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The Economist se pregunta por qué Bachelet no impulsó el fin al lucro cuando estuvo en el poder Artículo analiza su regreso al escenario electoral chileno

The Economist se pregunta por qué Bachelet no impulsó el fin al lucro cuando estuvo en el poder

El influyente semanario británico advierte también que la victoria de la ex mandataria en las elecciones de noviembre próximo “no es tan segura como parece” y que tendrá que responder una serie de preguntas sobre si podrá garantizar “el progreso económico continuo” que exhiben las cifras de la actual administración.


“Bachelet está de regreso”, es el título de un artículo que publicó este viernes el influyente semanario británico The Economist y que analiza el arribo de la ex mandataria a la carrera presidencial de cara a las elecciones de noviembre próximo.

La nota sostiene que “todo hace pensar” que se impondrá con facilidad en la primaria de la Concertación de junio próximo y que será la que termine representando a la coalición opositora contra el aspirante de la UDI, Laurence Golborne, “quien como ministro de Minería, estuvo a cargo del rescate de los 33 mineros atrapados bajo tierra en 2010”, o el candidato de RN, Andrés Allamand, “un ex ministro de Defensa”.

Y aunque sostiene que “las encuestas de opinión sugieren que la Sra. Bachelet barrerá el suelo con cualquiera de ellos”, The Economist advierte que “eso podría cambiar”, ya que “su victoria no es tan segura como parece”.

Lo anterior, porque según indica, el gobierno de Sebastián Piñera puede apelar al hecho de haber conseguido un “registro económico impresionante”, con un crecimiento de 5,8 % en 2012, “el doble de la tasa durante la administración de la Sra. Bachelet, quien tuvo que lidiar con el impacto de la crisis financiera mundial (y lo hizo de manera muy competente). La inflación ha caído, el desempleo es bajo y la inversión extranjera vive un boom”.

El semanario británico también analizó el primer gran anuncio de la ex mandataria el lunes pasado, de impulsar un proyecto contra el lucro de la educación y para asegurar la gratuidad de la misma, explicando que se trató de un guiño al movimiento estudiantil.

“Bachelet dijo esta semana a sus seguidores que si era elegida, inmediatamente enviaría un proyecto de ley al Congreso para poner fin a las ganancias privadas de la educación en todos los niveles. Fue una concesión a los estudiantes. (…) Y la réplica obvia es ¿por qué Bachelet no lo prohibió más ampliamente cuando estaba en el poder?”.

Finalmente, The Economist sostiene que Bachelet enfrentará además el peligro de la apatía, considerando que esta será la primera presidencial con voto voluntario. “Las encuestas sugieren que muchos votantes potenciales se mantendrán alejados y que los partidarios de la coalición de Piñera están más dispuetos a votar que los de la Concertación”.

Y concluye que el oficialismo seguramente insistirá “en el hecho de que los chilenos están mejor ahora que hace cuatro años, y pedirá a los votantes que consideren quien puede garantizar mejor el progreso económico continuo. Esa es una pregunta que la Sra. Bachelet tendrá que responder”.

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