Para el abogado de las víctimas, Hernán Fernández, en esta etapa es clave dejar en claro “que ningún abuso sexual por parte de Paul Schäffer su pudo cometer en Colonia Dignidad sin la participación directa y la complicidad de los jerarcas”.
Este jueves comenzaron los alegatos ante la Corte Suprema por los recursos presentados a raíz del fallo en segunda instancia de la Corte de Apelaciones de Talca contra 25 miembros de la ex Colonia Dignidad, quienes fueron condenados por sistemáticos abusos sexuales contra menores de edad dentro del enclave alemán liderado por Paul Schäffer.
El objetivo de los abogados querellantes es alzar las penas y ampliar los delitos, mientras que la defensa busca rebajarlas.
Para el abogado de las víctimas, Hernán Fernández, en esta etapa es clave dejar en claro “que ningún abuso sexual por parte de Paul Schäffer su pudo cometer en Colonia Dignidad sin la participación directa y la complicidad de los jerarcas”.
Además, apuesta a que “se condene por graves delitos como lo son secuestros de niños que fueron despojados de sus familias víctimas de jerarcas que se encargaron de ocultados. Esperamos que se haga justicia sancionando estos delitos. Hoy el único delito por los que se los condena son abusos deshonestos, lo que es una afrenta a la justicia. Así como se aplicó justicia a Spiniak o Zacarach, los de Colonia Dignidad están al mismo nivel o peor, porque actuaron durante décadas con total impunidad”.
Entre quienes le facilitaron a Schäffer los delitos contra niños, el abogado destaca a Gerhard Mücke y el doctor Harmut Hopp, “capaces de ir a buscar niños a sus casas, convencer a sus madres y llevárselos a Paul Schäffer, implantando un sistema ritual para llevarles víctimas según el perfil que lo satisfacía”.
Además, se incluye a Gerd Seewald, director del internado de niños y encargado de preparar contratos para que las madres entregaran a sus niños. Lo mismo en el caso de Kurt Schnellenkamp, que estaba entre los altos jerarcas encargados de las finanzas.
Entre los condenados hay varios prófugos, entre ellos Hopp. Incluso una decena que huyeron antes de ser procesados, algunos de los cuales murieron.
En el caso de Hopp, doctor personal y mano derecha del “tío permanente”, se fugó en 2011 rumbo a Alemania tras ser condenado a cinco años y un día por haber ayudado a Schäffer a perpretar “abusos deshonestos” contra menores.
Pero en el país germano las cosas no fueron como esperaba, ya que también ha tenido que enfrentar a la justicia alemana, donde debe responder por delitos de lesa humanidad.
