En su última intervención antes de deja la presidencia de la Corte Suprema, el magistrado dijo que los casos de corrupción como Penta, SQM y Caval son “excepcionales” y enfatizó: “Chile no es un país corrupto”.
El ahora ex presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, aseguró este miércoles que los casos de corrupción que se destaparon en este país en el 2015 «son situaciones excepcionales».
«Chile no es un país corrupto», enfatizó Muñoz tras inaugurar este martes la nueva sala de conferencias y exposiciones del Palacio de Tribunales.
El problema de la corrupción se transformó el año pasado en una de las crisis políticas más profundas de las últimas décadas y salpicó a la oposición, al oficialismo y a los empresarios.
«Causó sorpresa el conocer distintos aspectos que el común de la población no manejábamos, esto es excepcional, todos los políticos, todos los empresarios y todos los chilenos, son gente decente y ejemplar», aseguró el presidente del máximo tribunal chileno, quien este miércoles dejó su cargo para ser reemplazado por Hugo Dolmestch.
«Las excepciones podrán ser diez, veinte o incluso cien y somos 17 millones de personas en Chile», agregó.
Empresarios, políticos de todo el arco parlamentario e incluso parientes de la presidenta Michelle Bachelet y dirigentes del fútbol se presentaron durante el 2015 en los juzgados para declarar por su presunta participación en casos de fraude al fisco, lavado de activos, cohecho o delitos tributarios.
Una de las condenas por estos delitos se produjo el pasado 2 de diciembre, cuando el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago declaró culpable al líder histórico y fundador de la UDI, Jovino Novoa, por delitos tributarios en el llamado caso Penta.
El caso Penta arrancó con una denuncia por fraude tributario en contra de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, controladores del grupo, un banco de inversiones que maneja activos por más de 20.000 millones de dólares.
Una de las aristas más polémicas del caso fue la financiación irregular de campañas políticas en 2013, cuyos beneficiarios fueron en su mayoría de la UDI.
Al de Penta se suman casos como el de Caval, donde está involucrada la nuera de la presidenta Bachelet, Natalia Compagnon, el del «cartel del papel higiénico» y otros que involucran a empresas proveedoras de asfalto, el mercado de los pollos y farmacéuticas.
