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Don Miguel: «Buscamos incluir el tabaquismo en el Auge»

Don Miguel: «Buscamos incluir el tabaquismo en el Auge»

El rostro de Miguel García Martín apareció en las cajetillas de cigarrillos en 2006. Hoy da voluntariamente charlas en colegios.


El rostro de Miguel García Martín, «Don Miguel», fue la primera advertencia gráfica que hubo en las cajetillas de cigarrillos en el país.

En 2006, el Ministerio de Salud lo eligió para encabezar una campaña para prevenir el consumo del tabaco.

«Sigo en la lucha hasta donde me dé el cuero», sostiene hoy «Don Miguel», en relación a las charlas que da voluntariamente en los colegios.

En entrevista con La Tercera, advierte que «hay dos grandes deudas que no se saldan: una, el alza de impuestos en valores que impida que los niños y niñas tengan cigarrillos a su alcance tan fácilmente; y otra, la oferta de tratamientos para dejar de fumar».

Sobre el impacto que podría tener el alza de impuestos en el consumo de cigarrillos, «Don Miguel» señala que «hay un estudio hecho en Chile que dice que si el precio del cigarrillo sube un 20%, caería más de 6% el riesgo de los jóvenes que empiezan a fumar».

«Lo más grave es la diferencia enorme según el nivel de educación de las personas, puesto que quienes tienen menos años de estudio fuman 14 cigarrillos diarios de promedio, y los que tienen más años de estudio fuman ocho. Esto revela que las estrategias de las tabacaleras han sido especialmente exitosas, no sólo con los más jóvenes, sino también con los más pobres», agrega.

En ese sentido, aclara que «quien consume 10 cigarrillos diarios o más al día claramente es adicto. La mayoría de fumadores y fumadoras quiere dejar de consumir tabaco, pero el sistema público de salud no tiene programas de apoyo, salvo lo que es la excepción, algunos consultorios cuyas salas ERA/IRA (de enfermedades respiratorias) ofrecen medios profesionales, técnicos y materiales, pero nada sistemático con lo que se pueda contar».

«Nuestra propuesta es incluir el tabaquismo como enfermedad cubierta por el Auge», hace hincapié.

Consultado por una de las propuestas que hay en el marco de la modificación a la Ley del Tabaco –que tiene que ver con que la industria tabacalera responda “solidaria y objetiva por todo el perjuicio, salvo que acredite haber realizado acciones para rehabilitar a las personas de la adicción»–, concluye: «Es muy claro cuántas y cuáles son las enfermedades causadas por el tabaco y cuánto le cuesta al país. ¡Sería cosa de mandar la factura y que paguen!».

 

 

 

 

 

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