La docente del Departamento de Medio Ambiente de la U. Federico Santa María, Evelyn Alfaro, valoró la actualización de las medidas, pero cuestionó el hecho que éstas se centren en las emisiones desde fuentes móviles y fijas y no se trate el problema «globalmente».
Hace unos días, el gobierno anunció un nuevo plan de descontaminación para la Región Metropolitana. Las nuevas medidas serán aplicadas a partir del año 2011, e implica un cambio en la normativa vigente.
Para Evelyn Alfaro, docente del Departamento de Química y Medio Ambiente de la Sede Viña del Mar de la Universidad Santa María, la iniciativa “representa una mejora desde el punto de vista de la actualización del plan. Sin embargo, se centra en las emisiones desde fuentes móviles y fijas y no trata el problema globalmente, pues no se contempló en la elaboración otros factores de importancia y que precisamente dan origen al problema de la contaminación”.
El programa considera la exigencia obligatoria para que buses, motocicletas y automóviles nuevos tengan filtros para mitigar sus emisiones. La profesora de la USM señaló que “estas medidas resultan insuficientes, pues falta considerar el crecimiento urbano no planificado, la falta de áreas verdes e incentivos para crearlas, la ubicación de industrias, entre otros aspectos”.
“Para el 2010, el parque automotriz de la Región Metropolitana adoptará las más exigentes normas de emisión de contaminantes que rigen en el mundo. La actualización del plan también plantea la incorporación de vehículos de cero emisión, así como los incentivos para propiciar su utilización. Finalmente será el usuario quién evaluará si le es conveniente utilizar estos nuevos automóviles, por una cuestión de precio y rendimiento”, agregó.
En cuanto a la restricción vehicular, Alfaro aseguró que “la medida es insuficiente, ya que se actúa sólo sobre una causa del problema global. Tampoco es un aporte real al ser una medida de mitigación y no de prevención de la contaminación”.
María Ignacia Benítez, Ministra de Medio Ambiente, añadió una disposición al plan que incluye que los combustibles usados en Santiago sean más limpios y dijo que el gobierno focalizará los esfuerzos en la mitigación del material particulado fino (PM 2,5).
Al respecto, la docente de la Universidad Santa María indicó que “los combustibles usados en la Región Metropolitana tienen una mejor calidad en términos de emisiones en relación al resto del país. Esto se debe a normas específicas que se aplican sólo a esa Región”.
Sobre la restricción vehicular, Evelyn Alfaro aseguró que se trata de una medida que "actúa sólo sobre una causa del problema global. Tampoco es un aporte real al ser una medida de mitigación y no de prevención de la contaminación".
Enfatizó que “en el nuevo plan esto se mantiene, y además se propone reducir en un 30% el contenido de azufre del diesel para el año 2011. Cuando falten tres meses para su aprobación, la gasolina debe reducir el azufre en idéntica proporción. En el caso del kerosene, a contar del tercer mes luego de aplicarse la medida, el azufre se reducirá en un 70% y en el 2012 se espera llegar a un 90%. Estas disminuciones sí tendrán incidencia directa sobre las emisiones de SO2 de los motores hacia la atmósfera”.
Con respecto al desarrollo del plan en materia de MP2,5, la profesora dijo que “es uno de los contaminantes de mayor riesgo e índices de mortalidad por patologías asociadas. Se fijaron tres etapas de reducción para la norma anual: un máximo de 25 microgramos por metro cúbico para el año 2012, de 20 microgramos por metro cúbico para el 2022, y de 10 microgramos por metro cúbico para el 2032”.
“Algunos opinan que este plazo de 20 años es demasiado extenso, pero también debe equilibrarse el costo económico que tendrán estas medidas de reducción, ya que finalmente terminan incidiendo en las personas y sus fuentes laborales”, comentó.
Para acabar definitivamente con la contaminación de Santiago, Evelyn Alfaro propone “un plan integral, que tenga acciones enfocadas en todas las causas del problema, tales como fuentes móviles (locomoción), fuentes fijas (industrias), crecimiento de la población, acción de otros sectores económicos, falta de áreas verdes, etc. Se debe contemplar el impacto económico y social de las medidas a implementar, señalar quién fiscalizará y ejecutará las medidas y cómo se aplicarán las políticas. Sólo de esta forma se encontrará el camino hacia una real solución”.
