El presidente de la Conacep, Hernán Herrera, advirtió que los sostenedores desconfían respecto de impulsar «proyectos que signifiquen aumentar la inversión, con el fin de incrementar la calidad del servicio que se les otorga a los alumnos, mientras no se tenga claro cómo se va a compensar este esfuerzo patrimonial”.
El presidente de la Corporación Nacional de Colegios Particulares Subvencionados (Conacep) –agrupación que reúne a más de 400 de estos establecimientos–, Hernán Herrera, acusó un clima de incertidumbre en torno a la inversión de los privados en colegios particulares. Esto a raíz de una especie de desconocimiento en torno a cómo afectará el programa de gobierno de Michelle Bachelet la situación de estos establecimientos. «La inquietud nace porque no se conocen los alcances de los lineamientos que se han dado en esta materia”, señaló Herrera.
“Todos los proyectos que hace medio año estaban en ciernes o que estaban ideando los sostenedores (para sus colegios), hoy se ven muy dificultados por la natural incertidumbre que hay en el sector a raíz de la discusión pendiente sobre el lucro en la educación”, agrega el dirigente en entrevista con el diario La Segunda.
“Se ha dicho que no habrá más lucro con recursos públicos, pero no se conoce cómo se implementará esto y en qué tiempos. Necesitamos saber en qué situación quedarán los colegios particulares subvencionados”, afirma, asegurando que además los sostenedores están desconfiados respecto de impulsar “proyectos que signifiquen aumentar la inversión, con el fin de incrementar la calidad del servicio que se les otorga a los alumnos, mientras no se tenga claro cómo se va a compensar este esfuerzo patrimonial”.
Según cifras recientes, el 52% de la matrícula escolar está en el sector de los particulares subvencionados. En tanto, son más de tres mil los colegios de este tipo que dicen tener fines de lucro. “Los sostenedores (particulares subvencionados) no están disponibles para invertir por sobre lo que ya han invertido hasta que no se conozca la fórmula de retribución a estas inversiones”, asegura Herrera.
El dirigente de la Conacep explica que la preocupación de los sostenedores comenzó a mediados de 2013, cuando el lucro en la educación se posicionó en el centro de la discusión de los candidatos presidenciales. «Y como nunca se dijo cómo se iba a implementar o hasta qué punto se iba a comprometer lo que hoy está establecido por ley, los sostenedores comenzaron a sentirse complicados con las proyecciones de mediano y largo plazo», afirma Herrera.
«Lo que sí hay, son sostenedores con una menor disposición a aceptar nuevas reglas del juego versus otros que están más abiertos a los cambios. Al final, es una decisión individual, porque están comprometiendo su patrimonio en esto y naturalmente algunos tienen mayor aversión al riesgo», añade. Sin embargo precisa que aunque «algunos» hablan del cierre de los establecimientos, esta «no es la postura mayoritaria».
Asimismo, asegura que han planteado sus inquietudes al ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre. «Le dijimos al ministro que nuestros sostenedores estaban claros que debía existir una justa retribución por la inversión realizada, que nos parecía lógico que habiéndonos invitado el Estado a invertir en educación bajo reglas del juego muy claras, nos resulta muy injusto que hoy, cuando hemos logrado un nivel de cobertura casi pleno, nos digan ‘gracias por el esfuerzo’ y no haya más retribución por la inversión hecha”, sostuvo. En tanto, añade que desde el Mineduc se «consideró justo que estuviésemos inquietos».
«Le dijimos que incluso habíamos modelado un colegio tipo y se mostró muy interesado en interactuar con los equipos técnicos nuestros, porque dijo estar convencido de que debe existir un modelo educacional costeado y, en ese contexto, entiende que la justa retribución por la inversión realizada debe estar contemplada en ese modelo», concluyó Herrera.
