«Sabemos que subsidiar los combustibles, y especialmente los combustibles fósiles, es regresivo desde el punto de vista social y ambiental», sostuvo Luis Mariano Rendón.
Un «Bono Soberanía», de entrega anual, financiado con los mismos recursos que hoy se destinan a subsidiar el gas en Magallanes, propuso el Movimiento «Acción Ecológica», ante el conflicto en Magallanes.
El coordinador de la entidad, Luis Mariano Rendón, dijo que «entendemos la justa indignación del pueblo magallánico ante el incumplimiento de las promesas de campaña. Sabemos de lo que se trata, pues sentimos la misma indignación en el caso de la aprobación de la Central Barrancones, lo que sólo pudo ser revertido, también, por la movilización de la ciudadanía en las calles».
En esa línea, señaló que «es necesario apoyar a las personas que deciden radicarse en zonas extremas del territorio. Ello es necesario por razones de soberanía, pero también para incentivar la desconcentración de actividades y población desde la Región Metropolitana a otras zonas del país. La hipercentralización en Santiago también ha enfermado a nuestra capital, la que hoy se encuentra en un estado de saturación de sus principales sistemas».
No obstante todo lo anterior, aclaró, «sabemos que subsidiar los combustibles, y especialmente los combustibles fósiles, es regresivo desde el punto de vista social y ambiental».
El dirigente ecologista explicó que el subsidio a los combustibles fósiles es regresivo socialmente, pues los que más combustible consumen son las personas de mayores recursos, los que se apropian por lo tanto de la mayor parte de los recursos públicos que se destinan a dicho apoyo. También dijo que dicho subsidio es regresivo desde el punto de vista ambiental, pues subsidiar el combustible estimula formas de consumo y producción intensivas en ese insumo, en circunstancias que «lo que hoy se precisa es incentivar el ahorro y la eficiencia energética y la generación sustentable de energía».
Rendón finalizó diciendo que «un bono como el que proponemos, igual para cada magallánico, permitiría conjugar soberanía, descentralización, justicia social y sustentabilidad ambiental».
