Titular de Hacienda aseguró que se trata de la mayor reforma en 30 años, que permitirá financiar cambios profundos a la educación.
Como una señal de estabilidad para la economía «en momentos en que está creciendo poco», calificó el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, la aprobación la noche del miércoles de la mayor reforma tributaria en 30 años y que permitirá financiar cambios profundos a la educación.
«Macroeconómicamente hablando, esto es una buena noticia porque genera certidumbre, genera estabilidad y genera una sustentabilidad en los agentes económicos, en un momento donde la economía está creciendo poco y es bueno entregar certidumbre», dijo Arenas en entrevista con Radio Cooperativa.
La economía chilena atraviesa por un período de desaceleración, debido a una baja en la inversión y más recientemente en el consumo, que limitarían su expansión a algo más de un 2,0% este año.
La reforma, con la cual el Gobierno espera recaudar unos 8.300 millones de dólares adicionales, se tramitó durante cinco meses en el Congreso y quedó en condiciones de convertirse en ley antes del 30 de septiembre, lo que permitirá incorporar parte de sus recursos al presupuesto fiscal del 2015.
«La aprobación de la reforma tributaria es un hecho histórico (…) porque involucra también una cantidad de recursos muy importantes para el Estado para generar ingresos permanentes y hacerse cargo de gastos permanentes en materias de educación y salud, entre otros», señaló Arenas.
La reforma es el mayor cambio al sistema impositivo desde principios de la década de 1990 y representa el cumplimiento de uno de los ejes del programa de Bachelet.
La modificación más relevante apunta al alza del impuesto a las utilidades de las grandes empresas, el que se eleva del 20 al 27 %, además de la eliminación del Fondo de Utilidad Tributaria (FUT), un mecanismo creado bajo la dictadura militar que permitía a las compañías tributar sólo por las ganancias retiradas y no por las reinvertidas.
La normativa aprobada ajusta, además, el tramo mayor de impuestos a las personas, sube la carga impositiva para los alcoholes y el tabaco, entrega mayores facultades al Servicio de Impuestos Internos y aumenta el impuesto de timbres y estampillas, entre otras materias.
Arenas destacó también que la iniciativa genera beneficios microeconómicos, ya que más del 80 por ciento de los ciudadanos quedará exento del pago de impuestos y mejora las condiciones para las pequeñas empresa (pyme).
«Hemos colocado un verdadero estatuto tributario para las pyme, con beneficios muy importantes para ellos, donde por ejemplo el IVA, que se paga los 12 de cada mes, se podrá pagar 60 días después, entregándoles liquidez y protección también», afirmó.
