“La ex presidenta ha reconocido que ella ejercía el mando político de la emergencia. Pues bien, el problema es determinar cuál es el alcance de ese mando político. En nuestro sistema institucional, el mando político nunca es un mando vacío, formal o decorativo: por definición, el mando político trae consigo atribuciones y responsabilidades”, advierte el abanderado de Renovación Nacional.
Tras conocerse el contenido de la segunda declaración de la ex Presidenta Michelle Bachelet, el pasado 2 de enero, sobre lo acontecido en la sede de la Onemi el 27 de febrero del 2010 en el marco del Caso Tsunami, el abanderado de Renovación Nacional Andrés Allamand manifestó que, luego que la ex mandataria reconociera que era quien ejercía el mando del organismo la madrugada del terremoto, es necesario “determinar cuál es el alcance de ese mando político”, ya que éste trae consigo “atribuciones y responsabilidades”.
Enmarcado en la estrategia de su sector de utilizar políticamente las consecuencias del terremoto que azotó a Chile a sólo días que Bachelet entregara el mandato a Sebastián Piñera e intentando arrebartarle el voto duro a su adversario en la primaria de la derecha, Laurence Golborne, Allamand subrayó este miércoles que los dichos de la ex mandataria constituyen un hecho “de la mayor relevancia”.
Paralelamente a la estadía de Bachelet en Lago Caburga, en la capital el oficialismo ha intentado relevar nuevamente el caso Tsunami, responsabilizándola de las consecuencias por el supuesto mal manejo del gobierno que encabezaba en el episodio del terremoto y posterior tsunami. En lo que le compete a Allamand, los dichos de Bachelet en su declaración del pasado 2 de enero tienen una gran diferencia con todo lo que han sostenido previamente las autoridades que estuvieron al mando de la emergencia esa noche: “la ex Presidenta ha reconocido que ella ejercía el mando político de la emergencia. Pues bien, el problema es determinar cuál es el alcance de ese mando político. En nuestro sistema institucional, el mando político nunca es un mando vacío, formal o decorativo: por definición, el mando político trae consigo atribuciones y responsabilidades”.
Y a juicio del candidato presidencial de RN, “la investigación ha dejado absolutamente de manifiesto que las autoridades políticas que se encontraban en la Onemi en la madrugada del 27 de febrero de 2010. Ya a las 5.17 de la mañana contaban con todos los antecedentes necesarios para haber tomado decisiones oportunas con el objetivo de proteger a la población”. Lo que, en opinión de Allamand, “es de la mayor importancia, porque hasta ahora, las autoridades del gobierno de la Concertación habían querido permanentemente eludir su responsabilidad, haciendo ver que ellos no contaban con elementos de juicio que les hubieran permitido decretar oportunamente una evacuación que en la práctica habría significado salvar muchas vidas de chilenos”.
Por lo que insiste en que “si la propia ex Presidenta ha reconocido, tardíamente, pero ha reconocido, que ella ejercía el mando político de la emergencia, es evidente que hay también una responsabilidad política, respecto de las acciones en que se incurrió y las que se omitieron, porque el mando político, sin atribuciones ni responsabilidades, no es mando”.
