Acusó que en esta materia se ha actuado con doble estándar y recordó la situación de los embajadores falangistas Claudio Huepe y Marcelo Rozas, quienes encabezaron durante el anterior gobierno de la mandataria las legaciones nacionales en Venezuela y República Checa, respectivamente, a las que debieron renunciar, dijo, sin ni siquiera haber hablado sobre «política nacional».
El ex diputado y ex presidente de la Democracia Cristiana, Gutenberg Martínez, cuestionó la decisión de la Presidenta Michelle Bachelet y del ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, de mantener en su cargo al embajador de Chile en Uruguay, el comunista Eduardo Contreras, después que este último ofreciera públicamente disculpas por la entrevista en la que acusó a la «derecha empresarial» de estar detrás de los bombazos ocurridos durante los últimos meses en el país y en las que también afirmó que la DC había apoyado el golpe de Estado de 1973.
En declaraciones publicadas este lunes por El Mercurio, Martínez no ocultó su su sorpresa por el hecho de que el representante diplomático siga en funciones, situación que a su juicio no habría ocurrido si el mismo episodio lo hubiera protagonizado un militante de sus filas. De hecho, acusó que en esta materia se ha actuado con doble estándar y recordó la situación de los embajadores falangistas Claudio Huepe y Marcelo Rozas, quienes encabezaron durante el anterior gobierno de Michelle Bachelet las legaciones nacionales en Venezuela y República Checa, respectivamente, a las que debieron renunciar, dijo, sin ni siquiera haber hablado sobre «política nacional».
«La decisión me ha sorprendido muchísimo. (Es) inimaginable en la diplomacia chilena», dijo, agregando que «queda clara la línea: ahora cada cualquiera puede opinar, como diplomático, lo que quiera; sobre todo si es de un determinado sector. Me temo que si hubiese sido un DC ya estaría fuera del cargo».
A juicio del también rector de la Universidad Miguel de Cervantes, «en la Cancillería ya no es claro quién manda, o (si) ésta se sumó a la política del doble estándar».
«Antes esto no pasaba en nuestros gobiernos. Hay que tomar nota y agregarlo a las evaluaciones respectivas», agregó.
