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El freno que le pone el Segundo Piso a Larroulet

Con una jefa de asesores potente como María Luisa Brahm y un Presidente que quiere estar en todas, no es fácil para el jefe de la Segpres ejercer el rol de coordinación interministerial. Él está en las reuniones, pero no las lidera y cuando los proyectos son muy importantes, pasan a manos de María Luisa Brahm. Eso explica en parte, esa especie de ansiedad del ex director de Libertad y Desarrollo por “encontrar un relato”, que le permita influir técnicamente en la marcha del Gobierno.


“El Presidente le pidió al Ministro Larroulet que coordinara todo con el segundo piso”, asegura una fuente cercana a la cabeza de la Secretaría General de la Presidencia. Es que a Piñera le gusta meterse en todo y con el apoyo de María Luisa Brahm, su asesora más cercana, logra su objetivo. Pero esto ha traído consecuencias  en la calidad técnica del gobierno y la pérdida de poder de la Segpres, por su incapacidad de moverse sin consultar al segundo piso, es evidente.

Cuando Piñera llegó al poder, colocó a Cristián Larroulet a la cabeza de la Segpres y se habló de él como el Boeninger de la derecha. Las expectativas eran altas, pero no se cumplieron y la descoordinación interna y externa del gobierno, quedó en evidencia. “El presidente ha querido controlar todo, pero termina desordenando”, asegura Carlos Hunneus, director CERC (Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea), quien agrega que la descoordinación se ha notado en temas como “la reconstrucción, la agenda social del gobierno y el caso Van Rysselberghe”.

Corresponde al Ministerio Secretaría General de la Presidencia llevar la adenda legislativa, coordinar al Ejecutivo con el Parlamento y hacer la coordinación intersectorial entre los diferentes ministerios y servicios. Pero en las cosas importantes, Brahm es la que ha tomado el mando. “Cuando corresponde a proyectos grandes, el equipo de asesores, liderado por ella, se hace cargo de la coordinación interministerial”, asegura Mario Desbordes, Secretario General de RN.

Larroulet no es Boeninger

Una fuente de la Segpres, asegura que el ministro quiere tener un rol más preponderante en la coordinación externa e interna, y agrega que “Larroulet ha tenido menos habilidad política de lo que se esperaba. No fue el Boeninger de la derecha”. Entre el Presidente y  María Luisa Brahm  le copan todo, incluso los detalles de los proyectos de ley. Dejándole muy poco espacio para actuar.

Según Carlos Hunneus, Larroulet nunca podrá ser Boeninger, “porque no se puede ejercer el rol de coordinación, con un Presidente que se mete en todos los detalles. Boeninger fue lo que fue, porque Aylwin se lo permitió”. Esto se contrasta con el estilo de Sebastián Piñera, que aplica el micro management, donde él observa y controla detenidamente, todo el trabajo de sus subordinados.

Una fuente cercana al Ministro, asegura que la intromisión de Piñera, hasta en los menores detalles, ha sido un problema. “Hemos tenido que ajustarnos a esa característica y fijar procedimientos, para poder colaborar con este tipo de Presidente”. El principal mecanismo para afrontar esto, ha sido “la coordinación continua con el segundo piso. Ellos se preocupan de transmitir la orden presidencial al ministerio y nosotros la coordinamos”.

A Larroulet le gusta comparar su Segpres con la de Boeninger. Pero “hoy a la Segpres se parece más a la de Lagos. Con la diferencia de que Lagos supo mantener la autonomía de sus ministros y que hoy, el segundo piso es aún más fuerte”,  asegura Carlos Hunneus.

El intento por coordinar a través de un relato

Marzo estuvo marcado por declaraciones oficialistas sobre la descoordinación que existía entre el gobierno y Alianza. Incluso Larroulet, en el balance del primer año de gobierno, reconoció este hecho. La última crítica salió la semana pasada, donde el diputado Cristián Monckeberg (RN), dijo que aún faltaba coordinación entre el gobierno y la coalición.

[cita]Una fuente cercana al Ministro, asegura que la intromisión de Piñera, hasta en los menores detalles, ha sido un problema. “Hemos tenido que ajustarnos a esa característica y fijar procedimientos, para poder colaborar con este tipo de Presidente”. El principal mecanismo para afrontar esto, ha sido “la coordinación continua con el segundo piso. Ellos se preocupan de transmitir la orden presidencial al ministerio y nosotros la coordinamos”.[/cita]

Hoy el gobierno está haciendo un esfuerzo para ordenar a sus bancadas e incorporarlas al debate de iniciativas, antes de que estas salgan a la luz. Pero no sólo ha reflexionado sobre la coordinación externa, sino que también ha puesto un ojo sobre la interna.

“Hay un aprendizaje de la crisis (de la Intendenta Van Rysselberghe). Segpres se dio cuenta de que necesitaba más espacio para el análisis, para evitar posibles conflictos políticos”, asegura una fuente cercana a Larroulet. Pero esta labor no ha quedado en manos de la Secretaría General de la Presidencia, sino que en los tres principales ministerios. “Desde marzo, Segegob, Interior y Segpres, producen información que se comparte y analiza” explica esta misma fuente. Por supuesto, el segundo piso también es informado.

Otra alta fuente de Estado, asegura que hoy “se trabaja en equipo, todos coordinamos”. Agregando que la labor de Larroulet, se ha focalizado en sacar los proyectos de ley adelante, al establecer la coordinación de los partidos políticos con el ejecutivo.

El Presidente Piñera creó cuatro instancias de coordinación interministerial, que funcionan una vez al mes y donde la Segpres siempre está presente, pero nunca al mando de la reunión. Las cuatro instancias de coordinación son: el comité de desarrollo económico, que preside el Ministro de Hacienda; el comité de desarrollo social, liderado por Mideplan; el comité de infraestructura, ciudad y territorio, con el Ministro de OO.PP. a la cabeza; y el comité político institucional, que dirige el Ministro del Interior. En esta situación el papel de SEGPRES queda reducido al de una simple secretaria técnica, pero sin una mayor injerencia en los contenidos.

Aunque Larroulet es el único Ministro que tiene el derecho a estar en todas las reuniones de los ministerios, el segundo piso también la tiene y María Luisa Brahm toma el mando, cuando el Presidente lo considera necesario.

Así, en la actualidad, la Segpres está reducida en la práctica a ser una oficina de coordinación parlamentaria del Ejecutivo, sin mayor incidencia en el orden que adquiere la agenda gubernamental. Esta depende de las relaciones bilaterales que desarrolla el Presidente por si mismo –o a través de su Segundo Piso – con los ministerios, por lo que las prioridades no siempre encuentran un sentido de estrategia política. Ello explica en parte, esa especie de ansiedad del Ministro Cristián Larroulet por “encontrar un relato”, que le permita influir técnicamente en la marcha del Gobierno.

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