«Cuántas veces oímos que los vecinos sabían…. y no se denuncia por miedo o porque las culturas parecen justificar que es legítimo golpearla», sostuvo la ex mandataria.
La concienciación y los mecanismos de protección y prevención, con «la justicia en su papel ejemplarizador de castigo», deben acompañar las leyes contra la violencia doméstica que ya existen en muchos países, dijo este lunes la directora ejecutiva del nuevo organismo ONU Mujeres, Michelle Bachelet.
«Hay que hacer campañas de conductas responsables. Cuántas veces oímos que los vecinos sabían…. y no se denuncia por miedo o porque las culturas parecen justificar que es legítimo golpearla. Es fundamental la educación pues aunque en muchas partes del mundo la mujer ha ido ganando espacio, hay mucha disparidad», manifestó.
Según Bachelet, «la mujer es clave como elemento de lucha contra la pobreza y el desarrollo sostenible. ONU Mujeres no reemplazará a los que ya trabajan en ello como el Pnud (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), Unicef (agencia de la ONU para la Infancia) u otras, sino que juntos lograremos la mejor contribución».
«La erradicación de la pobreza requiere la colaboración de todas las Oficinas de la ONU. Apoyar la autonomía económica de las mujeres contribuye a eliminar pobreza. El éxito de los microcréditos se debe a que ellas son buenas pagadoras y gastan en alimentar y cuidar a la familia», añadió tras asistir en Beijing a una reunión sobre igualdad de género y pobreza.
La ex presidenta destacó que la generación de «pisos de protección social» con servicios básicos mínimos de los gobiernos de la Concertación que ella presidió redujeron los niveles de pobreza del 40 por ciento al 11-15 por ciento «y la cara de Chile cambió».
«Chile tenía que seguir creciendo y había que dar acceso a los sistemas de protección social en derechos a la salud, vivienda o educación, universales. Estaba convencida de que un factor de desarrollo sería lograr contar con personas más calificadas para impulsar la competitividad y la innovación», añadió.
«Desde la ética y la justicia a razones económicas. No de asistencialismo aunque se dieran servicios, sino sobre todo para generar capacidades», concluyó.
