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Velasco critica duramente a partidos por resistirse a primarias parlamentarias y los compara con industria pesquera

«La ley de primarias dejó al zorro a cargo del gallinero. Basta que los poderes fácticos de un partido decidan que no habrá consulta ciudadana para que a un retador se le cierren todos los espacios», sostuvo el ex ministro de Hacienda.


El ex ministro de Hacienda y candidato presidencial independiente, Andrés Velasco, criticó duramente a los partidos políticos por negarse a realizar primarias parlamentarias en ciertos distritos o circunscripciones, aunque haya varios postulantes.

A través de una columna de opinión publicada en La Tercera, el ex jefe de las arcas fiscales comparó a las tiendas políticas con la industria pesquera: «El que tiene, mantiene. Ese fue el lema del puñado de grandes empresas pesqueras que, habiendo pescado a destajo por décadas, pretendían seguir haciéndolo gracias a la nueva Ley de Pesca. El enfoque les dio resultados. Tras un lobby feroz, esas empresas lograron quedarse con el 85% de los recursos pesqueros. El que tiene, mantiene, es también el lema de aquellos parlamentarios de la Concertación que se niegan a someterse a primarias para concursar por su reelección».

«En un Chile con ciudadanos cada vez más exigentes y más intolerantes al privilegio injustificado, esos parlamentarios tienen la desfachatez de decir: este cupo es mío y no permito que nadie compita por él. Y, al igual que a los pesqueros, la estrategia podría darles frutos: algunos partidos han empezado a señalizar -vía trascendidos, claro está, porque decirlo de frente sería impresentable- que no admitirán primarias en ciertos distritos o circunscripciones aunque haya varios postulantes», agregó.

A renglón seguido, Velasco reparó: «Algo huele mal en la postura de pesqueros y parlamentarios. Pero la de los legisladores parece aún más censurable. Los pesqueros al menos tuvieron que presionar y persuadir al poder político para obtener su objetivo. Un parlamentario, en cambio, es el poder político. Puede dar a conocer, por sí y ante sí, que el cupo es suyo y no lo disputará con nadie. El problema de los derechos de pesca tenía -y sigue teniendo- una solución simple y justa: allí donde hay más de un interesado en pescar, el Estado licita la cuota al mejor postor. El problema de los cupos parlamentarios también tiene una solución simple y justa: allí donde haya más de un postulante serio, se efectúa una primaria abierta y competitiva. Para definir qué constituye un postulante serio se define con anterioridad el umbral de firmas que el candidato deberá recolectar. Esa primaria debe ser de la coalición, no sólo de los partidos, de modo que los independientes y los líderes del mundo social también puedan participar».

«Esa es la fórmula que la nueva ley de primarias debió haber consignado. No lo hizo, debido a la posición intransigente de las cúpulas partidarias. Creó las primarias como fórmula voluntaria, y dejó al arbitrio de los consejos generales de los partidos decidir si se efectúa una primaria. Es decir, la ley dejó al zorro a cargo del gallinero. Basta que los poderes fácticos de un partido decidan que no habrá consulta ciudadana para que a un retador se le cierren todos los espacios de competencia», acotó.

«Pero que las primarias no sean obligatorias no implica que los partidos no las puedan efectuar. De hecho, los partidos de la Concertación se han comprometido -hasta el momento, al menos- a efectuar primarias presidenciales. Pero algunos de esos partidos han dicho que no están dispuestos a llevar a cabo primarias parlamentarias. La contradicción es evidente. Y esa contradicción hará dudar a más de un ciudadano sobre la voluntad democrática de estos parlamentarios y sus partidos», añadió el ex secretario de Estado.

«Si estamos en vías de efectuar primarias presidenciales -acaso concluirán esos ciudadanos- no es como resultado de un admirable acto de altruismo, sino porque el costo político de evitarlas habría resultado demasiado alto. Para las primarias parlamentarias se aplica el mismo principio: sólo se llevarán a cabo si los ciudadanos levantan la voz y denuncian la postura antidemocrática de algunos parlamentarios», concluyó.

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