El escrito presentado por el abogado Enrique Ibarra ante el ministro en visita Mario Carroza señala que “transgrediendo este diagnóstico fue recluido en una cárcel de castigo de máxima seguridad, en una celda incomunicado; (tiene que) ducharse con agua helada, lo que ha afectado sus lesiones lumbares; y por su dolor lumbar ha solicitado un segundo colchón para poder soportar una cama de cemento de hormigón armado, lo que poco mitiga su dolencia”.
El ex jefe operativo de la Central Nacional de Informaciones (CNI), Álvaro Corbalán, denunció amenazas de muerte en su contra y violación a sus derechos humanos en la Cárcel de Alta Seguridad, luego de ser trasladado desde Punta Peuco donde le fue descubierto un celular que mantenía en su poder.
El abogado del ex agente de la CNI, Enrique Ibarra, interpuso una petición ante el ministro en visita Mario Carroza, pidiéndole que su defendido sea trasladado hasta el Hospital Militar.
El escrito, según consigna La Tercera, señala que “después de 20 años en prisión se le sanciona por la incautación de celulares en tres oportunidades los que usó para comunicarse con sus padres (madre fallecida el mes pasado) con su esposa e hijos. Jamás usó esta comunicación en hechos delictuales o en contra de Gendarmería”.
Corbalán se encuentra recluido en el módulo de máxima seguridad del recinto penitenciario, lugar en donde deberá cumplir sus condenas, una de ellas de presidio perpetuo por violaciones a los derechos humanos.
Ibarra explica en el escrito ante Carroza que el ex jefe operativo de la CNI padece una serie de enfermedades como hernias lumbares, diabetes, hipertensión, la pérdida de la visión en uno de sus ojos y ha sido intervenido por un cáncer.
A su juicio, “transgrediendo este diagnóstico fue recluido en una cárcel de castigo de máxima seguridad, en una celda incomunicado; (tiene que) ducharse con agua helada, lo que ha afectado sus lesiones lumbares; y por su dolor lumbar ha solicitado un segundo colchón para poder soportar una cama de cemento de hormigón armado, lo que poco mitiga su dolencia”.
Además, alega que Corbalán ha tenido que visitar al psiquiatra y se le recetaron ansiolíticos, teniendo también problemas por recibir alimentación liviana a «la que no estaba acostumbrado».
El abogado agrega que también ha recibido amenazas de muerte en su contra, indicando en el escrito que “durante los tres días que lleva recluido ha recibido gritos, insultos y amenazas de muerte de manera permanente, incluso durante la noche, perturbándole su descanso (….) Su custodio debió intervenir ante un sujeto que llegó hasta la reja de su calabozo amenazándolo de muerte. Todo lo anterior y el rigor de las medidas aplicadas importan una violación evidente de sus derechos humanos que transgreden las normas vigentes y constitucionales”.
Por tales motivos, Ibarra solicitó el traslado de su cliente al Hospital Militar y ante eso, Carroza pidió a Gendarmería que remita los informes médicos de Corbalán cuando estaba recluido en Punta Peuco y cuando llegó a la Cárcel de Alta Seguridad.
El recurso interpuesto por su abogado también menciona que “se requiere de una acción cautelar de urgencia y acreditada la condición médica de mi representado”.
