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La ácida crítica del escritor Óscar Contardo a los destellos de tecnocracia en el  Mineduc

La ácida crítica del escritor Óscar Contardo a los destellos de tecnocracia en el Mineduc

«Me parece alarmante que la discusión sobre educación y cultura esté transformándose en una competencia de índices y numerales», posteó el autor en su perfil de Facebook a propósito del lanzamiento de una compilación de poemas editado por la Biblioteca Nacional y que fue presentado por la subsecretaria de Educación, que promovió la reforma pero no dedicó ni una palabra a la poesía.


Óscar Contardo es periodista pero desde 2000, en que se publicó La Era Ochentera (en coautoría con Macarena García) reparte su trabajo en la prensa con una nutrida  producción como escritor, que incluye ensayos  (Siútico, Raro, Luis Oyarzún: Un paseo con los Dioses) , crónicas (Santiago Capital) y  antologías (Volver a los 17), dentro de esta última categoría está su colaboración en el consejo editorial del volumen Poemas de Chile, que es una selección editada nada menos que por la Biblioteca Nacional. El libro fue lanzado en el marco de la Feria del Libro celebrada en Santiago hace algunas semanas. Contardo asistió a la presentación del volumen, pero se había guardado la molestia que le dejó, hasta ahora que publicó el siguiente texto en su perfil de Facebook:

«Hace ya un mes durante la Feria del Libro, la Biblioteca Nacional lanzó el libro Poemas de Chile. La obra reúne textos de 85 poetas. Las razones para considerar el acto un asunto de especial simbolismo eran variadas: era una selección hecha por los propios autores, algunos de ellos harían una lectura que cruzaba generaciones, lenguas y propuestas estéticas. Era además el momento en el que la Biblioteca Nacional retomaba su rol de editorial. La sala estaba repleta de poetas. La subsecretaria de Educación [Valentina Quiroga]  fue la encargada de hacer el discurso principal, y aquí vino lo peor. La autoridad nos habló largamente como quien le habla a una junta de vecinos que necesita ser convencida del rol de la educación pública en el país. Nos ilustró con cifras y un conjunto de frases hechas que bien podrían haber sido dichas en una reunión de apoderados de colegio privado. Entre los asistentes había ilustres personalidades de la cultura educadas en liceos y en la universidad de Chile que no necesitaban una lección de power point sobre el asunto. No hubo ninguna referencia a la poesía, ni a la universal ni a la chilena. Tampoco a la literatura. La incomodidad fue generalizada. No escribí sobre esto antes porque me pareció que podía ser imprudente. El equipo de la Biblioteca había hecho un trabajo duro para preparar el volumen y me habían invitado a ser parte del consejo editorial. Me parece alarmante que la discusión sobre educación y cultura esté transformándose en una competencia de índices y numerales. Me parece alarmante que la autoridad del Mineduc no fuera capaz de mencionar una sola referencia a la historia de la literatura nacional durante el lanzamiento de un libro con vocación patrimonial».  

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