El director de Comunicaciones de la Municipalidad reconoció que la Corporación pagó ‘bonos de vacaciones’ -a través de boletas del Club de Providencia- a 286 funcionarios.
A comienzos de junio, el director de Comunicaciones de la Municipalidad de Providencia, Francisco Aedo, reconoció que la Corporación pagó un ‘bono de vacaciones’ -a través de boletas del Club de Providencia- a 286 funcionarios, asegurando que «la alcaldesa asume la responsabilidad por las decisiones que se tomaron».
Ante la consulta de por qué se decidió pagarles a través del Club de Providencia, Aedo aseguró: «Porque el club es una fundación municipal con la que comúnmente hemos realizado una serie de actividades».
Al respecto, los concejales Pilar Cruz Hurtado, Rodrigo García Márquez, Manuel José Monckeberg Balmaceda, Iván Noguera Phillips y Pedro Lizana Greve, expresaron hoy que se trata «categóricamente» de una irregularidad.
«La subvención que el Concejo le otorga al Club, es para satisfacer sus necesidades de servicios a la comunidad, no para efectuar pagos a funcionarios de planta. La subvención se confiere con una finalidad precisa y determinada: contribuir a mantener servicios en favor de los usuarios, esto es, los vecinos de Providencia», puntualizaron.
«¿Alguien puede creer que una entidad como el Club de Providencia, con una dotación de 73 trabajadores, necesita 286 personas para llevar a cabo trabajos específicos? ¿Cuáles? ¿Dónde? Ni siquiera existiría espacio para ubicarlos», indicaron los concejales.
«El que se les haya inducido a iniciar actividades, emitiendo boleta de honorarios -siendo funcionarios de planta- para cobrar una asignación que no podía pagarse por medios regulares y legales, es una grave falta en que incurrió la Alcaldesa, utilizando al efecto su condición de Presidenta del Directorio del Club de Providencia», acotan las autoridades municipales.
«Amén de lo dicho -dijeron- en los trabajos efectuados bajo la modalidad de honorarios, alguien del Municipio dotado de facultades, debe certificar de manera previa, que tales trabajos se cumplieron a cabalidad. Sin tal certificación, no hay pago».
«Nos interesaría saber ¿quién visó, quien certificó? además de la existencia de un informe de trabajo. La Alcaldesa Errázuriz incurrió, en nuestra opinión, en una desviación de poder y en un abuso de confianza en perjuicio del Concejo, pues ni sílaba nos dijo lo que iba hacer con la subvención en comento», concluyeron.
