME-O a quien tildan como el nuevo cura de Catapilco, ya que su posición firme de no negociar un eventual apoyo a Frei podría perjudicar la opción del oficialismo.

Sin embargo, Enríquez-Ominami no quiere ser tildado como el responsable de la derrota de la Concertación y la pérdida del poder.

Ante la eventualidad de una derrota, advierte que “es curioso que se busque una explicación distinta a por qué la Concertación ha llegado adonde está. Ha sido advertida durante años: lo único que ha hecho es perder votos y han tenido todas las luces rojas. Las primarias fueron un síntoma. Yo no acepto que me culpen si pierde Frei”.

Y a reglón seguido señala que “todo es responsabilidad de una connivencia con la derecha, propia de la política del pasado, de unos acuerdos ramplones. Hay un intento explícito de camuflar el enorme error político de no haber escuchado la crítica. La Concertación va por un mal rumbo y está encabezada por dirigentes que han hecho de esta elección un problema patrimonial, de cuotas de poder personal. Pero además, en ese tipo de crítica hay falta de inteligencia”.

“Considero una falta de inteligencia empezar a buscar culpables de una derrota antes que los electores vayan a las urnas. Lo pongo de otra forma: si Frei gana, ¿vendrán los dirigentes a felicitarnos por haber impedido el triunfo de Piñera en primera vuelta? Lo dudo. Pues bien: propongo que la coalición se haga responsable de sus éxitos y fracasos», finaliza.

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