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El nuevo escenario político en que se mueve el movimiento estudiantil

El impacto mediático por la tragedia del viernes pasado modificó la sicología colectiva y la temperatura de la opinión pública, que hasta ahora ha sido el principal activo político de los estudiantes. Los analistas advierten que se reducen los espacios para la confrontación y la crítica. Destacan la importancia de estar en sintonía con la emotividad de la ciudadanía y advierten de los peligros de convocar a un paro para mañana, luego de que inicialmente se anunciara su suspensión.


Después de más de tres meses de intensas movilizaciones estudiantiles, una baja aprobación del gobierno y un Presidente ampliamente criticado cada vez que salía en público, el clima político se apaciguó. El trágico accidente aéreo en el Archipiélago de Juan Fernández –que terminó con la vida de 21 personas– remeció al país y tuvo como efecto inmediato “un movimiento de solidaridad y unidad nacional, donde el enfrentamiento y la división pasan a ser rechazados”, como explica Roberto Méndez, presidente de Adimark.

En este nuevo escenario, hay poco espacio para posturas confrontacionales. “Aumenta en el clima ambiente la sensación de que no es tan importante que me caigas bien o mal, sino la unidad nacional y es siempre el Presidente quien la representa”, como asegura el sociólogo de la Universidad de Chile, Alberto Mayol, quien asesoró políticamente a los estudiantes para la reunión del sábado pasado en La Moneda. Ninguna pifia se escuchó este lunes, cuando el Presidente Piñera asistió a la misa en la Catedral Metropolitana, en memoria de las víctimas del accidente.

En este nuevo esquema, se considera un error por parte de los estudiantes, el haber retomado la decisión de realizar un paro nacional este jueves. “Es importante comprender cómo te relacionas con los intereses del país, porque podrías perder legitimidad y hoy los estudiantes tienen casi un 80% de aprobación, por eso deben comportarse con responsabilidad”, asegura Mayol. Pero el movimiento estudiantil cedió a las presiones de los sectores más radicales. En ese sentido, hay un eventual riesgo al ir contra la sensibilidad nacional, porque como explica el cientista político del Instituto Libertad, Patricio Gajardo, “no hay movimiento social exitoso, sin el respaldo de la opinión pública”.

Retomar el paro

“La capacidad de movilización y de tener a la opinión pública enfocada, es baja en estos momentos”, asegura Gajardo. Es que el clima de luto que vive el país no permite sacar de la agenda el accidente aéreo y cualquier intento forzoso de ello, podría ser duramente criticado. Es por esto que el presidente de Adimark, Roberto Méndez, había aplaudido la decisión de bajar el paro, puesto que “de haber insistido en él, de seguro se habrían encontrado con una extendida indiferencia, si acaso no franco rechazo”.

[cita]Los estudiantes “han tenido éxito en crear una amplia mayoría de apoyo a su causa. Queda por verse si logrará sortear un período de silencio como el que le impone el extendido duelo que sufre el país”, asegura Méndez.[/cita]

La reunión del pasado sábado, entre estudiantes y gobierno, estuvo marcada por el trágico accidente. Los asistentes se mantuvieron informados e incluso, cuando se dijo que existían pocas posibilidades de encontrar sobrevivientes, se hizo un minuto de silencio. Al finalizar el encuentro, los involucrados comprendieron que el clima de pesar en Chile no permitía entregar una respuesta dura. Pero la presión de los grupos más radicales del movimiento estudiantil, terminaron por quebrar la buena sintonía que habían tenido con el pesar nacional y hoy amenaza con hacerlos perder aliados.

Los estudiantes quedan en una situación incómoda y con un problema difícil de resolver, porque “ahora hay un ancho de banda menor para moverse políticamente”, asegura Mayol. Agregando que el único principio que funciona hoy es el de la vida y la muerte, entonces “¿Cómo le dicen al Presidente, con legitimidad social, ‘yo estoy en desacuerdo y voy a seguir con movilizaciones de corte critico?”. La sensibilidad nacional está a flor de piel y hoy “la sociedad espera una actitud más cooperativa”, como explica el cientista político, Patricio Gajardo.

Mientras los estudiantes podrían perder legitimidad, el gobierno podría ganarla. Se cree que el rechazo ascendente hacia el gobierno del Presidente Piñera –demostrado en la última encuesta Adimark que arrojó un 27% de aprobación – tendrá tregua. “El gobierno se beneficia del clima de unidad y solidaridad que ha emergido”, asegura Méndez. En el actual escenario hay una predisposición de la ciudadanía más positiva, lo que le permitirá al Presidente “manejar la agenda de forma más flexible y tener mayores niveles de respaldo”, como explica Gajardo.

Punto de inflexión

“Es evidente que estamos en una situación en que el movimiento pierde capacidad de presionar”, asegura el sociólogo Alberto Mayol. Es por esto que una nueva actitud frente al conflicto se hace necesaria y varios analistas coinciden en que la reunión del sábado –marcada por el accidente en Juan Fernández – cambia el escenario y obliga a seguir avanzando. “Los estudiantes llegaron al clímax con la reunión en La Moneda. De ahí se pasa a una etapa distinta o se produce un retroceso que los puede complicar, porque el movimiento podría decaer naturalmente”, asegura Gajardo.

Para Mayol este nuevo escenario obliga a cerrar la primera etapa, donde “hay que lograr que el Presidente Piñera saque la billetera y se vean efectos positivos de la movilización”, agregando que es indispensable una segunda etapa, donde se hagan cambios estructurales en el modelo educacional chileno. Al mismo tiempo, desde la comisión de educación del Senado, Alejandro Navarro asegura que “sin un punto de inflexión ahora, podemos tener un movimiento disminuido o radicalizado”.

Por otro lado, el senador Navarro aseguró que “renunciar a la calle es un gesto que debe ser valorado, pero puede tener un efecto nocivo para el movimiento estudiantil, porque crea la falsa sensación de que la propuesta del gobierno es conducente y exitosa”. Para el senador, toda esta situación podía llevar al gobierno a “caer en la tentación de minimizar el movimiento estudiantil con la tragedia y después con las fiestas patrias”.

Mientras que desde la derecha, el senador RN, Francisco Chahuán asegura que “sacar cálculos políticos del accidente no sería adecuado. A veces hay que hacer un paréntesis, en términos del tono del debate, cuando la situación amerita”. Al mismo tiempo, la diputada y presidenta de la comisión de educación, María José Hoffmann (UDI), aseguró que el accidente “ha remecido a todos los chilenos y hoy la ciudadanía quiere que se produzcan cambios. Este hecho nos obliga a mirar en el largo plazo lo que es verdaderamente importante”.

Aprovechar el momento

La sensibilidad nacional está al máximo y “basta con que un líder estudiantil cometa un error, para que sea un desastre. Hoy lo que está en juego es demostrar la capacidad de conducción”, como asegura Mayol. Es por esto, que bajar y volver a subir el paro nacional, no le hace bien el movimiento estudiantil. Al mismo tiempo, con los ojos de la sociedad puestos en el accidente, el riesgo es que “se pierda el “momento” que habían logrado. La opinión pública se concentra en muy pocos temas, y el hecho de que se olvide por algunos días o semanas del movimiento y las demandas de los estudiantes, no garantiza que volverá a concentrarse  nuevamente en estos”, como explica Méndez.

Las tragedias llevan a la sociedad a unirse de la forma más básica, que es la comunidad del dolor, como explica el sociólogo Mayol. Se crea un escenario potente con el cual es “fácil empatizar” y donde no se aceptan actos o declaraciones de corte crítico. Es por esto que es tan importante estar en sintonía con la emotividad de la ciudadanía y mantener el respaldo que esta entrega. Los estudiantes “han tenido éxito en crear una amplia mayoría de apoyo a su causa. Queda por verse si logrará sortear un período de silencio como el que le impone el extendido duelo que sufre el país”, asegura Méndez.

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