«Es un ejemplo vivo del fin al lucro que ha logrado institucionalizar la ciudadanía», dijo el presidente de la la Junta Directiva de la casa de estudios superiores, Ricardo Napadensky.
En un fallo unánime dictado el pasado 8 de mayo, la Corte Suprema puso fin a casi tres años de una ardua batalla legal entre la Universidad Central de Chile (UCEN) y el grupo de inversiones Norte Sur, el cual había demandado a la entidad educacional por la suma de mil millones de pesos tras la frustrada venta del plantel universitario ocurrida el año 2011, un hecho que marcó el comienzo de la lucha y las movilizaciones estudiantiles contra el lucro en la educación.
Para el presidente de la Junta Directiva de la UCEN, Ricardo Napadensky el rechazo rotundo de la justicia a la demanda interpuesta por el Fondo Privado Norte Sur «se erige como ejemplo vivo del fin al lucro que ha logrado institucionalizar la ciudadanía».
«Reesulta una conquista para la Universidad Central y para la educación chilena haber frustrado el intento de venta, la implementación de un Fondo de Inversión Privado, la creación de sociedades en vez de directores, académicos convertidos en accionistas, en definitiva, el traspaso del 50% del control de la casa de estudios a un polo educacional de inversiones», agregó.
A su juicio la alianza estratégica con un grupo económico externo, en la práctica modificaría sustancialmente el modelo de propiedad y de administración que ha caracterizado a la universidad desde su fundación. «Por ley una corporación sin fines de lucro no puede venderse ni generar utilidades para los miembros que la componen, y todas estas irregularidades fueron denunciadas por académicos, estudiantes y funcionarios, hasta lograr detener la venta ilegal en septiembre del 2011, a través del retiro de la modificación del Estatuto del ministerio de Educación, por parte de la Asamblea General de la Corporación”.
Para finalizar la autoridad expresó que sería interesante estudiar el caso de la UCEN, analizar el estatuto del año 2001 y su praxis, en momentos donde se decide el futuro de la educación superior y se buscan mecanismos para eliminar el lucro, “nuestra universidad bien podría convertirse en inspiración de valores como la democracia, la participación, y el no lucro para las instituciones de educación superior chilenas en el nuevo escenario que busca definirla reforma educacional”.
A mediados de julio del 2012 el grupo económico demandó a la UCEN por supuesto incumplimiento de acuerdo marco de asociación celebrado con la universidad el año 2010. Luego, y tras la presentación de diversos recursos por parte del fondo de inversiones, la Corte Suprema resolvió definitivamente el juicio arbitral, iniciado por Norte Sur, en favor de la Universidad Central de Chile.
