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Partido del orden goza de buena salud: Ex ministros de la Concertación y la derecha firman carta oponiéndose a la gratuidad universal en la educación superior H. Beyer, M. Aylwin, Brunner y Schmidt entre otros

Partido del orden goza de buena salud: Ex ministros de la Concertación y la derecha firman carta oponiéndose a la gratuidad universal en la educación superior

Los ex secretarios de Estado explican que “no nos parece que contribuye a la equidad social que quienes provienen de familias de altos ingresos puedan acceder a estudios superiores sin pagar los costos de educarse, en virtud de un subsidio público financiado con rentas generales de la nación”.


Un grupo de ex ministros de la Concertación y la derecha firmaron una carta en la que explican su oposición a la gratuidad universal universitaria, afirmando que esto sería regresivo desde el punto de vista de la distribución del ingreso.

La misiva que publica hoy El Mercurio, los ex secretarios de Estado inician sus descargos al proyecto que enviará el gobierno al Congreso, afirmando que “a los que firmamos esta carta nos asiste la convicción de que Chile no debe tener gratuidad universal en la educación superior, por cuanto sería regresiva desde el punto de vista de la distribución de los ingresos”.

Indican que el informe Tertiary Education un Chile, publicación conjunta de la OCDE y el Banco Mundial, explica que “los sistemas de educación superior de América Latina que continúan bajo la gratuidad son probablemente más regresivos por la alta proporción de estudiantes de familias ricas que obtienen acceso a las universidades públicas de mayor prestigio, sin contribuir a cubrir su costo”

Asimismo, sostiene que se debe profundizar la política de financiamiento estudiantil “para que ningún joven con la voluntad y los méritos, aunque sin los recursos, quede al margen del sistema. Es en ese sentido que entendemos la educación como un derecho que la sociedad no puede negar a nadie que reúna tales características”.

Sin embargo, añaden que “no nos parece que contribuye a la equidad social que quienes provienen de familias de altos ingresos puedan acceder a estudios superiores sin pagar los costos de educarse, en virtud de un subsidio público financiado con rentas generales de la nación”.

“La medida de esta inequidad queda de manifiesto al constatar que de acuerdo a la encuesta Casen 2011, al considerar el gasto neto de ayudas del Estado en la educación superior, la gratuidad para un estudiante del decil más pobre significaría, en promedio, un subsidio público adicional de $675.000 por alumno, en tanto que para el decil más rico sería cuatro veces más: de $2.471.000”, mencionan.

Y añaden que “por otra parte, la gratuidad no asegura calidad, e incluso no es descartable que la calidad se deteriore si la gratuidad, al suponer un aporte fijo del Estado para pagar docencia, deja desfinanciadas a instituciones que desean invertir en mayor calidad. Creemos que es importante que las instituciones tengan libertad para obtener recursos adicionales de otras fuentes; desde luego, de aquellos que puedan pagar el costo de educarse. De igual modo, compartimos la necesidad de velar por el cumplimiento de la ley que prohíbe el lucro en las universidades, de tal suerte de agregar como una fuente de recursos la reinversión de los excedentes”.

Además, llaman al gobierno ante el envío al Congreso que hará en los próximos meses del proyecto sobre gratuidad en la educación superior a “reflexionar a fondo sobre sus alcances. La Presidenta Bachelet ha señalado que bajo su mandato se avanzará en gratuidad hasta el 70% de menores ingresos, dejando por ley instaurado el 100% para el 2018. Creemos que la discusión de la ley en el Parlamento debiese acotarse solo a este 70% poniendo hincapié en que la ayuda del Estado debe focalizarse en los sectores más vulnerables, lo que puede significar incluso ir más allá de ese porcentaje, pero cautelando el que los sectores más ricos queden al margen de un esquema de subsidios públicos. Finalmente, nos parece crucial que al financiamiento del costo de educarse se añada un aporte en becas que financie gastos de alimentación y transporte de jóvenes que abandonan los estudios debido a estas carencias”.

La misiva está firmada por Mariana Aylwin, Joaquín Lavín, Juan de Dios Vial C., Eduardo Aninat, Hugo Lavados, Andrés Bianchi, Bruno Philippi, Gonzalo Edwards, Ignacio Irarrázaval, Francisco Rosende, Claudio Sapelli, Benjamín Villena, José Pablo Arellano, Carolina Schmidt, Pilar Armanet, Javier Etcheberry, Rolf Lüders, Vittorio Corbo, Rafael Bergoeing, Ronald Fischer, Jorge Manzi, Joseph Ramos, Ernesto Tironi, Carlos Williamson, Harald Beyer, Luis Riveros, José Joaquín Brunner, Alejandro Ferreiro, Felipe Morandé, Arturo Fontaine, Andrea Butelmann, Francisco Gallego, Francisco Javier Núñez, Klaus Schmidt-Hebbel, Sergio Urzúa, Claudia Martínez Alvear, Sergio Molina, Pedro Pablo Rosso, Cristián Larroulet, Felipe Larraín, Jorge Rodríguez G., Eugenio Tironi, Fernando Coloma, Pablo González, Ricardo Paredes, José Miguel Sánchez y Bernardita Vial.

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