Ante temor en el rubro por impacto del dictamen en las ganancias del sector
Además, el canciller puso especial esfuerzo en recalcar que la resolución del Tribunal Internacional «no es un problema de los pescadores, este es un problema que interesa y que afecta a todos los chilenos». Los dichos fueron emitidos tras un encuentro de dos horas en que la autoridad y los trabajadores abordaron el impacto del fallo en la industria en la zona. En ese sentido, dirigentes pesqueros habían advertido ya que este podría causar despidos masivos.
Este lunes, a eso de las 17:00 horas, el canciller Alfredo Moreno y el ministro de Economía, Félix de Vicente, se reunieron con representantes de los pescadores de Arica para conversar sobre las posibles consecuencias que podría tener para el sector el fallo de La Haya sobre el diferendo marítimo entre Chile y Perú. La cita tuvo lugar en medio de las preocupaciones manifestadas por los trabajadores, quienes ya habían alertado sobre los despidos y recortes que podría generar el impacto de la resolución en la pesca de la zona.
Sin embargo, consultado por esta materia durante una conferencia de prensa posterior a la reunión, el canciller Moreno descartó que el fallo vaya a afectar la industria de la zona. «Nosotros creemos que eso no debiese suceder», afirmó, aunque hizo hincapié en que «tenemos que esperar con serenidad el día lunes».
Según explicó el titular de Relaciones Exteriores, lo que se buscó durante el encuentro fue abordar las interrogantes de los trabajadores en relación al fallo.
Asimismo, Moreno apuntó a recalcar que las implicancias que tuviera el dictamen del Tribunal Internacional de La Haya «no es un problema de los pescadores, este es un problema que interesa y que afecta a todos los chilenos de una manera que si hubiera cualquier modificación, eso no afecta a los pescadores, eso no a Arica, eso nos afecta a todos. Ese es un punto muy importante».
Por último, aclaró que, una vez emitido el fallo, este tiene validez desde ese momento, y que su implementación es algo que tanto Perú como Chile debe atender en conjunto.
Los dichos del canciller, que a todas luces apuntan a buscar la tranquilidad de los trabajadores de la pesca en la zona limítrofe con el territorio peruano, tienen lugar a poco de que el dirigente Manuel Guajardo acusara en entrevista con el diario La Segunda que el gremio de los denominados “industriales chicos” de la zona podría verse obligado a despedir a cientos de trabajadores dependiendo de los alcances del dictamen.
“Somos pequeños empresarios, como los antiguos micreros, un barco, un dueño, y en cada buque hay unos 10 tripulantes que suman una 500 personas y en tierra en labores logísticas y de mantención otras 200 más. Es decir, 700 personas a la calle», dijo.
«Con los nuevos límites marítimos tendríamos que salir a pescar a la altura de Pisagua, en alta mar, y los costos y capacidad de nuestras embarcaciones, de no más de 50 toneladas, no darían. Muchos quedarían en el camino», sostuvo.
En esta línea, horas antes de que se llevara a cargo el encuentro entre los pescadores y las autoridades de gobierno, Guajardo aseguró que existía apertura a escuchar los planes de mitigación propuestos, pero descartó de plano una reconversión laboral como la de los mineros del carbón.
«A lo mejor, habrá que derivar en la industria acuícola, pero para eso se requiere de capital de trabajo y que las autorizaciones no excedan de los 6 meses. Hoy, con la burocracia, tardan entre seis y ocho años en dar las concesiones marinas, ¡porque no van a pretender que nos convirtamos todos en peluqueros! Aquí no va a pasar lo del carbón, donde todos se terminaron muriendo de hambre con cursos de peluquería o gásfiter para cálefon que acá no usamos. En Arica el 15% de la población está ligada a la industria pesquera», enfatizó.
