Sin embargo, esta situación ocurrida en La Moneda, durante el recibimiento a los seleccionados que participaron en el Mundial de Sudáfrica, encendió las alarmas dentro del Gobierno porque el estilo presidencial genera preocupación entre el oficialismo. Algunas voces provenientes de la derecha sostienen que la informalidad que ha presentado el Mandatario contribuye a exponerlo a situaciones que podrían complicarlo en su credibilidad y confianza.
El Presidente Sebastián Piñera destacó las disculpas públicas ofrecidas el viernes por el técnico de la selección chilena, Marcelo Bielsa, por la fría actitud que tuvo durante la visita que la “Roja” hizo al Palacio de Gobierno.
De esta forma, el Mandatario dio por superado el impasse ocurrido con Bielsa. Esta, sin embargo, no es la primera situación complicada que atraviesa Piñera con el estratega, ya que antes de viajar a Sudáfrica, Piñera concurrió hasta Pinto Durán donde inesperadamente nombró a todos los jugadores con sus apodos, incluso al técnico al que trató de “Loco”.
Además, el jefe de Estado también ha vivido hechos similares como el desaire del rector de la Universidad de Chile Víctor Pérez, cuando se quejó de la “notificación por la prensa” de la reforma al sistema universitario que prepara el Ministerio de Educación en presencia del propio Mandatario.
El tema de Bielsa fue superado ayer viernes, cuando el propio técnico publicó una declaración donde da excusas por lo ocurrido en La Moneda. «Quisiera pedir que no se interprete mi actitud como una descortesía para con las autoridades que homenajearon al equipo (…) También pedir disculpas a los chilenos que pude incomodar con mi comportamiento, especialmente considerando todo lo que he recibido de los habitantes de este país», expresó en la misiva.
Ante esto, Piñera dijo que «valoro las disculpas del señor Marcelo Bielsa. Cada uno es responsable de sus propias actitudes y conductas».
«Como Presidente de la República voy a tratar con el debido respeto a todas y cada una de las personas. Esa será una de las conductas de la cual nunca me voy a alejar», agregó Piñera.
Las dudas sobre el estilo del Presidente
Lo que rebasó el vaso en la coalición fue la aparición de Piñera enarbolando la bandera chilena, tal como un hincha de la “Roja”, en uno de los balcones de la sede del Ejecutivo junto a Claudio Bravo, Mark González y Arturo Vidal.
El Mercurio cita a un alto dirigente de la UDI que afirma que eso no lo tenía que hacer, ya que “él es la institucionalidad; el dueño de casa debía mostrar distancia”.
El estilo informal que ha mantenido el Mandatario ha encendido las alarmas tanto entre parlamentario como en dirigentes del oficialismo, lo cual podría continuar perjudicándolo en los atributos de “credibilidad” y “confianza” manifestado en las encuesta. También podría significar un aumento del nivel de rechazo de parte de la ciudadanía.
El propio jefe de bancada de la UDI, Patricio Melero, sostuvo que la dignidad de la figura del Presidente está en entredicho, lo cual “no es algo anecdótico porque tiene consecuencias políticas”.
Y a reglón seguido, sostiene que “esto debe ser materia de preocupación en la Presidencia , porque si no se revierte, el Mandatario puede ser ninguneado por cualquiera”.
En tanto, el senador Carlos Cantero apunta al equipo asesor y afirma que habría que elaborar mejor la agenda del jefe de Estado para así exponerlo a situaciones como las que se han registrado en el último tiempo.
Sin embargo, desde el equipo asesor de Piñera refutan las críticas que se hacen en torno a que la informalidad es un intento de captar los atributos de Bachelet.
“Él no está comunicando lo que no es ni está imitando a Lagos o Bachelet. Está siendo auténtico”, precisan.
Por su parte, el timonel de RN, Carlos Larraín, quien se ha caracterizado por defender a Piñera, ahora opina que es necesario que con la actual coyuntura un cambio de actitud del Presidente.
Explica Larraín que pasado el periodo de emergencia tras el terremoto, donde se necesitaba una mayor presencia del Presidente, la autoridad del jefe de Estado tiene que centrarse ahora en la eficacia.
