«Si no conozco a cabalidad las acusaciones, mal me puedo defender de ellas», sostuvo el ex vicario de la Solidaridad.
A través de una carta reservada a los integrantes de la Vicaría de la Zona Sur, el sacerdote Cristián Precht manifestó que está dispuesto a «defenderse» de las acusaciones de abuso sexual que enfrenta y «también a recibir algún tirón de orejas, que Dios me pueda mandar».
Según El Mercurio, el religioso señala -en la misiva- que hasta el 5 de julio pasado el expediente no se le había facilitado, y que considera que éste tiene «baches muy notorios», agregando que «recibir ese expediente es parte del ‘debido proceso’ que ha tenido otros baches muy notorios y notables, a pesar de la ‘gentileza’ de los investigadores. V gr. (verbi gratia o por la gracia de la palabra) nunca se me interrogó diciéndome el nombre y el cargo de quien lo hacía. Eran preguntas genéricas o respuestas a párrafos sin nombre».
Haciendo hincapié en que «cuando por derecho y sentido común, nadie está obligado a acusarse a sí mismo (…) ustedes son testigos que mis investigadores se sintieron autorizados a hablar con la prensa a pesar de lo establecido en el canon 1455 (creo), y por el sentido común, que un investigador no debe hablar de los investigados, en un proceso aún en curso como el mío».
Asimismo, aclara: «Si no conozco a cabalidad las acusaciones, mal me puedo defender de ellas. Y esto mismo me quita libertad para hablar con los periodistas, que han sido en general muy respetuosos, cumpliendo su deber de informar, pero con mucho menos sensacionalismo que se habría podido esperar».
Cabe consignar que Precht está suspendido de su función como párroco de la iglesia Santa Clara de La Cisterna luego de que el Arzobispado de Santiago decidiera enviar los antecedentes de las acusaciones en su contra al Vaticano para que sea vista por la Congregación para la Doctrina de la Fe, pues contendrían situaciones de abusos contra menores de edad.
