El afectado, quien fue condenado en 2007 por cohecho a raíz de la investigación del denominado caso Coimas, sostiene que los cuestionamientos se deben a “una campaña de difusión de injurias en mi contra sobre lo que no tengo nada que decir, porque uno siempre está expuesto a este tipo de cosas, sobre todo cuando se han ejercido cargos públicos o se busca postular a ellos”.
La candidatura de PPD, Víctor Manuel Rebolledo, por el distrito 9 de Illapel provocó una ola de cuestionamientos en la oposición y una división en la mesa directiva de la colectividad, debido a la falta de probidad del ex diputado tras ser condenado en 2007 por cohecho a raíz de la investigación del denominado caso Coimas.
La sentencia de la justicia había establecido que Rebolledo no podría ejercer a perpetuidad algún cargo público, pero posteriormente la Corte Suprema dictó una nueva resolución y se le restituyó la posibilidad de ejercer un cargo público que le permite postular al Congreso.
La postulación de Rebolledo hizo un efecto en cadena en la región, ya que el candidato del PC, Daniel Núñez, fue obligado a ser trasladado a Coquimbo, desplazando de paso al vicepresidente del PS, Daniel Manouchehri, para que el ex legislador fuese incorporado en la lista de postulantes al Congreso.
La decisión tomada por el PPD provocó una sería reacción de rechazo en la oposición, siendo el diputado Felipe Harboe, uno de los más férreos detractores de la nominación de Rebolledo dijo que la determinación tomada por su partido era una “mala señal”.
“Cuando asumí como vicepresidente del PPD presenté un voto político para establecer que nunca más se pudieran presentar como candidatos, a cualquier elección popular, personas que hayan sido condenadas por algún delito que merezca sanción por tema de probidad. Mi posición es invariable. Lamentablemente, las negociaciones no las maneja uno”, espetó en declaraciones a radio Cooperativa.
De acuerdo a El Mercurio, Manouchehri, el principal afectado por la nominación de Rebolledo, dijo que había que erradicar estas malas prácticas y que “si los dirigentes de la Nueva Mayoría, (Osvaldo) Andrade y los amigos PPD que promueven a Rebolledo tuvieran la misma sintonía que tiene Michelle Bachelet con la ciudadanía, las cosas serían diferentes. La Nueva Mayoría, para ser mayoría, tiene que ser nueva”.
Por su parte, Cristián Herrera, quien figuraba como precandidato de la DC en el distrito 9 y cuya postulación fue retirada para favorecer a Rebolledo, precisó que “la señal que se da con Rebolledo es pésima y se pone en riesgo el doblaje. No hay nadie aquí que me diga que va a votar por Rebolledo”.
La candidatura de Rebolledo también provocó una división al interior del PPD y el senador Ricardo Lagos Weber coincidió con las declaraciones de Harboe en el sentido que no es una buena señal, mientras que uno de los vicepresidentes, René Jofré, planteó la necesidad que la tienda reevalúe “a la luz de los hechos la candidatura de la IV Región”.
La mesa directiva también se vio afectada por la sorpresiva candidatura, por lo que se vio obligada a reunirse de forma extraordinaria el miércoles a las 20.00 horas en Valparaíso.
Los cuestionamientos al nombramiento de Rebolledo no sólo fue por la condena recibida, sino que a la necesidad de respaldar candidaturas jóvenes como lo solicitó la propia candidata de la Nueva Mayoría.
La ex ministra de Energía, Karen Poniachik (PPD), a través de su cuenta en Twitter señaló que “es inaceptable que hayan bajado por secretaría! (A Manouchehri) Y peor aún, para beneficio de Rebolledo”.
Por su parte, el tercer vicepresidente del PPD, Alejandro Bahamondes, le echó paños fríos a la situación al afirmar que Rebolledo ya había sido candidato en la última elección parlamentaria en el distrito de Vallenar y que nadie había objetado su nombre, “porque el caso Coimas lleva ya más de diez años, porque no correspondía decir nada”.
Y explicó que si a los electores no les gusta el candidato, serán ellos los que determinen que no llegue al Congreso.
En tanto, el cuestionado candidato se defendió de las críticas y respondió a quienes lo han apuntado con el dedo, señalando que “se ha levantado el cuestionamiento de orden moral en el sentido de que yo estaría inhabilitado para ejercer cargos públicos, retrotrayendo una situación de hace diez años en circunstancias de que yo jamás he estado inhabilitado de ejercer cargos públicos”.
En ese sentido, asegura a El Mercurio que los cuestionamientos responden a “una campaña de difusión de injurias en mi contra sobre lo que no tengo nada que decir, porque uno siempre está expuesto a este tipo de cosas, sobre todo cuando se han ejercido cargos públicos o se busca postular a ellos”.
Y rechaza los planteamientos expuestos por sus detractores en orden a que su postulación sería una desventaja para Bachelet, afirmando que “tengo la convicción de que voy a contribuir a lo que Michelle Bachelet necesite. Por ejemplo, en las comunas del distrito nueve que yo pretendo representar fuimos la segunda mayoría a nivel distrital en la primarias”.
