Publicidad
BBC News Mundo

Omar Reygadas, hijo de uno de los mineros atrapados: «El día del rescate será maravilloso»

Mientras avanzan las labores de rescate, los familiares de Omar Reygadas, uno de los 33 mineros chilenos atrapados bajo tierra, nos están contando en este diario cómo viven la espera.


Se supone que hoy en el transcurso del día deberían estar funcionando las máquinas que están instalando. Eso es lo que todos acá esperamos. Si no es a primera hora, antes del mediodía puede ser que ya estén funcionando.

Las autoridades nos dan información directamente, siempre están en contacto con nosotros. Todos los días hay una reunión a las seis de la tarde. Ahí la persona encargada, junto al ministro o alguno del gobierno que esté aquí, se encargan de explicarnos lo que está pasando, cuáles son los últimos avances y eso.

Ellos nos contaron que está en camino una máquina más grande, que posiblemente debe llegar hoy. Iba a llegar el domingo, pero nos dijeron que posiblemente llegue hoy. Con esa máquina van a poder agrandar un sondaje que estaban haciendo, para darle más magnitud y poder mandarle así cosas más grandes o de mayor longitud a los mineros que están abajo.

Con esa máquina van a tratar de ir agrandando el hoyo. Y si es posible, si da buen resultado y todo marcha bien, seguir agrandándolo para ver si es posible realizar un rescate más rápido.

Mientras tanto todos acá esperamos el momento en el que puedan rescatarlos. Eso va a ser maravilloso.

Ya no estamos tan nerviosos como estábamos antes, que no sabíamos nada de la situación en la que estaban.

Ahora podemos conversar con ellos, escribirles. Y la sensación general es que llegará el día en que ya estén todos fuera. Los podremos ver al tiro. Y se los llevarán al hospital o una clínica, pero ese día lo esperamos con ansia.

El trabajo de esperar

En este momento mis hermanos bajaron. Fueron a Copiapó, están trabajando. Vuelven el fin de semana y mientras tanto yo estoy aquí, pendiente de cualquier noticia, pero nos estamos comunicando todo el tiempo.

Con mi trabajo no tengo problemas. Mi jefe entiende lo que estamos viviendo, además, él también conoce a mi papá. Ambos trabajaron juntos mucho tiempo. Así que me dijo que no me preocupara, que no había problema.

Mientas estoy acá no me quedo desocupado. Me pongo a barrer, a limpiar, a lavar lo que ensucio. Me acerco para estar informado de lo que hace falta enviarles a los que están abajo. Le escribo una carta a mi papá y eso.

A veces hay alguna reunión, porque a veces las reuniones se adelantan. O te llaman para darte información. Así que realmente estás ocupado todo el día.

Igual acá hay baños, hay duchas para hombres y mujeres. Tenemos lo que hace falta.

Y para la comida tampoco hay problema. Los que están en el campamento tienen sus cocinas pueden preparar comida fácilmente.

Por el momento me cocino acá, pero aquí hay un comedor para todos los que están aquí, la gente de la prensa, de los medios. Los que no cocinan pueden ir al casino.

Quizás desde mañana empiece a ir al casino. O lo más seguro es que venga mi hermana en la tarde, porque ella quiere estar enterada de cómo están las cosas acá, asistir a las reuniones, y seguro que me trae el almuerzo, así que ahí tampoco hay problema.

Publicidad

Tendencias