Marie Collins, integrante del grupo que asesora al Vaticano por abusos de menores:
La mujer que integra el brazo asesor de Papa Francisco para la protección de los menores, es uno de los nombres que sale mencionado en los e-mails entre los cardenales Ricardo Ezzati y Francisco Javier Errázuriz, que dio a conocer este medio. Esta propuesta nunca llegó a puerto. Según los correos, después de la petición del Arzobispo de Santiago para que la víctima de Karadima no fuera parte del grupo, Errázuriz dio tranquilidad a su sucesor en Santiago diciendo: “Ya está claro que ese nombre no será miembro de la comisión”.
Tenía 13 años, acababa de confirmarse y a la vulnerabilidad de la adolescencia, sumaba otro factor: estaba enferma y hospitalizada.
En ese contexto comenzó a recibir todas las tardes la visita de un sacerdote para acompañarla con lecturas católicas. Aunque no fueron solo esas lecturas la que la acompañaron de por vida, sino también los abusos de los que fue víctima. Quedaron registrados en su mente y en su cuerpo. Alimentaron su aislamiento y la sensación de sentirse sucia. “Este constante sentimiento de culpabilidad me llevó a una profunda depresión y a problemas de ansiedad suficientemente serios como para necesitar tratamiento médico cuando tenía 17 años. Después vinieron largas hospitalizaciones”, comentó a la prensa hace algunos años.
La irlandesa Marie Collins, uno de los íconos en el mundo que demuestran el daño de los abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes, comenzó una batalla interminable para establecer que el problema no era ella, sino su agresor y la protección que le entregaron los superiores de la Iglesia a su victimario. “Lo mejor de mi vida comenzó hace quince años cuando mi agresor compareció ante la justicia. Durante esos años trabajé con mi diócesis y con la Iglesia Católica en Irlanda para mejorar la protección de los menores. Mi vida ya no está destrozada. Tiene sentido y valor», señaló.
Se convirtió en una reconocida “activista” en la lucha contra los abusos sexuales de la Iglesia y fue ese mismo trabajo el que la llevó ahora a integrar la Comisión Papal para la tutela de los menores creada por el Papa Francisco; por medio de esta, prestarán asesoría a la máxima figura de esa Iglesia para establecer prácticas en ese sentido, aunque su mayor interés es quitar el manto de protección hacia los sacerdotes abusadores.
Marie Collins: “Este constante sentimiento de culpabilidad me llevó a una profunda depresión y a problemas de ansiedad suficientemente serios como para necesitar tratamiento médico cuando tenía 17 años. Después vinieron largas hospitalizaciones”.
En ese contexto es que el año pasado propuso que Juan Carlos Cruz, víctima de Fernando Karadima, también integrara la comisión papal.
[cita] El año pasado propuso que Juan Carlos Cruz, víctima de Fernando Karadima, también integrara la comisión papal. En las últimas horas tuvo conocimiento de los correos entre los cardenales Ezzati y Errázuriz, publicados por este medio. También a la alusión que hicieron de ella en esos e-mails, donde Ricardo Ezzati la menciona como “la mujer irlandesa víctima de abusos”, que sugirió el nombre de Cruz para la comisión. “Lo que sí puedo decir es que la parte, en uno de los correos, en que se refieren a mi propuesta, es verdad”, confirma Marie vía correo electrónico a El Mostrador. [/cita]
En las últimas horas tuvo conocimiento de los correos entre los cardenales Ezzati y Errázuriz, publicados por este medio. También a la alusión que hicieron de ella en esos e-mails, donde Ricardo Ezzati la menciona como “la mujer irlandesa víctima de abusos”, que sugirió el nombre de Cruz para la comisión. “Lo que sí puedo decir es que la parte, en uno de los correos, en que se refieren a mi propuesta, es verdad”, confirma Marie vía correo electrónico a El Mostrador.
Sin embargo, esa propuesta quedó en nada.
El sábado 28 de junio de 2014, el arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati solicitó así la intervención de Francisco Javier Errázuriz, para torpedear la llegada de Cruz a esa instancia: “Ayer, día del Sagrado Corazón, en la Sede Central de la Pontificia Universidad Católica, me encontré con el P. Marcelo Gidi (sacerdote jesuita). Acaba de llegar de Roma y me comunicó que en la Comisión Pontificia de Previsión de abusos sexuales, sería nombrado el Sr. Juan Carlos Cruz. Su nombramiento es postulado por la mujer irlandesa víctima de abusos, que ya es miembro de dicha comisión. Espero que no sea así, sería demasiado grave para la Iglesia de Chile. Significaría, entre otras cosas, dar crédito y avalar una construcción que el Sr. Cruz ha construido astutamente, después del Decreto de la Congregación para la Doctrina de la De, y más allá de los elementos objetivos, dolorosos y vergonzosos condenados por el mismo Decreto y que responden a la verdad de los hechos. Espero que Usted pueda hacer luz con quienes tienen responsabilidad de este nombramiento”.
Una petición a la que en julio del año pasado, Errázuriz respondió así: “Querido don Ricardo. Ya está claro que ese nombre no será miembro de la comisión”.
