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Liderazgo de Piñera pierde puntos en RN tras operación de La Moneda para neutralizar a Larraín

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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En la tienda de Antonio Varas esperaban que el jefe de Estado golpeara la mesa y obligara al gremialismo a sumarse a la idea de modificar el binominal, sin dejarle espacio a réplica. Sin embargo, no fue así y tal como temía un sector de la colectividad, las presiones sobre La Moneda surtieron efecto y otra vez la tienda de Juan Antonio Coloma se impuso, obligando al Presidente de la República a asumir una postura errática.


El acuerdo suscrito entre Renovación Nacional y la Democracia Cristiana, que propone cambiar el sistema presidencial que rige en Chile, provocó una guerrilla entre RN y su socio “oficial”, la UDI, que está lejos de terminar. La operación de La Moneda para neutralizar la movida, puede significarle a Piñera «pan para hoy y hambre para mañana». Claramente, el libreto que diseñó el gobierno, tratando de darle un aura salomónica a la decisión de consensuar un cambio al binominal, primero dentro de la Alianza, no arregla el problema de fondo en el oficialismo.

Peor aún, lo profundizó, pues dejó abierto a la interpretación de los involucrados el resultado de la cita del martes 24 de enero en La Moneda. La crítica más dura proviene de su propio partido, que se siente directamente afectado, al punto que se especula que su actuación en este episodio podría acarrearle al mandatario una nueva caída en las encuestas, debido al escaso liderazgo que habría demostrado en su resolución. Un sector de RN se sintió derechamente desamparado, porque estima que la actuación del jefe de Estado no fue todo lo clara que debiera en un tema de tanta importancia, considerando que él tenía antes una postura bien definida.

Nadie en la colectividad del Presidente Piñera olvida que una de sus grandes aspiraciones políticas era, justamente, modificar el sistema electoral. En efecto, al polémico documento suscrito entre Carlos Larraín y el DC Ignacio Walker, se han aferrado tanto los liberales de la tienda de Antonio Varas como los dirigentes de la Concertación. Esto, aún cuando el timonel oficialista a lo que le da menos importancia, es a las ocho líneas de la última página -de cuatro que contempla el texto completo- que aluden al cambio del actual sistema electoral por uno “proporcional corregido”.

Por eso, un sector de RN no entiende que el mandatario no haya sido más drástico en imponerse a la UDI. Y haya enviado una señal clara al gremialismo de que tiene que sumarse al acuerdo con la oposición, porque de lo contrario quedará aislado. Ésto debido a que la solución adoptada por el Presidente en el Comité Político –del que, además, salió a toda prisa cuando le avisaron que una de sus hijas estaba dando a luz-, en Renovación sintieron que “una vez más la UDI se impuso” y Piñera cedió a la fuerte presión ejercida por la colectividad hasta antes de la cumbre en Palacio. Más aún después de la entrevista de Piñera publicada el domingo y que fue leída como la explicitación de la doblada de mano del gremialismo.

La molestia en el partido de Larraín era evidente, aunque en un primer momento nadie quería hacer olas y prefirieron bajarle el perfil a la situación. Sin embargo, cuando el tema fue decantando se hizo visible que la tensión entre ambas colectividades, lejos de descomprimirse, iba en aumento. Un observador de la casona de Antonio Varas quería creer que había entendido mal. Pero no. Transcurridas las horas dio por hecho que el Presidente era incapaz de someter a sus aliados, de mostrar que en un régimen presidencialista es el jefe de Estado el que manda y no los partidos que lo respaldan. Eso, suponiendo que el mandatario tiene tantas ganas de cambiar el binominal como casi toda RN y la oposición. En medio de este revuelto escenario comentó que a Piñera “no le va a salir gratis lo que hizo. Mostró una falta de liderazgo terrible y las encuestas lo van a reflejar. A lo mejor no la que viene los primeros días de febrero –aludiendo a la Adimark-, pero sí más adelante”, dijo un molesto parlamentario al comenzar a percibir que la posibilidad de cambiar el mecanismo electoral podía irse por el caño.

Las dudas sobre Larraín

Otro militante destacado de Renovación planteó que las primeras señales de lo que se venía, las dio el propio Larraín al pedir disculpas a sus socios. Algo que, por cierto, era difícil de creer viniendo del timonel de RN. Larraín cultiva la imagen de duro e intransigente. Así es que para algunos fue sorprendente escucharlo. Sobre todo cuando poco efecto causaron sus palabras entre los dirigentes del partido ofendido. Un parlamentario liberal admite que después de ese episodio se puso nervioso, porque dedujo que el siguiente paso podría ser desahuciar el polémico acuerdo con la DC.

[cita]Un observador de la casona de Antonio Varas quería creer que había entendido mal. Pero no. Transcurridas las horas dio por hecho que el Presidente era incapaz de someter a sus aliados. De mostrar que en un régimen presidencialista es el jefe de Estado el que manda y no los partidos que lo respaldan. Eso, suponiendo que el mandatario tiene tantas ganas de cambiar el binominal como casi todo RN y la oposición. En medio de este revuelto escenario comentó que a Piñera “no le va a salir gratis lo que hizo.[/cita]

Aún así, no todos en Renovación están haciendo el mismo análisis. Si bien, todavía no hay nada claro respecto de cómo acabe este choque al interior de la Alianza, en el gobierno esperan que el verano calme las aguas y que para marzo lo sucedido no sea más que una anécdota. Y aunque nadie sabe en qué terminará el que algunos ven como un simple “arrebato más de Larraín”, en la disidencia hay distintas posturas sobre los efectos. Algunos creen que el timonel de RN “de todas maneras reafirmó su poder al interior del partido y es muy probable que decida ir a la reelección. Y si es así, seguramente gane. Lo que pasó no cambia mucho el escenario en ese sentido”. Mientras, otros observan la situación con más dureza. En la disidencia partidaria hay quienes estiman que “Larraín las embarró, porque lo que podría haber sido una buena idea, terminó siendo un desastre por la forma cómo lo hizo”.

A raíz del cambio de tono en las declaraciones del presidente de Renovación, un observador de la disidencia fáctica asegura que el polémico dirigente “es muy oscilante” y eso no contribuiría a su imagen interna. Con ello alude al hecho que tras el Comité Político, las palabras de Larraín daban la impresión de haber asumido la derrota, bajándole el perfil al acuerdo alcanzado con la DC, pero al día siguiente en una entrevista en Radio Agricultura reasumió el tono firme y provocador que había tenido antes de la cita en La Moneda. Por ello, algunos perciben que estaría debilitado, tornándose más viable -que antes- lograr un acuerdo respecto de una mesa de consenso.

En su entorno defienden al timonel, afirmando que si bien estaba dispuesto a no seguir con la polémica pública, las “provocaciones de la UDI” lo habrían obligado a salir a defender su postura. Y descartan que haya salido debilitado de este gallito. Sus defensores insisten en que es “inconsistente” que desde la disidencia se le critique por hacer algo por lo que los liberales del partido han luchado por tanto tiempo. Mientras tanto, uno de los principales representantes de la disidencia fáctica, Daniel Platovsky, asistió el miércoles 25 al seminario del CEP al que fueron invitados tanto Larraín como Walker a explicar los alcances de su acuerdo. El amigo del Presidente Piñera se retiró sin conversar con el timonel de RN. Había asistido a enterarse del tema de boca de Larraín, pero no debe haber salido muy satisfecho, por cuanto la exposición se centró en el cambio al sistema presidencialista por uno semipresidencial.

Donde hubo fuego…

Y aunque a fines de la semana pasada, el tema había comenzado a enfriarse, el viernes volvió a cobrar fuerza debido a la molestia que causó en RN la columna del diputado UDI Gonzalo Arenas, que ese día publicó este medio. En la tienda de Antonio Varas la encontraron “burda” e “irrespetuosa”, además de “provocadora”. Al punto que uno de los vicepresidentes del partido salió a responder en duros términos. Juan Pablo Camiroaga señaló que “el diputado Arenas podría participar en un programa humorístico, pero con su falta de talento fácilmente quedaría descalificado”. Y agregó que “quizás, en vez de hacer tanta insinuación describiendo gente en sus artículos, podría ser más hombre y dar nombres. Da risa como califica a algunos de grueso, cuando al parecer no se ha visto en el espejo. Se debe ver a sí mismo como un fisicoculturista. No sirve ni de parlamentario ni de humorista, este diputado. Fome en ambas funciones. Así va a perder su escaño en la Cámara”, terminó advirtiendo.

Este es el nivel que está alcanzando la trifulca entre ambos partidos. Lo que, según un analista político del sector, “no contribuye a mejorar la imagen de la coalición. Porque los partidos están haciendo lo que tanto criticaban a la Concertación. Pero también perjudica la imagen presidencial, porque el mandatario ha sido incapaz de tomar una decisión que dé por zanjado el tema e impida que los partidos se trencen en esta disputa que podría seguir creciendo, si no fuera porque, a lo mejor, las vacaciones contribuyen a terminarla”.

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