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Despidos en la Cámara de Diputados sirven de colchón financiero

Dado que los despidos se producirán antes del término de su gestión (11 de marzo de 2010), se genera una “diferencia” a favor del honorable. Para “recuperarla” el diputado sólo tiene que presentar una boleta de honorarios emitida por un tercero. Así de simple.


Secretarias, periodistas y asesores de los diputados que no fueron reelectos –o que no se presentaron a la reelección–, se encontraron el lunes 14 de dicembre con la realidad de que ninguno de ellos seguirá en su puesto.

En su mayoría, los afectados ya han sido notificados del cese de sus servicios a partir del 15 de enero de 2010, mediante una carta entregada en su lugar de trabajo. La situación contractual de los colaboradores de más una veintena de diputados “perdedores” no tendría nada de particular. Salvo por algo: los trabajadores están siendo despedidos dos meses antes del plazo fijado en sus contratos.

“Esto es normal, siempre ha sido así. La primera medida que toma un diputado cuando pierde su reelección, es despedir a sus colaboradores inmediatos; la idea es ‘recuperarse’ lo más posible de los gastos de campaña. Por eso echan a la gente en enero, así pueden quedarse con esa parte de la dieta destinada a remuneraciones del personal prevista para los tres últimos meses, pero como tienen que rendirla, ‘boletean’ hasta el 11 de marzo”, explica un periodista que, aunque su diputado no seguirá en la Cámara, confía en conservar su trabajo allí.

El método es simple. Los diputados deben dar cuenta a la Cámara de los gastos con cargo al ítem destinado a remuneraciones de secretarios (incluidos los asesores), gratificaciones de su personal y arriendo de sedes y telefonía. La suma total es de $4.567.522. De ella, $3.181.756 corresponden a sueldos de colaboradores. Dado que los despidos se producirán antes del término de su gestión (11 de marzo de 2010), se genera una “diferencia” a favor del parlamentario. Para “recuperarla” el diputado sólo tiene que presentar una boleta de honorarios emitida por un tercero. “Así de simple, siempre se ha hecho de esa forma”, enfatiza el periodista consultado.

Las cartas de notificación ya circulan como peste en los pasillos del Congreso.

[cita]Los funcionarios están pasando por una situación muy incierta, pues, dado que el Congreso aún no resuelve qué sucederá con el proyecto de ley sobre remuneraciones y régimen laboral, quedan a expensas de la voluntad de cada uno de sus jefes.[/cita]

La lista de diputados que no fueron reelegidos, o que no fueron a la reelección este 13 de diciembre, la encabeza la propia mesa de la Cámara. Tanto su presidente, el UDI Rodrigo Álvarez, como los vicepresidentes, el RN Alfonso Vargas y el PS Raúl Súnico, fueron derrotados y deberán marcharse el 11 de marzo de 2010.

A ellos se suman los diputados UDI Claudio Alvarado, Sergio Correa, Julio Dittborn, Andrés Egaña, Marcelo Forni, y el ex secretario general del partido, Darío Paya; los RN René Aedo, Maximiano Errázuriz, Roberto Sepúlveda y Pablo Galilea. Por la Concertación, dejan sus cargos los DC Gonzalo Duarte y el vicepresidente del partido Renán Fuentealba. En tanto, los PPD son Laura Soto, Jorge Insunza y Antonio Leal. Los socialistas que se van son Iván Paredes y Francisco Encina. También abandonan los independientes Samuel Venegas, Álvaro Escobar, Esteban Valenzuela y el ex candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami. Completan la lista los PRI Carlos Olivares y Jaime Mulet.

En estos momentos, tanto los afectados que ya han sido notificados, como aquellos que esperan serlo en los próximos días, están pasando por una situación muy incierta, pues, dado que el Congreso aún no resuelve qué sucederá con el proyecto de ley sobre remuneraciones y régimen laboral (el cual propone que todos los funcionarios sean contratados por la Cámara y el Senado, y no por los parlamentarios), quedan a expensas de la voluntad de cada uno de sus jefes.

“No sólo eso, también hay mucho abuso, algunos parlamentarios de la Concertación y de la derecha no permiten que sus servidores se sindicalicen. No es el único. Hay otros que tienen gente trabajando sin contrato”, explica una secretaria que lleva muchos años en la Cámara.

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