Se daría bajo tres causales: violación, inviabilidad fetal y riesgo de vida de la madre
«Amamos la vida y nadie quisiera interrumpirla y menos que nadie una madre. Pero cuando está en riesgo en su vida, o la vida que se gesta es inviable o fruto de la violencia sexual se ponen en tensión los principios éticos, derechos y criterios de humanidad que están en juego», explicó la mandataria.
La Presidenta Michelle Bachelet firmó este sábado el proyecto de ley sobre despenalización del aborto bajo tres causales: violación, Inviabilidad fetal y riesgo de la madre, el cual será enviado al Congreso para su trámite legislativo. Sin embargo, la iniciativa está en medio de cuestionamientos al interior de la Democracia Cristiana, lo cual podría repercutir en que no hubiese acuerdo para lograr su aprobación.
El Ejecutivo decidió presentar un proyecto propio a pesar que parlamentarios de la Nueva Mayoría habían solicitado que el gobierno respaldara alguna de las mociones que se encuentran en trámite en el Congreso.
Además, la presentación del proyecto de despenalización del aborto se da en medio de la tensión que surgió al interior de la coalición oficialista luego que la DC se manifestara en contra de legislar en una o más de las tres causales, lo cual derivó en que dirigentes del PS y del PPD criticaran fuertemente la posición de la falange y la emplazaran a que cumplan con el compromiso programático contraído.
En esa posición, la mandataria dijo que «se trata de una situación difícil que debemos enfrentar como país maduro. Amamos la vida y nadie quisiera interrumpirla y menos que nadie una madre. Pero cuando está en riesgo en su vida, o la vida que se gesta es inviable o fruto de la violencia sexual se ponen en tensión los principios éticos, derechos y criterios de humanidad que están en juego».
Agregó que a pesar de lo anterior hay que tomar una decisión y “no podemos evitarlo obligando a las mujeres a que carguen solas con las pesas consecuencias de no poder decidir por causa de una ley, porque atropellamos su dignidad, prolongamos sus sufrimientos, arriesgamos su vida».
Bachelet sostuvo que el Estado es garante de los derechos de las personas y del bien común, por lo que está obligado a crear las condiciones necesarias para que esta decisión pueda tomarse y favorecer el despliegue de la vida humana, aclarando que “sin embargo la normativa vigente sobre interrupción del embarazo que lo prohíbe sin excepciones no responde al trato digno que el Estado de Chile debe otorgar a sus ciudadanas en estas situaciones».
«Además los hechos han demostrado que la prohibición absoluta y la criminalización de todas forma de interrupción del embarazo no han impedido ni impiden su práctica en condiciones de gran riesgo para la vida y salud de las mujeres. No es tolerable que se castigue con pena privativa de libertad a aquellas mujeres que se encuentran en esta difícil disyuntiva», explicó.
Afirmó que «la tres causales de interrupción legas del embarazo que aborda el proyecto que presentamos hoy exigen la expresión de voluntad libre de la mujer, sin la cual dicha interrupción no puede tener lugar. En los casos específicos en que la mujer por diversas razones pueda ser incapaz de tomar esa decisión o cuando es menor de 14 años, el proyecto propone reglas especiales para asegurar una adecuada decisión».
«En una sociedad en que las mujeres son ciudadanas plenas y libres, ni el Estado ni nadie puede obligarlas a tomar una decisión en contra de su derecho y deseos de ser madres, eso lesionaría nuestros principios más básicos como sociedad civilizada. Pero de la misma manera, cuando su decisión es no continuar con el embarazo con alguna de las tres graves causas mencionadas, el Estado debe entregar alternativas», añadió.
Aclaró que el envío del proyecto no es por voluntarismo, sino que hay una “dolorosa realidad de mujeres que sufren esas difíciles situaciones, existe una larga historia jurídica en Chile de la que podemos aprender, y existen los convenios y recomendaciones de organizaciones internacionales que apuntan en la dirección que hoy proponemos».
Explicó que en promedio cada año se hospitalizan 16.510 mujeres con embarazos de menos de 22 semanas relacionados con el peligro de vida y cuando el embrión o feto presenta alteraciones estructurales congénitas o genéticas graves que son incompatibles con la vida extra uterina, mencionando que “de acuerdo con los antecedentes del Minsal, la estimación del número de muerte en nuestro país por malformaciones incompatibles con la vida sería alrededor de 500 casos al año».
Sobre el embarazo por una violación, la jefa de Estado dijo que a pesar que no existen datos exactos que permitan dimensionar la magnitud de esta situación, “sabemos que existen niñas que producto de este vejamen han quedado embarazadas y sabemos que algunas de ellas son incluso menores de 12 años».
Además, recordó que el país tuvo una “importante tradición jurídica y de salud pública en este ámbito interrumpida arbitrariamente en los últimos días de la dictadura. Desde 1991 hasta el 2014 se han presentado 12 iniciativas en la Cámara de Diputados y el Senado que hemos considerado en la elaboración de este proyecto y obviamente tienen todo el reconocimiento que corresponde en el mensaje del proyecto de ley que vamos a enviar».
Bachelet también aclaró que las mujeres podrán interrumpir su embarazo en 12 semanas de gestación y cuando la niña es menor de 14 años, «el límite se amplía a 18 semanas pues debemos considerar que las niñas y adolescentes muchas veces desconocen su estado».
Para lo anterior, las menores deberán actuar con la autorización dada por su representante legal, pero que se debe dar un espacio para que la niña pueda tomar su propia decisión y si la determinación adoptada no concuerda con la de su representante legal, se podrá recurrir al juez de familia.
La iniciativa también incorpora la objeción de conciencia de parte de los médicos que no quieran ejercer la práctica del aborto.
Finalmente, la Presidenta Bachelet solicitó a todos los parlamentarios que apoyen el proyecto, como también una actitud de diálogo sobre la base del respeto mutuo y de tolerancia.
