“Tengo la impresión que muchas veces el sector de la centro derecha no ha hecho la pérdida y el costo definitivo de que algunos de sus integrantes hayan sido partidarios del régimen militar y eso se ha terminado convirtiendo en una debilidad crónica para nuestro sector», dijo el ministro de Defensa.
Su absoluto respaldo a la decisión del Presidente Sebastián Piñera de cerrar el penal Cordillera expresó este lunes el ministro de Defensa, Rodrigo Hinzpeter, quien también salió al paso de las críticas de la Alianza por Chile contra la medida adoptada por el jefe de Estado, las que calificó como un síntoma de las “debilidades éticas” que tiene el sector por haber sido partidario del régimen de Augusto Pinochet.
En una entrevista concedida a la radio Universo, el secretario de Estado también desestimó los cuestionamientos al jefe de Estado tras el suicidio del general (r) Odlanier Mena, ocurrido la mañana del sábado.
“Frente a lo trágico del suicidio y lo trágico de cualquier suicidio, tratar de culpar de ello al Presidente Piñera es una cuestión que yo rechazo completamente. Nadie se mancha las manos con sangre por imponer el principio de igualdad ante la ley», dijo Hinzpeter.
A su juicio, el cierre del recinto penitenciario para ex uniformados de alto grado que cumplen condena por violaciones a los Derechos Humanos es una decisión “correcta” desde el punto de vista de Estado. Y apuntando sus dardos a la derecha, afirmó que “desde un punto de vista del sector político, yo tengo la impresión que no existen posibilidades de proyectar un sector político sobre bases que tiene debilidades en puntos que me parecen éticos».
“Tengo la impresión que muchas veces el sector de la centro derecha no ha hecho la pérdida y el costo definitivo de que algunos de sus integrantes hayan sido partidarios del régimen militar y eso se ha terminado convirtiendo en una debilidad crónica para nuestro sector», afirmó.
El titular de Defensa también disparó contra la oposición, principalmente contra la administración del ex presidente Ricardo Lagos, a quien responsabilizó de la “anomalía” que a su juicio era la existencia del penal Cordillera.
«La anomalía política no se da en que (Piñera) lo cierre: la anomalía política es que el presidente Lagos lo haya creado, dejándole a su turno la carga política enorme de un presidente futuro de cerrarlo». Y agregó que Michelle Bachelet “optó por su tesis del paso y no se metió».
