Ante los empresarios más poderosos de Chile, el ex ministro de Aylwin hizo una férrea defensa de la institucionalidad, dio casi por hecho que Bachelet será la próxima Presidenta y dijo que se vienen tiempos de cambio, pero también de grandes acuerdos.
Una fuerte defensa a la política y la institucionalidad hizo hoy el ex ministro del gobierno de Patricio Aylwin ante los empresarios más influyentes de Chile.
“Ha regresado la política en plenitud. El 2011 dio la impresión de que los movimientos sociales habían dejado a la política de rodillas. Eso es una ilusión”, dijo con fuerza el influyente cerebro de la Concertación y lobbysta.
En un seminario de Icare, Correa defendió con fuerza la institucionalidad y dijo que todos los cambios deben pasar por ella. “La fortaleza institucional siempre ha sido clave para nuestra viabilidad como nación. Nada reemplaza a la política”.
Recordó que a través de la historia, cuando fracasó la política, el resultado fue un desastre. “Nada hay que esperar de bueno con la decadencia de la política”, señaló.
Correa dio por hecho que Michelle Bachelet será nuevamente Presidenta, lo que la pondrá al mismo nivel de “personajes de culto” como fueron Alessandri e Ibáñez en un país que “valora lo institucional”.
Pero el país al que vuelve es muy distinto. Correa dijo que estará obligada a gobernar una sociedad más compleja y demandante. “Ya no es una sociedad de pobres sino de clase media. Una clase media que no acepta desigualdad y no tolera abusos; que valora al mercado, pero que ya no le basta la equidad ni el discurso de la meritocracia. Es una sociedad que exige políticas de inclusión”.
Dijo que Bachelet tendrá el problema de las expectativas ya que en ella “se depositaran las esperanzas y las desesperanzas de los chilenos”. Y resaltó que el gran error del gobierno de Piñera fue el “manejo imprudente de las expectativas”.
Correa estima que se vienen tiempos de grandes cambios pero también de grande acuerdos. Dijo que hay tareas pendientes en salud (Isapres), jubilaciones (AFP), desigualdad, educación y energía. Y advirtió que los cambios y los acuerdos no tendrán éxito si no son transversales.
Su discurso no fue muy distinto al que hizo hace cuatro meses, y ante el mismo público, el presidente del Senado, Camilo Escalona (PS): salir a calmar al empresariado y defender la institucionalidad del país.
De reformas profundas al sistema político, solo dijo que “no estamos ni cerca de una crisis de gobernabilidad”.
