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Hinzpeter se apunta primer triunfo político de peso

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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El jefe de gabinete de Piñera no sólo logró imponer su idea de promover un alza de los tributos a los empresarios, sino que junto con ello venció la reticencia de este sector y de gran parte de la derecha, que históricamente se ha negado a utilizar esta fórmula para resolver problemas económicos. Con esto el cargo de Interior retoma el poder que en las administraciones anteriores recayó en Hacienda.


De todas las dudas que aún puede generar el gabinete de Sebastián Piñera, una sola quedó despejada el pasado viernes. Tras la presentación que hizo el Presidente de la República de la fórmula de financiamiento del Plan para la Reconstrucción de las zonas devastadas por el terremoto, está claro cuál es el ministro más poderoso de la actual administración: Rodrigo Hinzpeter. El titular de Interior logró imponer una idea que en la derecha era impensable hasta hace sólo unas semanas, la de promover una propuesta que contemplara el alza de impuestos. Más aún, elevarle los tributos de primera categoría a las grandes empresas, aunque sea únicamente de manera transitoria.  Por lo mismo, no son pocos en el sector los que perciben en este hito “el primer triunfo político” del brazo derecho del jefe de Estado.

Desde que se gestó, la iniciativa tuvo un objetivo político. “Efectivamente pretende terminar con el estigma de que el de Piñera va a ser el gobierno de los empresarios”, reconoce sin complejos una fuente de Palacio. Pero conciente de que no era fácil de abordar ni con los empresarios ni con el mundo político de la derecha, Hinzpeter comenzó a allanar el camino con los primeros en Icare. Así, recién asumida la nueva administración, el 19 de marzo el ministro aprovechó la invitación a ese foro para tomarle la temperatura a lo más granado del PIB. Durante su exposición, invitó a los más selectos representantes de la casta empresarial a instituir un nuevo tipo de relación entre los sectores público y privado.

“Tenemos una tremenda oportunidad: la oportunidad de redefinir la relación público privada”, expresó en esa oportunidad, en el marco del proceso de reconstrucción que se venía por delante. E incluso se atrevió a esbozar algunas fórmulas de colaboración a que los empresarios podrían echar mano. Habló, entre otras cosas, de las donaciones al Estado o directamente a los afectados a través de proyectos específicos. Idea que casi un mes después se vio plasmada en la Ley de Donaciones. Todo con el objetivo político de borrar la imagen de que Piñera gobernará con los empresarios por ser uno de ellos.

Estrategia audaz

Aunque su discurso fue bien recibido y hasta aplaudido, los empresarios quedaron intranquilos. Habían recibido el mensaje. Sutil, pero firme, Hinzpeter había sembrado la semilla de la idea de un aumento de impuestos, que semanas más tarde comenzó a generar polémica y a tomar cuerpo. Un analista de gobierno atribuye este triunfo del titular de Interior a “una estrategia bastante audaz de desconectar al gobierno de la derecha tradicional”. Incluso adelanta que a partir de ahora, el ministro “podría comenzar a capitalizar este triunfo político”.

[cita]Hinzpeter no está haciendo más que retomar el rol que siempre debiera haber tenido el ministro del Interior y que “se desdibujó en la época de Michelle Bachelet”. “Es un ministro del Interior que actúa políticamente”.[/cita]

Ello, porque parte de su victoria tiene que ver con haber convencido de seguirlo en su iniciativa a tres de sus pares, que si no tenían temor de promover un alza de impuestos, al menos estaban reacios a hacerlo. Ello porque los titulares de Segpres, Cristián Larroulet; Hacienda, Felipe Larraín; y, Economía, Juan Andrés Fontaine; provienen de Libertad y Desarrollo, donde o por dogma o por una opción de modelo de desarrollo, se oponen al alza de tributos en cualquier circunstancia. De hecho, los representantes del organismo ligado a la UDI, se negaron públicamente a la sola posibilidad de que se aumentaran los impuestos.

Una fuente de Palacio señala que Hinzpeter no está haciendo más que retomar el rol que siempre debiera haber tenido el ministro del Interior y que “se desdibujó en la época de Michelle Bachelet”. “Es un ministro del Interior que actúa políticamente”. Y agrega que a ello ha contribuido el hecho notorio y público de que es “un hombre muy cercano a Piñera”. Y en este contexto, “están en sus manos las cuestiones políticas más duras. Este es un modelo pensado y diseñado así”.

Sin embargo, en La Moneda también hay quienes ven en esta victoria una responsabilidad compartida. Y le otorgan parte del mérito al ministro secretario general de la Presidencia. Un huésped de Palacio incluso describe la labor de Cristián Larroulet como “complementaria” a la de Hinzpeter. Pero otra fuente de la derecha sale al paso de este análisis, señalando que si bien el titular de la Segpres “es útil a Piñera, es importante, pero nunca ha formado parte del corazón de su proyecto. En cambio, Hinzpeter es del núcleo más estrecho de Piñera”.

Por lo que no sería raro, añade, que a partir de este episodio el titular del Interior comenzara a “avanzar, crecer y posicionarse sutilmente”, pues a sólo un mes de gobierno “es el único ministro que uno podría llegar a visualizar como el eventual sucesor de Piñera. Aunque sea demasiado pronto para ser categórico en este aspecto”.

El sheriff

A pesar de que esta es tal vez la conquista más bullada de Hinzpeter, también está dejando su impronta en otro tema propio de su ministerio: seguridad ciudadana. Concentrado en uno de los compromisos de campaña más promocionados del Mandatario, el ministro se ha enfocado en mostrar eficiencia en la tarea de reducir la delincuencia.

Para ello la conmemoración del Día del Joven Combatiente fue su prueba de fuego y constituyó el primer hito de su gestión. Un día antes los chilenos pudieron ver al ministro flanqueando al Mandatario durante una visita a la Prefectura de Carabineros de Santiago. Allí se reunieron con el general Eduardo Gordon y arengaron a los funcionarios de Fuerzas Especiales que estarían a cargo de la seguridad el 29 de marzo.

En el oficialismo fue positivamente evaluada la actuación del gobierno y su estrategia de contención de los incidentes. A partir de ese momento, a Hinzpeter se le ve habitualmente, cual sheriff, inspeccionando incautaciones de drogas, armas y especies encontradas en poder de bandas de delincuentes, luego que la Policía las ha capturado.

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